Capítulo 71

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Los labios de Chan se separaron inevitablemente por la sorpresa. Sintió sus ojos picar al ver a Minho parado allí, justo en frente suyo, si era honesto, jamás imaginó que eso ocurriría. 

Quiso lanzarse hacia él en un abrazo, pero se detuvo antes de hacerlo, no quería invadir su espacio de esa forma. Minho notó sus intenciones y entonces dejó salir una suave risita para luego abrir sus brazos, dándole así la luz verde a Chan para que lo abrazara tan fuerte como quisiera. De pronto se escucharon unas pequeñas patitas corriendo hacia ellos y Minho supo de inmediato que se trataba de la cachorrita de Chan. Este se separó del abrazo cuando Berry comenzó a tirar de su pantalón, como si quisiera alejarlo de Minho, cuando dio un paso atrás, la pequeña comenzó a saltar frente a Minho, sacándole una tierna risita a ambos y luego se agachó frente suyo para acariciarla.

—Ella también te extrañó mucho. Me alegra verte por aquí, ¿te duelen? gracias a dios ese idiota fue a la cárcel, se lo merecía. Estoy muy feliz porque... –luego de unos minutos de abrazar a Minho, ver sus heridas y acariciarlas con suma suavidad, sin parar de hablar, finalmente lo hizo al sentir que agobiaba y molestaba a Minho. Entonces se alejó un poco más y le indicó al chico que pasara, cerrando la puerta en seguida. 

—Chan yo... hay algo de lo que quiero hablarte –comenzó Minho mientras se dirigían a la sala, sentándose juntos en el sofá más grande, Berry en las piernas de Minho y este acariciando su suave pelaje; Chan asintió, dándole toda su atención —¿cómo has estado? –le terminó preguntando antes de ir al grano y Chan soltó una pequeña risita jugando con sus manos, nervioso.

—Estoy bien Honnie... ahora lo estoy –respondió con un leve sonrojo apareciendo en sus mejillas mientras mantenía sus ojos sobre los de Minho y viceversa. Minho rió pequeño y desvió la mirada cuando sintió su rostro acalorado. 

—Eso es bueno, yo... quería venir a disculparme –Chan frunció un poco el ceño al oír eso, pues no creía que hubiera algo por lo que Minho debiese disculparse, él no había hecho nada malo. Pero aún así lo dejó continuar —lamento haberme ido y haberte dejado de un momento a otro, sé lo terrible que te sentiste y créeme que lamento mucho haberte hecho daño, nunca quise hacerlo, yo n-no... 

—Está bien Honnie, no debes disculparte –le interrumpió Chan en un tono de voz suave y tranquilo —, pero si te hará sentir más tranquilo, acepto tus disculpas ¿sí? 

Minho sonrió pequeño y asintió despacio, sintiéndose más aliviado que hace unos minutos, como si se hubiera quitado el peso de la culpa de encima. Luego de unos segundos más de silencio, volvió a hablar, tragándose los nervios. 

—También... hay algo que me gustaría preguntarte –explicó jugando con sus manos otra vez y al oír un sonido de afirmación por parte de Chan, soltó un pequeño suspiro y se animó a decirlo —verás, yo en serio te quiero... eres muy importante para mí, por eso no quiero que las cosas estén mal o se sientan incómodas entre nosotros, quiero que... sigamos siendo amigos y estemos bien ¿qué dices?  –finalizó con una pequeña sonrisa, ansioso por la respuesta que le daría Chan, aunque al ver ese brillo en sus ojos y la gran sonrisa en sus labios, tuvo una idea de lo que diría. 

—Me encantaría, sí, absolutamente –respondió el mayor fallando en el intento por ocultar su emoción y Minho rió despacio, muy feliz.  Entonces sellaron ese momento con un fuerte y amistoso abrazo que les trajo paz y tranquilidad a ambos. 

Minho se quedó pensando unos segundos y recordó la situación de más temprano en el hospital y pensó que no sería mala idea preguntarle a Chan, para salir de la duda y porque sus amigos eran muy malos mintiendo y sospechaba de las respuestas que le dieron en ese momento.

—Channie... –habló Minho bajito, aunque no era como si alguien pudiera escucharlos, o eso creían al menos. Chan no pudo evitar sentir cosquillas en su interior cuando escuchó a Minho llamarlo así, le gustaba mucho como sonaba ese sobrenombre saliendo de los labios del menor. Tratando de dejar de lado esos sentimientos que le provocaba Minho –porque aún no dejaba de sentir cosas cuando se trataba de él–, hizo un movimiento con su cabeza para indicarle que le estaba escuchando, por lo que Minho continuó —Tú...¿eras tú? más temprano en el hospital... 

Chan rió despacio un tanto avergonzado y rascó su nuca mientras asentía. 

—Sí... los chicos me contaron lo que pasó y me preocupé mucho –le explicó Chan y al recordar todo lo que sus amigos le contaron, volvió a sentir todas esas cosas que sintió entonces, pena, rabia, impotencia y ganas de matar a alguien, a Jisung por ponerle las manos encima a su pequeño —quería ir a verte en serio, pero creí que tú no querrías verme así que fui mientras estabas...

—Gracias –le interrumpió Minho con una sonrisa algo tímida –, por siempre preocuparte por mí. 

—Siempre lo haré... –y Chan se vio interrumpido esta vez por un estruendo proveniente de afuera. Ambos miraron en dirección a una de las ventanas de la sala asustados por el ruido que se escuchó y luego confundidos porque comenzaron a oírse risas. Chan fue el primero en encaminarse a la ventana y cuando estuvo allí, con Minho detrás suyo, abrió los visillos y posteriormente la ventana, encontrándose con una escena algo inesperada. 

Tirado en el césped estaba Jeongin y Hyunjin se afirmaba el estómago mientras reía sin parar. Minho al verlos se sonrojó violentamente porque pensó que quizás habían escuchado todo lo que habló con Chan antes, y este solo fulminaba a los otros dos con la mirada mientras se aguantaba la risa. 

—¡Ya no te rías, ayúdame! –lloriqueó Jeongin incorporándose en el césped y Hyunjin le tendió una mano sin parar de reír, parecía que aún no notaban la presencia de los otros. 

—¿Qué creen que hacían? –preguntó Minho aún muy avergonzado y los otros dos dieron un salto en su lugar y el mayor de todos trató de calmar su risa luego.

—Te dije que no subieras a la maceta –dijo aún soltando una que otra carcajada y Jeongin le dio un golpe en el hombro molesto y haciendo un berrinche.

—¡No podía ver bien! y no pensé que la tonta maceta iba a voltearse –exclamó cruzándose de brazos y Hyunjin le abrazó para que no se enojara. Los otros dos habían salido de la casa para encontrarse con ellos en el patio y Chan les dio un zape a ambos y luego se acercó a ma maceta que Jeongin había botado. 

—¿Estás bien? –le preguntó a la plantita que estaba allí, y Jeongin sin notar que no le hablaba a él, respondió.

—Sí, gracias, pero... ¡oye! –exclamó cuando vio a Chan acariciar la maceta y luego le dio un manotazo a él, sacándole risas a los demás. 

Minho se mantenía algo distante de los otros tres, pero mirándolos detenidamente y disfrutando de la escena frente a sus ojos; estaban todos allí, juntos, felices, ya nada estaba mal. En ese momento Minho se sentía completo, querido, acompañado y libre de la más mínima pizca de miedo a estar solo, pues nunca más lo estaría.

my only [hanknow/banginho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora