Capítulo 45

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Chan, que entraba a la habitación vistiendo una bata y secando su cabello, se alarmó al oír el repentino llanto de Minho. Se acercó corriendo hacia él, muy preocupado; hace un rato estaba de lo más feliz y ahora, de la nada, había comenzado a llorar. 

—Minho... ¿qué pasó bebé? –le preguntó sentándose a su lado en la cama y abrazándolo con fuerza mientras comenzaba a acariciar su espalda y su cabello con una suavidad tranquilizante, pero que no logró detener los sollozos y lágrimas del castaño. 

Minho no respondió, solo cubrió su rostro con sus manos y siguió llorando. ¿Por qué tenía que pasar esto justo ahora? 

—Cariño, estás preocupándome, ¿qué fue lo que pasó? –el rubio se sentía angustiado, ¿qué le podría haber pasado a su pequeño para ponerlo tan mal de un momento a otro? 

—Chan n-no quiero... –musitó Minho en un hilo de voz.

—Si no quieres decirme está bien...

—N-no, no es eso... es que yo no quiero hacerlo... no q-quiero verlo ni hablar c-con él. 

Chan se sentía el triple de confundido que antes, ¿a quién se refería? 

—Ji...s-sung... 

Al oír ese nombre, todo su cuerpo se tensó, apretando inconscientemente el hombro de Minho, que soltó un pequeño quejido. Al percatarse de ello lo soltó de inmediato, muy apenado. 

—Lo siento Honnie, no quise hacerlo.... ¿cómo es eso de que Jisung quiere que hablen?

—¡No lo sé! no tengo n-nada de qué hablar con él, ya todo lo nuestro está en el pasado, no t-tenemos asuntos pendientes, yo... –no le fue posible seguir hablando, porque el llanto se adueñó de él, soltando fuertes sollozos sin parar y no siéndole posible formular palabra alguna. Chan sentía hervir su sangre, estaba harto de que el peli negro siguiera tratando de interponerse entre ellos y de que destrozara la estabilidad y bienestar que Minho había logrado conseguir después de tanto tiempo.

—Solo ignóralo bebé... –le propuso Chan, después de todo era lo mejor. Minho asintió tratando de detener su llanto antes de que alguien más en la casa lo escuchara y se preocupara.

(...)

Minho se despertó con un fuerte dolor de cabeza gracias a lo que había llorado horas antes. Abrió sus ojos y vio la oscuridad de la habitación, que era acompañada por la leve claridad que entregaban los faroles en la calle, que intentaba colarse entre las cortinas. Miró a su lado y vio a Chan durmiendo plácidamente y sonrió al escuchar su respiración tranquila. Se sentó en la orilla de la cama con mucho cuidado, no quería despertar al castaño a esas horas, y restregó sus ojos un poco, para alejar el sueño. 

Cuando se levantó por fin, iba a caminar hacia fuera de la habitación, pero notó un brillo molesto a su lado, la pantalla de su celular se había encendido, mostrando una llamada entrante de un número que desconocía. Lo miró extrañado, ¿quién podría estar llamando a las 3 de la mañana? Tomó el dispositivo y salió de la habitación, contestando la llamada en su camino a la cocina. 

—¿Hola...? 

—Hola Honnie... ¡p-por favor no cuelgues! solo quiero hablar c-contigo, por favor e-escucha lo que tengo que decir... 

Minho detuvo su andar inmediatamente, esa voz, esa maldita voz que hasta en ese momento no supo lo mucho que la extrañaba. Le costó mucho reaccionar, sentía su corazón y su respiración acelerados, estaba entrando en pánico, quería colgar, pero simplemente no podía hacer ningún tipo de movimiento. 

—Minho... n-no sabes lo arrepentido que estoy p-por todo lo que hice... me odio por haberte hecho t-tanto daño, jamás podré perdonarme todo eso... Honnie y-yo... yo te amo, t-te amo y te necesito de vuelta –el peli negro al otro lado de la línea dejó que sus sollozos salieran libremente, resonando en los más profundo de los oídos de Minho. Este solo se mantenía inmóvil, cubriendo su boca con fuerza para no dar paso a los fuertes sollozos que amenazaban con salir. 

Su rostro ya se encontraba totalmente empapado por las lágrimas que no pudo guardarse. 

—Honnie... regresa conmigo p-por favor, sin ti y-yo no soy nada... ¡te prometo q-que cambié! nunca más volveré a cometer los e-errores del pasado ¡créeme! solo regresa... te lo suplico bebé... 

Minho negó con su cabeza, sin formular alguna palabra aún. No quería hablar, no iba a permitir que Jisung lo escuchara tan vulnerable como estaba en ese momento, se vería patético.

—¿P-podrías al menos perdonarme? –volvió a hablar Jisung sin dejar de llorar y suplicar. Minho apretó sus ojos y siguió negando con su cabeza, presionando levemente esta con su mano libre. 

Finalmente, como un acto de desesperación, terminó colgando la llamada luego de que se formara un silencio en el que solo podían escucharse los sollozos de Jisung. 

Caminó hacia la sala, dejó su teléfono sobre la pequeña mesa y se sentó en el sillón, tomando un cojín de este para hundir su rostro y soltar todos los quejidos y sollozos que había estado guardándose. 

—¿Por qué n-no solo me d-dejas en paz? –se preguntó en un susurro –tenías que hacer esto justo cuando ya había logrado o-olvidarte, eres un idiota... t-te odio. 

Luego de unos minutos se acostó en el sillón sin dejar de abrazar el cojín y tratando de no ser tan ruidoso con su llanto. Se sentía terrible por haber vuelto a saber de Jisung. El estar lejos de Seúl todo ese tiempo le había ayudado a olvidarlo con mucha facilidad, incluso hasta podía decir que se olvidó de su existencia y de que fueron algo antes. Pero ahora todo eso se estaba yendo a la basura. Tenía miedo de que, por culpa de Jisung, su corazón comenzara a confundirse y no supiera si quedarse donde está bien o volver con el amor de su vida. 

(...)

Chan se volteó en la cama para abrazar a Minho, pero se llevó una gran sorpresa cuando sus brazos cayeron directo al colchón debido al vacío a su lado. Se levantó rápidamente, el sueño se fue por completo. Supuso que era temprano por la mañana, aún estaba oscuro pero podía escuchar algunos pajaritos anunciando el inicio de un nuevo día. 

Salió de la habitación en busca de Minho y cuando por fin lo encontró, sintió cómo su corazón se comprimía. Estaba durmiendo en el sillón, demasiado acurrucado para poder obtener un poco de calor, totalmente aferrado a uno de los cojines. Se acercó rápidamente al chico y se agachó a su lado. Notó que sus ojos estaban rojos e hinchados y supo de inmediato que estuvo llorando. Iba a tomarlo en sus brazos para llevarlo de vuelta a la cama, pero al ver que su teléfono, que se encontraba aún en la mesita, se encendió debido a una llamada, se levantó nuevamente y se alejó para contestar. 

—Minho p-por favor... –fue lo primero que escuchó del otro lado, sintiendo su sangre hervir, estaba furioso. 

—¿Otra vez tú molestando, basura? –escupió con la ira a flor de piel. —deja a Minho en paz ¿acaso no logras entender que ya no tiene el mínimo interés en ti? 

—Cierra la boca imbécil –respondió el peli negro muy enojado. —Minho me pertenece, él todavía me ama, solo te está usando para olvidarse de mí...

—¿Así que lo tratas como una cosa? él no te pertenece y jamás lo hará. Ahora desaparece de su vida antes de que yo me encargue de ti, idiota.

—¡Voy a destruirte pedazo de...! 

Chan cortó la llamada y seguidamente bloqueó el número de Jisung. Se quedó de pie en el mismo lugar por unos segundos, respirando profundamente para calmarse y pensando en algo que no le agradaba para nada... ¿y si Minho en serio no lo amaba?

my only [hanknow/banginho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora