CAPITULO 30. ES A TI A QUIEN BUSCO

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Dulce despertó de su siesta, cenó el delicioso platillo que Maite había preparado, se alistó y salió rumbo al hotel. Mientras tanto en otro punto de la ciudad una chica relajada esperaba su maleta frente a la banda transportadora del aeropuerto.

Caro: ¡Vamos Carolina tu puedes!... ¡Tu hermanito necesita de ti... Ay no! Y si se molesta la chica, lo llama y le reclama, el pobre perderá los puntos que no tiene por mi culpa. Diosito, porque pienso luego de que ya he hecho las cosas... -suspiró cuando vio llegar su maleta, la tomo colocándola en el piso para buscar la salida donde pudiera tomar un taxi- Bueno ya estas aquí, no pasara nada malo.

Rápidamente llego a la salida del aeropuerto, tomo un taxi indicándole la dirección que tenia en el papel que llevaba en su mano, el clima estaba frío debido a la lluvia además que ya estaba entrada la noche. Cuando estaba cerca del hotel por la ventana del auto vio una chica pelirroja caminar rápidamente por la acera, no llevaba paraguas, sintió pesar por ella, pero continuo su camino. El conductor unos metros mas adelante le indico que había llegado a su destino ayudándola a bajar el equipaje, ella le entrego unos cuantos billetes y corrió junto con sus maletas adentro del hotel. Al llegar al lobby del hotel se percato de que no había ninguna chica con la descripción que le había dado su hermano de la susodicha, toco la campanilla para solicitar atención, estaba entregando sus datos a la encargada cuando vio entrar por la puerta a la chica que había visto mientras iba en el taxi.

Margarita (Encargada): ¡Caramba que te pasó, el cielo se rompió cuando saliste de casa!

Dulce: -Con mirada poco amigable hacia su compañera- no me lo recuerdes!!!... Salí del departamento y una vez adentro del autobús comenzó a llover, tarde para percatarme que no tenía paraguas – Entro en la recepción e intento secarse, pero su ropa estaba demasiado mojada mientras intentaba acomodar su cabello despeinado por la lluvia.

Margarita: - Dirigiéndose a Caro- Señorita, aquí esta la llave de su habitación. Ya el joven la acompañara para ayudarle con sus maletas - Haciéndole un gesto al encargado-

Dulce: ¿Por qué me pasan estas cosas a mi Dios, por qué?

Caro: - Hablándole a Dulce- Disculpe señorita...

Dulce: ¿Ho...hola buenas noches, en que le puedo colaborar?

Caro: La verdad por ahora en nada, pero me gustaría hacerte una propuesta viendo la situación en la que te encuentras...

Dulce: - Sorprendida- Una propuesta?... Cuéntame y vemos si te puedo dar una respuesta hoy mismo.

Caro: La verdad te conviene que sea hoy mismo – riendo- si gustas puedes acompañarme a mi cuarto, darte un baño para que te calientes un poco y si quieres te puedo prestar algo de ropa, ha de ser muy incomodo iniciar tu turno de esta manera.

Dulce: Agradezco tu intención y te tomaría la palabra porque la verdad estoy helada, pero mi compañera ya termino turno, debe irse y no puede quedar la recepción sola.

Caro: - Mirando a Margarita para que se apiadara de su compañera- Pero estoy segura que por unos minutos mas tu compañera te puede cubrir, luego te enfermas y no tendrá que cubrirte solo esta noche sino todas las demás mientras te recuperas- Guiñándole un ojo a Dulce quien respondió con una sonrisa- Verdad que no tienes problema? – Le pregunto a la chica

Margarita: Mira que amable es la señorita, aprovecha el ofrecimiento y yo me quedo aquí en lo que tu regresas.

Dulce: Gracias mi Margarita eres un sol, te debo una... - Le dio un beso y se alejo junto a Caro hacia el ascensor- Te juro que no me demoro – Grito para que su compañera escuchara-

Las dos chicas subieron al ascensor, todo fue silencio mientras llegaban al piso de la habitación de Caro. Hasta que la extranjera decidió romper el silencio...

Caro: Estoy segura de que en tanta ropa que traje ha de haber algo que te quedé bien... ¿Que talla eres?

Dulce: La verdad te veo mas delgada que yo, se nota que te cuidas muy bien. Con una blusa y un pantalón suelto es más que suficiente – pensando en ocultar su abdomen mientras reportaba su estado en el hotel-

Caro: Bueno ya veremos que puedes usar, tómalo como un regalo... Eres muy bonita sabes, tienes las características de alguien a quien estoy buscando.

Dulce estaba por preguntar a quién buscaría Caro en ese hotel precisamente cuando la campanilla del ascensor indico que ya habían llegado al piso, bajaron y caminaron por el pasillo hasta llegar al fondo donde estaba la suite que unos días atrás la chica había reservado, entraron y mientras Caro revisaba sus maletas en busca de algo "suelto" para Dulce la pelirroja tomaba un delicioso y tibio baño. Al salir, en el Vestier encontró un par de blusas y unos cuantos pantalones junto a un par de medias y unos bonitos zapatos de tacón bajo.

Caro: Me tome el atrevimiento de dejar algunas prendas para que te midas y así uses con las que te sientas más cómoda.

Dulce: De verdad no tengo como agradecerte, Dios te bendiga por ayudarme. Me mediré esto y esto – tomando dos prendas que vio algo holgadas y supuso le quedarían perfectas- Ya regreso.

A los minutos salió Dulce nuevamente hacia el lugar donde se encontraba Caro...

Dulce: ¿No crees que se me ve algo ajustado?... Pregunto a Caro mientras se miraba al espejo, a decir verdad, si le quedaba justa la blusa, remarcaba su pequeña pancita.

Caro: - Mirandola con asombro- Perdóname la indiscreción peeero...Estas embarazada?

Dulce: Si, pero por favor no le digas a mis compañeros y mucho menos a mi jefe, aun no he reportado aquí mi estado. Quiero esperar a los 3 meses para estar segura de que todo marcha bien. – Hablo un poco sonrojada-

Caro: No te preocupes, no diré nada pero ahora me siento muy pertinente al haberte hecho el ofrecimiento, en tu estado no debes andar sin paraguas... Puede ser muy peligroso para la salud de los dos exponerse a esos aguaceros.

Dulce: Agradezco tu preocupación, a decir verdad aun no me acostumbro, hace unos meses salía con mis amigas donde quisiera y como quisiera y ahora por mi bebé y por mi debo pensar mejor lo que hago. Que grosera soy, olvide presentarme. Mucho gusto, Dulce María Espinoza.

Caro: - Sin creer lo que acababan de escuchar sus oídos- Tu... ¿Tu eres Dulce Maria la chica de la recepción?

Dulce: Si, lo soy. ¿Pero porque noto un tono de sorpresa en tu voz?

Caro: Es a ti a quien busco... Mucho gusto Dulce, yo soy Carolina Uckermann.


Mis lectoras hermosas aquí un par de capítulos mas de esta historia de nuestros vondys. Espero sus mensajes y estrellitas. Gracias por el apoyo!!


No es para tanto, solo para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora