Capítulo 10

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A la mañana siguiente, Jisung despertó con un fuerte dolor de cabeza.

Apretó sus ojos con fuerza y luego los frotó con sus manos. Sacudió la cabeza y se levantó de la cama con mucho esfuerzo.

Se dio una rápida y fría ducha y cuando salió del baño en su habitación, vio que Minho seguía durmiendo. Se veía tan lindo y tranquilo que hizo que una gran sonrisa apareciera en el rostro de Jisung, pero esta desapareció unos segundos después, cuando un recuerdo llegó a su mente acompañado de un sentimiento de culpa. Se tensó y bajó la mirada, apretando los puños. Negó rápidamente con la cabeza para esfumar todos esos pensamientos.

Se fue a la cocina para preparar el desayuno para ambos.

Cuando terminó, se sentó con los codos apoyados en la mesa, esperando a que Minho despertara.

Miraba un punto fijo y su mente comenzaba a viajar en el tiempo, a la noche anterior específicamente. El lindo rostro de aquel chico aparecía repetidas veces ante su vista y automáticamente se sonrojaba, sin querer. Cuando esto ocurría, su dolor de cabeza se intensificaba, obligándolo a volver a la realidad.

—Buen día~ –le saludó Minho soltando un tierno bostezo mientras restregaba sus ojitos con las mangas de su camiseta en sus puños. El pelinegro sonrió y lo saludó de vuelta, acercándose a él para tomarlo en sus brazos.

—Ven, toma tu desayuno amor.

Le dio una taza de café y una tostada y comenzó a comer su desayuno sentado en las piernas de su novio, como un bebé.

—¿Quieres ir a comer fuera hoy? –preguntó Jisung de pronto. Minho asintió rápidamente dando pequeños y rápidos aplausos, le gustaba mucho cuando salían, ya fuese a comer a otro lugar o simplemente a pasear, porque eso significaba pasar tiempo juntos. —¿Qué te parece si vamos a McDonald's y luego vamos de compras? –Minho asintió de nuevo, aún más feliz.

Cuando terminaron su desayuno, ambos fueron a arreglarse para comenzar el día.

(...)

Pasado el medio día llegaron a su destino y Minho parecía un niño pequeño cuando entraron al gran local de comida.

—Pide lo que quieras bebé –le dijo Jisung guiñando un ojo y el otro asintió muy feliz.

Cuando ya habían ordenado, Jisung se quedó esperando a que su pedido estuviera listo y Minho se fue a buscar una mesa para los dos. Se sentó y comenzó a mover sus pies impaciente. Observaba todo alrededor suyo en aquel gran patio de comidas, la decoración, las luces, a las personas y de pronto divisó a alguien.

—¡Felix! –exclamó moviendo su mano en el aire, llamando la atención del rubio, quien comenzó a acercarse a él cuando lo reconoció.

—Hola Minnie, ¿cómo estás? ¿qué haces por aquí? –preguntó su amigo con una sonrisa.

—Vine de compras con Jisung, él está por allá, esperando nuestra comida –le respondió muy feliz.

—Me alegra que todo esté bien entre ustedes de nuevo, Honnie –ante esto, el mayor le dio una sonrisa de agradecimiento.-Bueno, fue un gusto verte, pero ya tengo que irme, Changbin está esperando.-avisó Felix mientras agitaba su mano en el aire, alejándose por donde había llegado. Minho se despidió también.

Unos segundos más tarde llegó Jisung con dos bandejas. Las dejó en la mesa y se sentó frente a su novio.

—¿Con quién hablabas? –preguntó Jisung con curiosidad, ya que había visto a alguien cerca de Minho anteriormente.

—Era Felix, mi amigo, ¿lo recuerdas?

Jisung se congeló por un momento al escuchar su nombre, pero enseguida borró ese pensamiento de su cabeza, no podía ser él, ¿cierto? Minho notó la confusión en Jisung, así que siguió dando pistas para que recordara a Felix. —El australiano, rubio... teñido pero bueno, el novio de Changbin ¡vamos, hemos salido juntos los cuatro muchas veces!

Si Jisung se había congelado apenas al oír su nombre, cuando escuchó eso último, hasta su respiración se detuvo. ¿Había besado al mejor amigo de su novio? Sí que estaba jodido. Entonces recordó cuando Seungmin lo detuvo la noche anterior y le dijo esas palabras.

—¿Sungie...? –Minho pasaba una de sus manos por frente de los ojos del menor, que parecía estar en algún tipo de trance.

—¿Qué? Ah, sí, sí lo recuerdo bebé –le respondió mostrando una sonrisa y Minho lo miró extrañado, pero decidió ignorar su comportamiento.

Jisung se sentía muy culpable. Tanto que en cualquier momento iba a explotar y le diría a Minho todo lo que había pasado, cosa que no quería hacer porque en serio no quería herir a su novio. Decidió simplemente guardar silencio y comenzar a comer de las cosas en su bandeja.

(...)

Ya había perdido la cuenta de las tiendas a las que habían entrado a ver ropa. A Minho le gustaba mucho salir de compras. Jisung iba caminando detrás del mayor con bolsas en ambas manos, mientras lo miraba con una sonrisa, su pequeño estaba tan feliz. De pronto vio una peluquería a la distancia y pensó en algo.

—¡Honnie! –le llamó y este se detuvo, dándose la vuelta —¿Me acompañas?

El menor se dio la vuelta mirando hacia donde apuntaba Jisung y asintió dando pequeños saltitos.

Estuvieron allí cerca de una hora y salieron, Jisung con su cabello rubio y Minho con estrellitas en sus ojos por lo lindo que se veía su novio con su nuevo look.

—Jisungie... me gusta mucho como se ve tu cabello rubio –le dijo dando pequeños aplausos. El menor sonrió y atrajo al otro para darle un beso en la frente.

—¿Vamos por unos helados? Se dirigieron hacia la heladería más cercana y ambos pidieron helados distintos. Se sentaron en unas sillas que eran un poco altas, así que Minho se divirtió moviendo sus pies en el aire, igual que un niño pequeño. No podían culparlo, estaba muy feliz por haber salido con su novio y hacer tantas cosas juntos ese día. Iba a decirle lo feliz y agradecido que estaba por estar con él, pero el rubio se adelantó.

—Honnie, ¿puedo hablarte sobre algo?

my only [hanknow/banginho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora