Capítulo 40

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Por primera vez en mucho tiempo, Minho estaba tranquilo, todo su ser lo estaba. Su corazón estaba sanando cada vez más rápido, y todo gracias a Chan. 

Ya iban por su segunda semana en Busan y estaban teniendo las mejores vacaciones de sus vidas. Los padres de Minho se encariñaron mucho con Chan, sobretodo su madre, y es que nadie podía resistirse a los encantos de ese chico. 

Habían ido a tantos lugares juntos, tanto con la familia como ellos dos solos. Sin duda estaban pasándola de lo mejor. Minho tenía tantos lugares a los que moría por visitar junto a Chan y este siempre le acompañaba gustoso. 

Gracias a Chan, el pequeño castaño no tenía tiempo para preocuparse por nada, siquiera para pensar en Jisung. 

A las 09:30 comenzó a sonar la alarma que Minho puso en su teléfono el día anterior. Tenían muchos planes para este nuevo día en Busan. Cuando Chan escuchó el tono de la alarma resonando por la habitación, abrió sus ojos de inmediato, estaba muy emocionado por ir donde Minho quería llevarlo. Por otro lado, este soltó un quejido cuando escuchó el molesto ruidito y tapó su rostro con las mantas, acomodándose para seguir durmiendo. Chan rió y apagó la alarma. Se volteó hacia Minho y trató de bajar las mantas para ver su rostro. Luego de varios intentos finalmente logró quitarlas. 

—Vamos Honnie, un gran día nos espera~ –susurró Chan con su voz adormilada. Minho moría cada vez que el rubio le hablaba por la mañana, su voz levemente ronca tenía una especie de poder sobre él. Abrió sus ojos apenas y le dio una sonrisa. 

—Solo cinco minutos –murmuró volviendo a cerrar sus ojos. Chan rió otra vez y se acercó más a Minho, comenzando a dejar pequeños besitos por todo su rostro, haciéndole cosquillas. —está bien, ya voy Chris –rió despacio. Chan detuvo los besos y se quedó mirando a Minho con ese brillo tan característico que solo aparecía cuando lo miraba a él. Quitó un mechón de cabello que estaba levemente pegado a su frente y luego dejó su mano sobre la mejilla del otro. Minho sonrió y se alzó un poco para dejar un corto beso en los labios de Chan. Eso fue suficiente para que el castaño tocara el cielo. 

Minho se levantó de la cama riendo despacio. 

—Hoy está muy frío –dijo abrazándose a sí mismo mientras buscaba qué ponerse en su armario, donde tenía más ropa aparte de la que traía en su maleta. 

Cuando sintió los brazos de Chan rodearlo por la espalda, miles de sensaciones invadieron su cuerpo y no pudo evitar esbozar una linda sonrisa. Se dio vuelta para enfrentar al rubio y este no perdió el tiempo; de inmediato atrapó los labios de Minho con los suyos, iniciando un largo beso, lleno de lindos sentimientos. Al separarse de aquel beso, Minho apretó el abrazo en el que estaban y apoyó su cabeza en el pecho de Chan. Amaba su lugar seguro. 

—Debemos darnos prisa si queremos llegar temprano –avisó Minho y el otro asintió, dejando un pequeño beso en la frente del castaño. 

Finalmente se separaron y comenzaron a arreglarse para salir. 

Prepararon sándwiches y otras comidas pequeñas para llevar, de seguro les daría hambre en medio de su "expedición", como le llamó Minho. Los pusieron en una mochila y también llevaron una manta con ellos. 

(...)

Ante los ojos de Chan, el castaño se veía realmente tierno con ese gran abrigo y esa gran bufanda dándole calor a su cuerpecito. Busan estaba muy helado, sobretodo a esas horas de la mañana.

—¿A dónde iremos? –preguntó Chan. Estaban esperando el taxi que había llamado Minho. 

—Al monte Geumjeongsan –respondió con una sonrisa y dando pequeños aplausos acompañados de pequeños saltitos. —te gustará, es muy lindo. Cuando era pequeño solíamos ir mucho. 

my only [hanknow/banginho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora