C: 280 - DÍA LIBRE

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NARRA T/N:

- Al terminar de ducharme salí ya cambiado del baño y vi a Hermione durmiendo, tomé a los 3 bebés gracias a un hechizo y los 3 nos fuimos al balcón de la casa.

Ariana y Ced estaban cada uno en mis brazos mientras que Flinn estaba en mi cabeza, quien sabe cómo llegó arriba pero ya se había acomodado y hasta aferrado con sus pequeñas manitas en mi cabello.

Normalmente si hubiera sido alguien más quien me jalara el cabello, probablemente lo hubiera aventado desde el balcón pero con mi pequeño Flinn era imposible hacer eso, es mi bebé, uno de mis 3 bebés así que no podía ni siquiera alzarle la voz así que solo sonreí.-

T/N: Bien niños, papá está aquí y se que no he estado presente o para ustedes todo el tiempo que debería estarlo pero a partir de ahora eso cambiará. Mi ayuda serán ustedes, asi que serán mis cómplices.

- Ced estaba mirándome atentamente, ¿cómo es que mi pequeño no dormía?, de los 3, era el que menos dormía pero tampoco causaba problemas, era el más calmado. -

T/N: ¿Quieres que te cuente un cuento?. - dije mirándolo con una sonrisa -

- El pequeño Ced me miró con una sonrisa apenas dije eso, era tan tierno -

T/N: Con que me salgas Hufflepuff te llevaré con Amos Diggory eh. - dije frunciendo el ceño falsamente -

- Ced imitó mi acción y no pude evitar reír -

T/N: Eres un Grindelwald, que alivio. - dije suspirando -

- Ced me agarró de la barba con sus pequeñas manitas y me jaló hacía él arrancandome pequeños bellos de la barba y no pude evitar sacar lágrimas de dolor. -

T/N: Bien, eres un Granger... Que posesivo eres, igual a tu madre. - dije cuando me soltó y de él salió una vez más una sonrisa - Eres igual a tu madre, me gusta. - sonreí orgulloso -

- Acomodé bien a mis otros bebés aun con un Flinn en mi cabeza y suspiré mirando el cielo-

T/N: Bueno, este es mi segundo cuento favorito. Se llama "el mago y el cazo saltarin" así que pongan atención cachorritos.

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N

ARRA HERMIONE:

- Por inercia y sentido de madre me desperté de golpe y corrí a las cunas de los trillizos pues no escuchaba nada y me preocupé.

Al llegar a estas me di cuenta de que ninguno de los 3 trillizos estaban en sus cunas y recordé que T/n se había metido a bañar pero ya no había nadie en el baño así que salí de la habitación y escuché la voz de mi esposo así que sin hacer ruido me acerque al balcón y lo vi de espaldas a mi, recostado en una sillas reclinables que teníamos en el balcón y tenía a los bebés en sus brazos a excepción del pequeño Flinn a quien tenía en su cabeza y la escena era muy tierna.

Me acerque un poco más y lo escuché y me di cuenta de que les estaba leyendo un cuento y sonreí inconscientemente. -

T/N: Entonces el cacito dorado se puso a bailar, feliz... ¡Yupi, yupi, yupi!, con sus rosados piececillos. El pequeño Willykins había curado el dolor de tripita a todas las muñequitas, y el cacito estaba tan contento que se llenó de caramelos para el pequeño Willykins y las muñequitas. ¡Pero no olviden lavarse los dientecitos!, gritó el cazo.
Y

el pequeño Willykins cubrió de besos al cazo saltarín y le prometió que siempre ayudaría a las muñequitas y que nunca volvería a ser tan gruñón... Y fin, mis pequeños cachorros albinos.

UN MORTIFAGO ENAMORADO II ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora