¿Ich liebe dich? [Heist Stein Y Tú]

Capítulo 17

Alina:

Me desperté con un dolor en la parte baja de mi estomago, y desde que di el primer paso fuera de mi cama, supe que todo el día me fastidiria.

Por laguna razón que desconozco, me duele el caminar, y el hacer alguna actividad que requiera mover del todo mi cuerpo a la vez, mis caderas tienen unas marcas y tengo una marca roja en el pecho.

Lo que sea que haya hecho Iv, espero no sea algo que pueda perjudicar mi vida día día, ya estoy cansada de que siempre arruinen mis cosas.

—Marco... — digo con una sonrisa forzada.

Estuve toda la mañana pensando en como poder decirle que nunca lo quise, y que no quería estar con el en una relación o algo por el estilo.

—Novia mía. — sonríe mientras se acerca a mi.

Cuando su boca hace contacto con la mía, la verdad no se que hacer. Estoy en shock, durante todo este tiempo no se había atrevido a hacer esto ¿Qué cambio ahora?

Sus labios siguen sobre los míos, pero una mirada sobre mi hace que me empieze a incomodar por sobre quien pueda estar viéndonos, y lo alejo.

El me ve confundido, —¿Qué pasa?

Y se que es el momento. Se que debo de decirle que nunca lo quise y que no quiero ser su novia, y así lo hago, ya que si no lo hago hora, posiblemente me acobarde luego.

—No te quiero, Marco. — ante mis palabras, el nombrado frunce el seño.

—¿Cómo que no? — dice con nerviosismo.

Suspiro, —Que no te quiero, no te ame y, si aquella vez acepte ser tu novia, fue solo porque estaba distraída y no estaba consciente de lo que decías.

El se queda en silencio unos segundos, en los que enserió, enserió, enserió, espero que lo pueda entender.

—Estas diciendo que... ¿nunca me quisiste?

—Si...

Esa mirada que antes me incomodaba, creo que llego a el, ya que empieza a ver a todos lados, para ver a la persona causante de su ahora, también incomodida.

—No se que fue lo que te hizo cambiar de opinión, Al, pero te aseguro que a pesar de todo, luchare para poder estar juntos, como siempre quisimos.

Lo veo confundida, —¿Qué? Nunca quise estar contigo, ni en mis pesadillas ni mucho menos sueños.

El sonríe de lado, —Sea quien sea que te esté alejando de mi aldo, haré que se arrepienta.

Y dicho esas palabras, se da la vuelta y empieza a caminar en dirección contraria a mi.

Lo veo alejarse hasta perderse de mi vista, mientras esa mirada sigue en mi.