Capitulo 29

48 6 84
                                    

Cuando llegué al piso de las chicas, me rompí al ver a Sarisha. La forma en la que lloraba, el  temor en sus ojos...era como si nos hubiéramos vuelto al pasado, los primeros meses que sufrió con las pesadillas después de salir del hospital. Me costó mucho tranquilizarla y me dolió verla de esa forma, joder.....dolía mucho.

Una chica alegre, divertida, sencilla, curiosa....fue sustituida por una chica rota y cicatrizada. Una chica a quien le gustaba ver series, películas y que mantenía las luces de la casa apagadas... fue sustituida por una chica que comenzó a temer a la oscuridad, a los espacios pequeños y cerrados.

Eran las cuatro de la madruga cuando apagué las luces de la habitación después de haber encendido la lampara de la mesilla. Me senté en la cama con la espalda apoyada con el respaldo de esta, atrayendo a Sarisha hacía mi envolviéndola con un brazo.

—Él está aquí — murmuró y no hacía falta que nombrara a quien se refería.

—Sarisha, solo fue una pesadilla.

—¡No lo fue! — dijo apartándose de mí y sentándose en la cama mirándome con ojos rojos acompañados de lágrimas  — Aidan, Marc está vivo...lo sé, lo presiento. Él está aquí acera.

Mierda, duele verla así...

—Sarisha, yo...

—Aidan — me interrumpió suspirando y limpiando las lágrimas — Soñé con mi padre, me advertía de un peligro. Dijo que acababa de pasar la tormenta y se avecina un huracán, decía que me fuera de aquí.

—También soñaste con tu hermana ¿qué tiene que ver ella? — pregunté—¿Y Luis con un arma?

—No lo sé pero...Aidan, debes de creerme.

Y te creo joder....

—Lo hablamos mañana — dije atrayéndola de nuevo hacia mí, limpiándole las lágrimas.

—¿Crees que me estoy volviendo loca? — preguntó en un susurró.

—Claro que no — respondí acariciando su cabello.

*  *  *  *

Eran las 6:45 a.m. cuando me levanté con cuidado de no despertar a Sarisha para luego dirigirme hacia la cocina a por un vaso de agua. 

Después de beber me senté en el sofá suspirando a la vez que me pasaba las manos por el rostro. 

—Buenos días — me saludó alguien en un susurro.

Cuando levanté la mirada me encontré a Salma sirviéndose un vaso de agua para luego dirigirse hacia donde me encontraba y sentarse en el sofá de enfrente.

Salma y yo estuvimos juntos en España por unos meses pero cuando llegamos aquí, rompimos la relación que teníamos de forma amistosa. Ella sabía que seguía enamorado de su mejor amiga y que aunque no le llegaría a confesarlo, no le dejaría de querer. 

Por más que intentará sacar a Sarisha de mi mente y verla como una hermana, era imposible. Salma y yo sabíamos que lo nuestro no iba funcionar por más que lo intentáramos, así que simplemente quedamos como mejores amigos.

—Hola — le devolví el saludo con una sonrisa.

—¿Qué haces despierto tan temprano? — preguntó — Aún queda una hora para ir a la universidad.

—No tenía sueño.

—¿Cómo se encuentra? — preguntó refiriéndose a Sarisha.

—Piensa que se está volviendo loca — respondí en un susurro.

Quédate conmigo (QC) ||PAUSADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora