my only [hanknow/banginho]

Capítulo 18

Cuando llegaron a su destino, Chan detuvo el auto y Minho bajó de este. Se quedó parado en su lugar esperando que el castaño llegara a su lado. 

—¿Entramos? –asintió levemente y caminó delante de Chan. 

Cuando divisó a sus amigos los saludó a la distancia y Chan hizo lo mismo.

—¿Quieres beber algo? –preguntó dándole un vaso y lo llenó con aquella bebida alcohólica.—Perdona, no creas que quiero hacer que bebas más de lo debido –comenzó a agitar sus manos rápidamente. Minho soltó una risita.

—Está bien Chan, tranquilo, lo sé –. El rubio sonrió y tomó su propio vaso. Llevó una de sus manos al cabello de Minho y lo desordenó levemente, provocando que se sonroje.

—¿Vamos? –Minho levantó la mirada y vio que Chan estaba caminando, por lo que se apresuró en ir tras él, siguiéndolo sin decir nada.  Llegaron a unas escaleras que daban hacia el patio y se sentaron allí. 

(...)

Al igual que cuando se conocieron, estuvieron hablando por unas horas. Chan le contaba cosas a Minho y este le prestaba toda su atención, y viceversa.  De pronto un gran silencio se formó entre los dos, escuchándose nada más que la música de fondo. De todas formas no era incómodo. 

Minho observaba todo a su alrededor mientras la vista de Chan solo se mantenía sobre él, como si quisiera apreciar hasta el más mínimo detalle.

—Oh... –murmuró Chan llamando la atención del rubio. —Hoy no traes ese anillo de la otra vez... ¿ya no estás...? ¡Lo siento! No quería incomodarte, no tienes que responderme, yo... –se arrepintió de decir ello cuando vio a Minho bajar la mirada hacia su dedo, pero este solo sonrió y soltó una risita, negando con su cabeza.

—Creo que olvidé ponérmelo –respondió simple. Se quedó mirando fijamente el lugar en el que debía estar el anillo y un nudo se formó en su garganta. ¿Por qué debía pensar en él ahora?

—¿Honnie...? –el rubio iba a tomar el mentón de Minho para que levantara la vista, pero este fue más rápido y miró hacia otro lado antes, ocultando sus ojos cristalizados y tratando de hacer que las lágrimas no siguieran acumulándose. —Minho... ¿qué ocurre? –el nombrado negó con su cabeza y limpió rápidamente sus ojos, pensando que con eso se irían todas las lágrimas, pero no fue así. 

Chan se agachó en frente suyo y logró tomar su mentón, haciendo que lo mire. Iba a hablar, pero Minho lo interrumpió lanzándose hacia sus brazos y escondiendo el rostro en su cuello. Chan lo abrazó también, acariciando su espalda con suavidad. Nada más se mantenían en silencio, no sabía qué decirle puesto a que no tenía idea de por qué estaba llorando. 

Minho mientras tanto no podía dejar de pensar en Jisung y cuando eran muy felices los dos juntos. Solo ellos, con nadie que se interpusiera en lo suyo. Extrañaba esos momentos, extrañaba el amor que el rubio solía darle, lo extrañaba mucho. 

—Shh... tranquilo Minhonnie, aquí estoy... –susurró Chan y al instante en que notó lo que dijo, se sonrojó. 

Segundos después, Minho se separó del abrazo y llevó ambas manos a sus ojos, secando sus lágrimas.

—Tal vez sigo siendo un desconocido para ti pero... si quieres hablar sobre lo que pasa, estoy aquí para escucharte, cuando sea que lo necesites... 

Minho sonrió entre sollozos y decidió contarle todo lo que sucedía a Chan, necesitaba dejar salir todo eso. 

—Yo... extraño cómo era lo nuestro antes, cuando era... cuando éramos felices. Ahora solo lloro y tantas inseguridades que creí ya no tener están saliendo a la luz... 

—Siento decir esto pero tu novio es un idiota –dijo Chan y el rubio frunció sus labios. —...en realidad no lo siento –susurró luego y Minho no pudo contener una risita. —En serio, Honnie... mereces algo mejor que eso, alguien que te valore y te ame y no te reemplace por simples momentos con otros... ¿por qué no terminas con él y ya? 

—Si fuera tan fácil ya lo habría hecho... sé lo que vas a decir pero no, para mí no es fácil porque... siento que nadie más va a quererme como Jisung lo hizo en un principio. 

Chan soltó un suspiro molesto. En serio le enojaba ver cómo ese tal Jisung tiraba y pisoteaba toda la autoestima y la seguridad del inocente y lindo Minho. 

(...)

Luego de que Minho logró calmar su llanto y sus sollozos miró a Chan y este le sonrió.

—Chan, ¿podrías llevarme a casa? 

El rubio asintió rápidamente y se levantó, extendiendo su mano para ofrecerle ayuda al levantarse. Salieron de la casa y una vez en el auto, Chan se puso a pensar en que Minho debería llegar a ver a ese idiota de su novio, por lo que tuvo una idea. 

—Minho... ¿quieres dormir en mi casa esta noche? Quiero decir, no es por nada uhm... 

Minho entendió el por qué de esa pregunta. Negó con una sonrisa.

—Gracias Chan, pero no te preocupes, estaré bien. 

Cuando estaban frente el edificio de Minho, este se volteó a mirar a Chan con una gran y sincera sonrisa.

—Muchas gracias, Chan... por todo lo que hiciste por mí esta noche... –. No esperó una respuesta y se acercó al rubio para envolverlo en un abrazo, el cual le fue correspondido. 

Abrió la puerta del auto y bajó con la sonrisa fija en su rostro. Se despidieron y caminó hacia su departamento. 

Ese chico en serio sabía cómo hacerle sentir bien.