CAP. 7. Celo

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Gulf•°

Lavo la manzana verde, a mi lado sentado sobre el borde de la barra, Kamel me mira atento, o más bien a esa manzana que tiene gotas a su alrededor. La coloco en la tabla, comienzo a picarla en trozos y al terminar tomo uno, lo llevo a mi pequeño, él sonríe, abre su boquita pero mejor decido comerme el pedazo.

Solo escucho una gran carcajada y sonrío al hacerlo, Kamel hace un puchero pero también sonríe, mostrándome sus pequeños dientitos que están un poco chuecos.

-- ¡Papi! -- ríe

-- Vamos.

Le tomo en brazos, a la vez coloco la manzana en su plato de Mickey Mause y camino con todo hasta la sala. Siento a Kamel en el sillón, le doy el plato con su comida, y el rápidamente toma un trozo para comenzar a comer.

-- Despacio hijo.

Asiente masticando, y no puedo ver otra personita más bonita que él.

Pero le dejo, con su programa favorito yo avanzo hasta el calendario que está sobre la repisa, veo los días, doy un pequeño suspiro, sintiendo los nervios cada que pasa pero cuento los días;

Pasado mañana.

Suspiro.

Me regreso a la sala, sentandome a un lado de Kamel que casi termina su manzana, no deja de comer, solo se escuchan las mordidas que da y le veo gracioso.

-- Parece que nunca comes. -- niego.

Me saca la lengua.
Y me río un poco.

>> ¿Quién te enseñó eso?

Deja de comer.
Me señala a la puerta y limpia su boquita con la mano.

-- Él señol de ahí...

-- ¿Quién? -- veo hacia allá

-- Hijo de tía Ain..

Hago una mueca.

>> Ayel lo vi... Palece tlen. -- ríe

"Saint fumando..."

-- Bueno. -- asentí -- ¿Fue grosero otra vez?

Niega.

-- Nop. -- sonríe -- ya que se vaya él señol de los dlientes... ¿Puedo il con tía Ain?

Le miré. -- Tal vez..

Besé su mejilla, él tomó el penúltimo pedazo de manzana y al terminar, le abracé para ver la televisión juntos, era una tarde muy tranquila, algo aburrida cuando bien podría ayudar a Zee. Yo debería buscar algo, no sé, un trabajo desde casa para que las cosas fueran más rápidas.

Pero no. Zee es tan terco.

Qué mejor sigo acariciando la cabeza de mi cachorro, ambos acostados en el sillón, él a mi lado, poco a poco cierra sus ojos y yo me quedo mirando hacia la ventana, está cerrada, con las cortinas marrón que están tan quietas como mi pensar.

....

-- Pronto nos iremos. -- besó mi mejilla.

En la cocina de aquella casa, hacíamos un sándwich porque las clases acabaron temprano. Era un buen día como todos para pasarla juntos. Caminar desde la escuela, y reir por las calles era algo que amaba hacer con él.

-- ¿A dónde? -- le miré sonriendo

-- A donde quieras, será un gran nido. ¿Vendrás?

-- ¡A dónde vayas! -- di un brinco, le abracé y podía sentir sus ronroneos en mi oído.

-- Te quiero mucho Mew..

«No Podrás»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora