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— ¿Sabor?—me miró.

— Cereza.

— Uno sabor cereza y otro sabor café, por favor—Sunghoon pidió y pagó por los helados, yo sonreí satisfecha. Primero me dio el mío y luego de recibir el suyo seguimos nuestro camino por la feria.

Hoy era sábado, por suerte no trabajábamos y el día estaba ideal para salir a pasear. Chanhee estaba ocupado estudiando, Soojin saldría con Minhee, así que solo me quedaba Sunghoon, quien aceptó a la segunda vez que le insistí por mensaje. Hace un par de días habíamos intercambiado números, debo decir que nos hicimos mas cercanos.

— ¿No pensaste en cambiar tu color de pelo?—le pregunté comiendo una cucharada, él me miró. — Un rubio te quedaría increíble.

— No lo pensé—Sunghoon se encogió de hombros. — No siento que me quedaría bien, Mihye. Di otro color.

— ¿Azul?—Sunghoon negó. — ¿Rojo?—volvió a negar. — ¿Naranja?—el chico frenó su caminata queriendo reír. — ¿Qué?

— El pelo color naranja luce bien en un cinco porciento de la población mundial, en mi no es el caso—rió.

— ¡Mentiroso!—choqué su hombro con el mío. — Te quedaría lindo.

— No lo creo~

— ¿Y en mi?—lo miré atenta. — Sé sincero.

Sunghoon me miró entrecerrando los ojos. Su mirada viajó por todo mí rostro, la podía sentir, también fue por mi cabello y por último me miró fijamente con ternura. Él asintió, sin admitirlo en palabras. Yo sonreí.

— A mi me gustaba alguien con el pelo rojizo—confesé riéndome, dándole otra cucharada a mi helado.

Sunghoon no dijo nada, solo siguió comiendo su helado esperando a que continúe. Con mi mano le indiqué que vayamos a sentarnos en unas bancas. Él aceptó y ahí nos encontrábamos ahora.

— ¿Qué te gustaba de él?—preguntó de repente, tomándome desprevenida. No tuve ni que pensar mis palabras, automáticamente sonreí y miré al suelo recordando aquellos tiempos de la adolescencia cuando cosas tontas te hacían largar grititos y pegar saltos de emoción.

Aún recuerdo la primera vez que lo hice reír a Heeseung. Él estaba sentado sobre mi mesa de siempre, a un lado de la de Jake, y a penas lo vi allí le dije una estupidez bromeando. Me dio tanta vergüenza segundos después de decirlo que mi cerebro borró totalmente las palabras de mi cabeza, no recuerdo que le dije. Pero él se rio de algo que yo dije. Si recuerdo que estuve una semana entera largando sonrisas bobas al acordarme de aquél momento.

— Todo.

— Pf, eso dicen todos. Exprésate conmigo y háblame sobre esa persona desde el corazón—pidió en un tono super calmado y con sinceridad.

Suspiré.

— Cada detalle que notaba en él hacía que me guste aún mas. Me gusta su forma de ser, de hablar con suavidad siempre sin importar la situación. Su sonrisa, es de mis cosas favoritas. También su sentido del humor, la forma en la que se ríe y que le cause gracias algunas bobadas que digo por los nervios. Simplemente me gusta así como es. Lo conozco hace años y es algo unilateral pero no creo superarlo nunca, una parte de mí corazón siempre le va a pertenecer—me encogí de hombros y lo miré a Sunghoon. — Aunque me guste alguien mas en un futuro y sea feliz con esa persona, nunca le haría nada malo a ese otro alguien pero, como dije, una parte de mi seguiría perteneciendole a él, a Heeseung. Suena malo, lo sé, pero el solo hecho de saber que él fue el primero en hacerme sentir maravillas de cosas nuevas en mí corazón tan enamoradizo, me hizo hasta cierto punto amarlo.

¿Amar? ¿Llegué a amar a Heeseung?

— ¿Tu no te sientes así con nadie?—le pregunté comiendo la última parte de mi helado. Sunghoon me miró y lentamente su sonrisa fue apareciendo hasta que sus ojos fueron casi imposibles de notarse, eso me hizo largar una risa de lo tierno que se vio. — ¡Entonces sí hay un alguien!

— Si. Lo hay—el que jugaba con sus manos era él ahora. — Me gusta mucho desde el año pasado.

— ¿Conozco a esa persona?—sentí mucha curiosidad. Sunghoon se hizo el que pensaba y luego negó.

— Son casi polos opuestos—dijo el chico tomando nuestros potes de helado y fue a tirarlos al tacho mas cercano. Volvió trotando.

— ¿Es una "ella"?—Sunghoon asintió. — Cuéntame.

— ¿Qué cosa?

— Porque te gusta, claro.

— No quiero—el pelinegro se puso serio de repente y se cruzó de brazos como un nene pequeño.

— No me hagas una escena y cuentamee. Yo lo hice también—lo apunté con mi dedo e hice puchero para que acepte. Él miró mis labios y luego rodó los ojos.

— Está bien—celebré aplaudiendo y me acomodé en mi asiento para poder escucharlo atenta.

— Te escucho.

— Hm, los detalles que mas me gustan de ella son simples, pero significativos para mi. Su personalidad. Su manera de sacar conversación y poder charlar con extraños sin problema. Me gusta que sea alegre y que tenga un sentido del humor parecido al mío, eso hace que quiera hablar con ella todo el día de la forma en la que lo estamos haciendo ahora tú y yo. Es divertida, valiente, encantadora en todos los sentidos y con un toque de un no se qué que hace que todos la miren en un lugar lleno de gente. Es una cualidad que solo ella tiene; brillar en la oscuridad y encantar a todo aquél que recién la conozca, a como hizo conmigo—mientras Sunghoon hablaba crecía un brillo en sus ojos, era algo mágico de ver.

En ese momento pude notar un lado del pelinegro que no conocía, y me dejó encantada.

— Wow. Tú también amas a alguien—Sunghoon volteó a verme alarmado luego de estar unos segundos en silencio. Él negó y sonriendo miró hacia el lado contrario a mi. — Hablaste de ella como si lo hicieras, no puedes negarlo porque no te viste.

— No voy a negarlo.

Yo, sorprendida, me di cuenta que lo dijo con total seguridad, eso casi que me puso la piel de gallina. Sunghoon no solo le gustaba alguien; él estaba enamorado.

— ¿Por qué dices que es unilateral?—preguntó Sunghoon, refiriéndose a Heeseung. Yo lo pensé un poco. — Nunca te confesaste. Que tal si algún día te animas y él te quiere de la misma manera.

— No lo creo—lo miré con una mueca. — Siempre se puede notar cuando una persona quiere o siquiera siente una mínima chispa de amor por alguien. Yo nunca sentí esa chispa en él hacia mi.

— Tal vez él es malo expresando sus sentimientos—Sunghoon se encogió de hombros. Yo negué.

— No lo creo.

— Puede ser posible, Mihye. A mi me gusta esta chica hace mas de nueve meses y ella no se ha dado cuenta de lo que siento, ni siquiera lo sospecha—confesó acostándose sobre el respaldo del banco, yo me acosté a su lado y miré hacia el cielo. Ya era tarde noche y las nubes tenían un color grisáceo tirando a violeta. El paisaje allá arriba estaba precioso.

— ¿Y que tal si ella es igual a ti y esconde que sospecha que le gustas?

— Nunca lo había pensado así—ambos nos miramos fijo y sin mas nos empezamos a reír al unísono. Fue una risa que ni sabíamos de que era pero disfrute reírme junto a Sunghoon como ningún otro momento.

Él es alguien tan metido en su caparazón a veces que me cuesta saber cómo se siente. Hoy podía verlo, desde que hablo sobre esa chica Sunghoon se sentía mas fresco. Era como si hubiera un interruptor dentro de él que activaba y desactivaba su transparencia.

— Vayamos a comprar anillos artesanales iguales—pedí tomando su mano y midiendola con la mia. — Tienes dedos largos.

— Lo sé—podía sentir la mirada de Sunghoon sobre mi, pero no era incómoda, es mas, me gustaba.

— ¿Entonces aceptas?

— Está bien, pero solo porque eres tú—sonreí por su respuesta y tiré de su muñexa para que me siga hasta una de las tantas tiendas en la feria.

FEELINGS ━━ lee heeseungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora