FEELINGS ━━ lee heeseung

02

― ¿Qué dijo cuando te vio?

Preguntó Soojin antes de darle otro bocado al ramen que ambas estaban cenando. Obviamente Mihye le había contado su gran encuentro con Heeseung luego de tanto tiempo. La confianza entre ellas era increíble así que la mayor estaba enterada de cada pequeño detalle.

Pero claro que su hermana estaba al tanto de sus sentimientos mas profundos, y que no había sido capaz ni siquiera de escribir en un cuaderno como para descargar. Para eso la utilizaba a Soojin. Ella la apoyaba como nadie mas en cada decisión que Mihye hacía, aunque Soojin siempre la molestaba con que olvide a ese chico bonito de la secundaria y se busque a uno que valga la pena así ya abandonaba el nido.

En otras palabras, así ya se largaba de su departamento.

No es que su hermana no la quiera ahí viviendo con ella, pero tiene razón que Mihye corta con una gran parte de la privacidad de ella y su pareja Minhee. Soojin espera que su hermanita me mude de una vez, pero solo lo aceptaría si Mihye encuentra un empleo digno o si consigue una pareja que valga cien por siento la pena como para ir a vivir juntos e invadirle el hogar, por supuesto.

― No ha dicho nada, y yo menos―Mihye le dio un trago a su jugo de naranja mirando para otro lado, sabiendo que Soojin la estaba juzgando con la mirada ahora mismo. ― No lo dejé ni reaccionar que a penas lo vi, pagué, saludé y salí corriendo.

― ¡Tarada!—ella golpeó la nuca de la chica, la menor se quejó intentando taparse con un cojín del sofá para impedir recibir mas golpes dolorosos. Una vez que Soojin se calmó de tener la mano larga como toda hermana mayor, por fin habló. — ¿No era que te gustaba?

― Sí, esa es la razón por la que me puse nerviosa―confesó dejando el jugo y ramen a un lado, ya estaba llena. Mihye se acomodó ahí en el suelo sobre la alfombra roja que tenía Soojin en su sala de estar y se dejó apoyar su espalda contra el sofá mientras miraba la televisión.

― Entonces haciendo esa cosa de huir no le estas dando indicios de interés―cuando Soojin la retaba de esa forma, brusco y sin pelos en la lengua, la hacía sentir mal porque le daba razones para pensar sobre sus decisiones tomadas y replantearse si fueron buenas o no.

La mayoría de veces son unas malas jugadas que Mihye hacía, y Soojin le reprochaba aquello siempre que podía.

― Mira―le mostró la pantalla de su celular con, aún, la notificación de esta tarde intacta. Mirarla me daba ilusiones. ― Es él. ¿Qué hago?

― Síguelo de una vez, no seas necia―su hermana fue a tirar los potes de ramen a la basura y de la heladera trajo los helados que Mihye había comprado. — Eres todo lo contrario a mi. Piensas mucho las cosas, solo hazlo y ya.

Mihye lo pensó no una ni tres veces, fueron cinco. Supongo que debía seguir las palabras de Soojin y no pensarlo tanto. Ella la persona mas decidida que conocía y si su hermana en su lugar ya lo hubiera seguido entonces debo tener fe con que algo bien saldrá de ahí.

Aceptó la solicitud y lo siguió de vuelta. Una parte de Mihye se sintió aliviada, se sintió bien. La menor sonrió comiendo su helado sabor cereza.

― ¿A qué hora llega Minhee?

Lentamente Mihye se empezaba a sentir con algo de sueño. La cortina del gran ventanal que daba al balcón estaba abierta, por ahí se podía ver la gran y hermosa luna llena.

— No vendrá hoy. Su madre lo llamó para que vaya a visitar a su abuela a la silo en Busan—contaba algo indignada a la par que comía su helado. Mihye había empezado a jugar un juego en su celular mientras la escuchaba. — Casi nunca lo hace y es porque su relación con la familia de su madre es asquerosa. Pero bueno, Minhee aún tiene cuentas de dinero que le pertenecen a sus padres, una de ellas va al departamento, así que debe ir a besarle los pies a su abuelita casi hecha cenizas con una sonrisa falsa si no queremos quedarnos en la calle.

Mihye rio luego de lo que Soojin había contado. Se notaba a kilómetros que la mayor no tenía una buena relación con la familia de su novio, y nadie la culpaba. Mihye pasó ya dos cumpleaños de Minhee junto a su familia y solo estar con ellos cinco horas fue suficiente como para saber que la familia del chico estaba dividida entre dos bandos.

— ¿Qué juegas?—Soojin se sentó a un lado de su hermana con su celular en manos. — ¡Hide Online! Lo juego con Gyuri y Miyeon cuando tenemos tiempo.

— Juguemos juntas entonces.

— Me parece bien.

— No te quejes si te gano.

— ¡Ja! Cállate, inepta.

Eran las cuatro de la madrugada. Mañana, por suerte para Mihye, era domingo y no tenía ninguna responsabilidad que atender. Eso era un alivio a su pobre conciencia y cuerpo. La chica solía leer para despejarse y poder dormir. pero hoy ni siquiera pudo hacer eso.

La castaña cerró el libro de un golpe y bufó porque sabía que si se acostaba no podría dormir cómodamente. Estaba entre contar ovejas o no dormir. Pero la segunda no le parecía una opción sana.

La pantalla de su celular se había iluminado. Estaba sobre la mesa de luz y su vista se centró solo en ese aparato rectangular que hacía una luz gracias a aquella notificación recién llegada. Lo tomó y desbloqueó. Eran cuatro mensajes directos de Instagram.

Mihye, siendo sincera, ya no sabía que esperar de esa aplicación. No quería ver los mensajes porque no quería hacerse ilusiones de quien podrían ser esos cuatro mensajes. No quería hacerse la cabeza con algo tan pequeño, pero ya era demasiado tarde. Sus esperanzas habían aparecido apenas tomó el celular con sus manos para ojearlo.

"¡park.sung.hoon te ha enviado 4 mensajes nuevos!"

Y ahí se iban las pequeñas esperanzas. Suspiró y abrió la aplicación de una vez, yendo directo a esos mensajes por parte de Sunghoon. Algo se le hizo raro a Mihye una vez que recordó que eran las cuatro de la madrugada. Frunció el ceño mientras leyó el primer mensaje en la oscuridad de la noche.

"¿Estas despierta? Bueno si no contestas entonces no lo estas"

"Estoy en un bar y creo que me pase un poco de copas aunque puedo ver bien y no escribo tan mañ"

"Quiero decir mal*"

Una leve risa se escapó de los labios de Mihye.

"Quiero verte, ¿vienes o voy por ti?? No puedo aguantar hasta el martes, Mihye"

La sonrisa de hacía unos segundos desapareció e un instante, y otra vez se encontraba con el ceño fruncido. Sabía que estaba algo pasado de copas pero no sabia si Sunghoon era el tipo de borracho que decía la verdad. Si ese era el caso, Mihye estaba algo jodida.

Le parecía una mala idea pensar en un compañero de trabajo interesado en ella. Y menos pensando en Sunghoon.

"Park Sunghoon, ¿estas bien? ¿necesitas que vaya por ti? Tengo una bici"

Solo esperaba que dijera que no, que estaba con algún amigo o amiga y que solo le habían sacado el celular para jugarle una broma algo anticuada. Sin embargo, la respuesta fue inmediata y para la sorpresa de Mihye, todo lo contrario a lo que se esperaba.

"Ven a buscarme"

"📍Ubicación actual"

Quiero suponer que hay alguien en la otra vida que desea verla sufrir y verla quejarse de su día a día con el enojo de los mil dioses. La chica estaba completamente segura.

"Estaré ahí en quince minutos."