Alina:
—¡Son tan guapos! — dice emocionada.
—¡Y musculosos! — dice Wendy.
Sandra y Wendy, mis dos mejores amigas desde hace años, las únicas en las que confío plenamente.
—¡Y extrovertidos! — dice otra.
Estamos en el receso de clases, y estoy en "la cafeteria" con las chicas con las qu eme solía juntar antes. Y todas están embelesadas por los Stein.
—¿Vieron a la chica? ¡Es hermosa! — dice otra, susurrando.
Que bueno que susurró, llegana oír que dijo eso y al amnadan a terapia de por vida solo para "volver a la normalidad".
—¿Tú que opinas, Lina? — dice Sandra, intentando que socialize.
Me lo pienso unos segundos y luego hablo, —Creo que hay más chicos u chicas, más guapos que los Stein. A ti te gustaba Pablo. — digo hacia Sandra —. A ti Manuel, a ti Gabriel y a ti Santiago ¿que les pasó, chicas?
Todos se quedan en silencio unos segundos, hasta que Wendy habla.
—Nos gustaban, pero todos ellos gustaban de ti ¿te has visto al espejo, Ali? Eres hermosa, más que hermosa, diría yo. Cuando volviste, ese factor afecto demasiado.
Todos suspiran y bajan la mirada.
—Se supone que ellos nos querían, pero cuando llegaste tú...¿Por qué no podemos hacer lo mismo?
Me siento culpable por eso, tiene razón, pero no es mi culpa. No hago nada; no coqueteo, no hablo, ni siquiera los veo a menudo. Son ellos quienes, por alguna razón, se enamoran de mi.
Este es un factor que también hace que no tenga muchas amigas.
Suspiro y sigo tomando el juguito de fresa que contenían en mis manos.
—¡Ahí están! — dice Wendy, chillando de la emoción.
Instantáneamente todas voltean hacia donde Wendy señalaba, y ahora, veo como les cae la baba.
Volteo a ver hacai dodne todas ellas tiene suma atención puesta, y ahí veo a una chica y chico con el mismo color de cabello.
Pero a pesar de que la chica llame la atención de muchos chicos, mi atención se dirige hacia el chico al aldo de ambos.
Un chico rubio, con ojos azules y cara aburrida, el voltea a ver hacai mi y nuestros ojos hacen contacto.
Me giro hacia Marco, quien había movido mi hombro, al girarme el me sonríe y me da un beso en la mejilla.
Veo sus ojos azules, —¿Qué quieres?
—Quiero desearte feliz tarde y mañana adelantada, no estaré este fin de semana, y mejor hacerlo de una vez.
El deja otro beso en mi mejilla y luego se va. Rodando los ojos vuelvo mi vista a donde estaba antes, pero ahora en lugar de tres personas, solo hay dos.
¿A dónde se fue el rubio?
—¿Qué haces mirando a los Stein? ¿A caso nos quieres robar a esos también? — dice Wendy, con diversión.
A pesar de que todas rieron con el comentario divertido de Wendy, a mi me hizo sentir algo de dolor en el pecho. Duele que te culpen de algo que ni siquiera hacer u tienes intención de hacer.
—Vamos, Ali, era broma... — dice con voz menos animada.
Le sonrió falsamente, —Lo sé, lo sé... — digo mientras me levanto —. Yo...debo ir a hacer algo así que...
—Vamos, Ali... — dice Wendy, ahora con algo de culpa en su rostro.
Le sonrió, —Tranquila, tengo cosas que hacer, las veo luego.
Me voy de ahí ahí camino hacia el salón de clases. Al llegar a el, tomo asiento en mi lugar asignado y me quedo ahí, atrapada en mis pensamientos, hasta que oigo como la puerta es abierta y luego cerrada.
Confundida —ya que aun no habían tocado el timbre—, volteo hacia la puerta y veo al chico Stein entrar por ella. Avanza hasta el fondo del salón, sin verme o algo y al llegar a su destino, toma asiento y se queda ahí, sin hablar o decir nada a pesar de que me vio anteriormente.
Nuevamente mis ojos nada especiales, conectan con sus ojos azules. Volteo hacia la pizarra y me quedo en silencio, jugando con mis dedos.
Espero pacientemente unos minutos a que el chico Stein se digne a hablarme o si quiera decirle un simple hola, pero no, nunca llega.
Que decepción.
Sigo ahí, como idiota. Esperando a que la puerta se abra nuevamente y todos entren al salón ¿Por qué no llegan? Cuando vine eran como cinco minutos antes de que el timbre sonará ¿o no?
Curiosa, volteo hacia atrás y veo al chico Stein, viéndome fijamente en silencio. Al verlo, sus ojos conectaron nuevamente con los míos y eso, por alguna razón; hizo que me pusiera nerviosa, alejo mi vista rápidamente y vuelvo a mi antigua posición.
La puerta se abre y volteo hacia ella, solo para ver como Marco entra por ella, con una cocacola en la mano, mientras me sonríe hasta llegar a mi.
Algo que debo destacar de Marco, es que es un chico guapo, casi de la misma altura que el chico Stein, musculoso, con lindos labios, con lindos ojos, y linda nariz. Perfecto para muchas.
Al llegar a mi, deja la lata al frente mío y me susurra al oído, —No dejes que alguien te lo quite.
El se sienta a mi lado y sonríe, —¿Algo que quieras hacer antes de que inicie la clase?
Me lo pienso unos segundos, en los cuales mis pensamientos son interrumpidos cuando el chico Stein empieza a atacar ruido.
Marco volteo hacia el, algo molesto.
—Heis, ¿Podrías dejar de hacer ruido?
Heist.
Heist ¿Eh?
Así que así se llamaba el chico Stein.
—¿Por qué debería? — dice Heist, con la voz gruesa y ronca.
Oír su voz hizo que un escalofrío recorriera mi espalda, volteo hacia el y sus ojos conectan con los míos.
—¿Algo que quieras aportar para convencerme?
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¿Ich liebe dich? [Heist Stein Y Tú]
Fanfiction*novena historia* los personajes le pertenecen a Ariana Godoy.