Capitulo 2

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Abrí los ojos lentamente, observando el techo blanco de la habitación que daba vueltas mientras que experimentaba un fuerte dolor de cabeza que amenazaba con explotar.

¿Cómo es que la gente puede soportar esta resaca después de beber?

 No tenía ganas de levantarme, ni de hacer nada más que desaparecer de este mundo de mierda.

—Buenos días, Sarisha, —saludó Amanda, la asistenta, con un tono alegre al entrar y abrir las cortinas de la habitación.

Amanda era la única que me llamaba por mi nombre, ya que no me gustaba que me llamaran "señorita Sheikh". El resto de los empleados seguían llamándome así, alegando que eran órdenes de los señores Stoke, los padres de Aidan y Harry. Sin embargo, logré convencer a Amanda de que me llamara por mi nombre.

Me sacaba cuatro años y era unas de las asistentas más jóvenes y con la que mejor me llevaba.

—Argh...— me quejé tapándome la cara con las sábanas. —Cierra las cortinas.

—Pero tienes que levantarte", dijo Amanda, intentando quitarme las sábanas mientras yo me aferraba a ellas. "La señora Stoke llegará de Australia en unas horas".

"¿Qué?", pregunté incrédula, levantándome rápidamente. Me mareé y volví a sentarme en el borde de la cama, sujetándome la cabeza entre mis manos. "Ah... maldición".

"¿Te encuentras bien?", me preguntó Amanda, sentándose en cuclillas frente a mí.

"No...", murmuré. "Mi cabeza va a explotar".

"Cámbiate y baja a la cocina. Te daré una pastilla", me dijo Amanda, y yo asentí.

La vi levantarse y salir de la habitación, cerrando la puerta tras de sí. Me tumbé nuevamente en la cama, mirando fijamente el techo. Lo extrañaba mucho, sentía que me faltaba algo. Nunca antes había sentido algo así por un chico... este dolor era insoportable.

"Te amo, Nisha, y nunca dudes de eso", sus palabras resonaban en mi mente sin cesar. Lo necesitaba a mi lado... se había convertido en mi oxígeno... en mi droga...

Mis ojos se llenaron de lágrimas y me levanté lentamente, negando con la cabeza para alejar esos pensamientos. Con cuidado, me dirigí al vestuario para elegir qué ponerme. Al final, opté por un conjunto sencillo de mi país: un salwar kameez.

El salwar es un pantalón ancho que llega ajustado a los tobillos, y sobre este pantalón se lleva una túnica de manga larga llamada kameez, que llega hasta la rodilla. A este conjunto se le añade una duppata, que es una especie de velo que también se puede llevar sobre el cuello, como una bufanda.

Sin embargo, resultaba irónico vestirme con mi ropa tradicional cuando sentía que había cometido grandes pecados. Me dirigí al baño y me tomé unos 30 minutos en ducharme. El contacto del agua con mi piel logró calmarme un poco

Me fui al baño y tarde en bañarme unos 30 minutos, el contacto del agua con mi piel logro calmarme un poco. Cuando salí y me cambie de ropa, encendí el móvil ya que lo tenia apagado desde anoche, tenia 30 llamadas de mis verdaderos tíos (los hermanos de mi padre) entre ellas también tenia llamadas y mensajes de mis primos, sobre todo el del mayor: Omar.

Cogí el móvil y baje a la cocina, vi como Amanda estaba preparando el desayuno, así que solo entre silenciosamente y me senté en una de las sillas de la isla.

 — Toma, aquí tiene la pastilla — dijo después de unos segundos entregándome un vaso de agua con pastilla.

—Gracias — conteste —¿Y Gema?

—Ha ido a comprar.

Mientras que me tomaba la pastilla, entro Harry a la cocina. Me observo seriamente para después dirigir su mirada hacia Amanda antes de añadir:

Quédate conmigo (QC) ||PAUSADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora