Capitulo 7

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Al abrir la puerta corrediza Elena sintió su corazón detenerse al observar la imagen que se desplegaba ante ella. Una mesa perfectamente servida con el desayuno para todos, arreglos florales decorando el lugar, dos traviesas jovencitas mirándola atentamente y él, ese hombre que se había robado su corazón de pie frente a ella con la sonrisa más brillante que jamás había visto.

Se veía extremadamente atractivo con esa ropa casual y esos lentes de sol estilo aviador. La emoción que Elena sentía le brotaba por los poros. Se encontraba realmente impresionada al ver la sorpresa que Octavio en complicidad con las niñas le había preparado. Sintió su corazón detenerse para luego empezar a galopar con una velocidad vertiginosa.

Él se acercó a ella caballerosamente, tomó una de sus manos entre la suya y la dirigió a sus labios. Elena sintió un escalofrío recorrerla entera, aun estaba muy vivo entre ellos el recuerdo de la noche anterior, el despertar como mujer de ella en brazos del guapo abogado Villarreal.

Ella se lanzó a sus brazos, ansiaba fundirse en un abrazo con él. Octavio la recibió encantado, la tomó de su cintura con fuerza y la levantó haciéndola girar. Ella se aferró a su cuello mientras reía encantada.

O: ¿Te gusto mi sorpresa? - preguntó una vez la dejó en el suelo -

E: Mucho - susurró antes de unir sus labios con los masculinos en un tierno beso que corría el riesgo de volverse apasionado -

O: Supongo que eso es un sí - dijo con la respiración algo agitada producto del beso cuando se separaron -

L y T: ¿Ya podemos desayunar o van a seguir saludándose? - Elena se sonrojó aun más al escuchar a las niñas. Octavio estaba embelesado al observarla -

O: ¿Vamos? - preguntó ofreciéndole caballerosamente su brazo a la morena, mismo que ella aceptó -

Las niñas se abrazaron a los adultos una vez que llegaron a la mesa, parecían una auténtica familia. Talita le alcanza uno de los arreglos florales y se lo entrega como parte de su obsequio junto con un beso a su hermana.

La pequeña Luz, que esa mañana lucía hermosa en su vestido floreado bastante apropiado para el calor de aquel lugar se acercó con una hermosa cajita en sus manitos.

L: Lena - empezó su discurso - papi y yo te amamos mucho, mucho. Yo casi no recuerdo a mi mami - dijo con el semblante un poco abatido - pero imagino que hubiera sido tan cariñosa como tú.

Luz siguió hablando de lo que Elena significaba para ella, de pronto mostró la cajita que había en sus manos.

L: Este regalo es para tí Lena - la morena luego de medio asimilar lo que Luz había dicho, sintió como sus ojos se iban nublado producto de las lágrimas contenidas -

Su corazón dio un brinco al observar a detalle aquella cajita aterciopelada

E: Octavio - balbuceó -

O: Lena - dijo tomando con su mano derecha la mano izquierda de ella, mientras con su brazo izquierdo abrazaba a su hijita - ¿aceptas casarte con Luz y conmigo y formar una familia junto con nosotros y los demás hijos que Dios nos regale?

Talita gritó de la emoción sacando así de su ensoñación a la morena que de la emoción se había quedado en shock

O: ¿Qué me dices? ¿aceptas ser la señora Villarreal mi amor?

E: Yo... - parecía que la garganta se le hubiera cerrado a propósito, las palabras simplemente no querían salir -

L: ¿Quieres ser mi mami Lena?

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