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La tienda veinticuatro horas estaba llena en un sábado por la noche. Era el día siguiente a la llegada de Mihye. Heeseung tenía mucho que procesar y planeaba hacerlo esta noche que debía cerrar, por suerte, a las nueve en punto.

Aunque él estaba cobrándole a la gente que estaba haciendo fila para pagar, su mente solo podía pensar en una cosa, ella. Mantenía una sonrisa falsa y estaba distante a la realidad. Parecía tranquilo, sin embargo, su cabeza era un despelote de ideas que ni él comprendía.

La tarde se le había pasado muy lenta. Heeseung usó su celular la mayoría del tiempo y miraba la hora cada cinco minutos esperando que la el día pase rápido. Trabajar sólo apestaba para él, los días que trabajaba junto a Jake era cuando mejor la pasaba. Admitía que ahora mismo lo extrañaba como nunca.

Otra vez el pitido de la puerta al entrar hizo ruido por toda la tienda; un nuevo cliente.

Ya que el pelinegro estuvo completamente solo la anterior hora, decidió conectar su celular por un cable a una radio vieja que encontró en el deposito de la tienda. Por suerte andaba, y ahora no solo se lamentaba su soledad sino que la había empezado a disfrutar escuchando sus canciones favoritas de fondo.

Heeseung estaba perdido en la música. Había saludado a la persona que recién entraba con un saludo normal pero sin prestarle atención alguna. Si no fuera porque ese alguien daba dos golpes en la barra, él no se hubiera inmutado que se encontraba frente suyo.

— Oh, lo siento—Heeseung se disculpó dando una reverencia y la chica rió e hizo un ademán dándole poca importancia. — Serían tres mil won.

— Disculpa la pregunta pero, ¿te conozco de algún lado?—en ese momento fue cuando Heeseung miró por primera vez a la chica directamente a los ojos. — Soy Bae Somin, tal vez me reconozcas si te digo que trabajo en la cafetería...

— Red Flavor, sí. Me acuerdo de ti—él asintió recordando perfectamente quien era. — Trabajas con Mihye—Somin, sorprendida, respondió con un . Antes de que la chica pregunte como era que conocía a Mihye, Heeseung habló de vuelta. — Soy Lee Heeseung.

Obvio que para la castaña Heeseung le había parecido un chico divino y muy apuesto. Él sin esforzarse dejaba sus encantos al aire. Somin en su mente planeó un recordatorio de preguntarle a Mihye sobre él, estando al tanto que se conocían.

— Bien, nos vemos, Lee Heeseung. Ven a la cafetería cuando gustes—Somin puso todo lo que compró en una bolsa descartable y luego saludó con su mano sonriendo.

— Nos vemos. Gracias por su comprar—el chico saludó también. — ¡Ah, espera!

La castaña giró en sus talones a enfrentarlo.

— ¿Sí?

— ¿Mihye está trabajando ahora?

Somin se quedó en blanco y no dijo nada por unos segundos. Luego de hacerse la que pensaba, asintió.

— Cierran a las ocho y media. Hoy es día estrella.

— ¿Día estrella?—Heeseung había hablado con Mihye sobre su trabajo miles de veces, pero jamás le comentó sobre un día estrella.

— Días especiales con promociones, combos de pareja, descuentos y varias cosas mas. Es un día muy atareado y estresante—Somin hizo una mueca. — Por suerte hoy es mi día libre. Sunghoon y Mihye ahora estarán luchando seguramente, además tenían que poner en zona al empleado nuevo.

— Entiendo. Gracias, de vuelta.

— No hay de qué, adiós.

Heeseung dejó ir a la chica y miró la hora. Eran las ocho pasadas. Aunque él tenía que cerrar a las nueve, se autoconvencio de que nadie más vendría a la tienda en los siguientes cincuenta minutos, así que decidió, por su propia cuenta cerrarla antes. Luego le daría una excusa barata a su jefe.

Rápido limpió así nomás, colgó el delantal y cerró el local con llave y reja. Estaba listo para de una vez por todas enfrentar a Mihye. Ayer cuando la vió llegar lo único que hizo fue hacer de estatua como si directamente no hubiera ido.

Heeseung fue a paso apurado a la cafetería. Sacó su celular del bolsillo de su jean y notó que faltaban cuatro minutos hasta que sean ocho y media. Comenzó a desesperarse y una parte de su cuerpo se puso nerviosa a tal punto de querer comerse las uñas.

Llegó. Desde la calle de enfrente Heeseung observaba a Mihye riendo junto a Jake. Hasta el amigo del chico se había animado a visitarla antes que él. Heeseung por dentro pensó qué estaría pensando Mihye, seguramente que Jake tenía mas agallas que él.

Heeseung sintió un cosquilleo en su estómago al ver la sonrisa de la chica tan fresca y cálida al mismo tiempo. No podía creer la cantidad de cosas que pasaban por su cabeza ahora mismo.

"¿Ella me extrañará?" "¿Podré animarme a hablarle de vuelta?" "¿Mihye querrá verme?" "Soy un tonto por no haberla abrazado fuerte el viernes en la terminal" "Debí haberle hecho caso a Jake y nunca haberme subido a la montaña rusa"

Esto estaba mal. Fue el último pensamiento que se hizo Heeseung. Se dio la razón y mirando por última vez a la chica, rápido se fue de ahí, hacia el lado contrario de su casa. Quería despejarse.

— ¡Heeseung!—otra vez el cosquilleo. Todo fue en cámara lenta. Mihye corriendo hacia él, Heeseung volteando lentamente nervioso, aturdido, confundido, con felicidad pero apagada. — Heeseung—dijo mas calmada, sonriendo con el delantal de la cafetería, cuando lo tuvo en frente.

— Hola, Mihye—sonrió, pero no era una sonrisa sincera. — Justo pasé por aquí, me estaba yendo, lo siento.

— ¿No pensabas saludarme?—él no dijo nada. Mihye largó una risa sin gracia. — No entiendo porque has estado los últimos cinco minutos mirándome y no te has acercado ni a decirme hola. Hace mucho no te veía y he vuelto de mi viaje al fin.

Mihye se intentó acercar pero Heeseung dio dos pasos hacia atrás. Mucho mas confundido que antes. Ella frunció el ceño sin comprender la actitud del chico y sin entender qué era lo que ella había hecho mal para que él reaccione de tal forma.

— Debo irme—habló Heeseung suavemente, sin ser capaz de mirar a Mihye a los ojos. Asintió para sí mismo y dio media vuelta dispuesto a desaparecer. Sin embargo, ella no lo dejó. — Mihye. Suéltame, por favor.

— Háblame—hubo un silencio de por medio. — Explícame por qué estás molesto conmigo y te dejaré ir—Mihye lo sostenía como si esta fuera la ultima vez que se verían en mucho tiempo. Heeseung había cerrado sus ojos con fuerza. — Heeseung...

— Es sólo que—su voz era débil, rota. Volteó y la miró directo a los ojos. Mihye lo único que se dedicó a hacer fue soltarlo muy lentamente, el que estaba frente suyo no era el Heeseung que conocía. — No merezco estar contigo. No lo merezco porque me esfuerzo en gustarte cuando quererse mutuamente con alguien sale inesperadamente.

Mihye se sentía vacía por dentro, como si hubiesen agarrado su corazón y lo hubieran tirado al piso con fuerza para que se rompa en mil pedazos.

— Ayer fui a esperarte—eso había caido como un balde de agua fría para la pelirroja. — Estaba deseando verte como ningún día. Esperé algún mensaje tuyo toda esta semana que pasó, los días se me pasaban mas lento de lo normal y tú no dabas señal alguna. Pero para Sunghoon hacías hasta llamadas. Me dolió, me sentí usado una vez mas, Mihye. De hecho,—largó una risa demasiado amarga. — el que gritó por ti no fue Sunghoon, Mihye, fui yo.

"¿Por qué si realmente siento que a este punto me gustas duele tanto hacerlo?"

FEELINGS ━━ lee heeseungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora