Trono de Cuervos

13. Esen.

13.
᯽

La luz blanquecina del baño era un alivio luego de la sobrecarga de negro y rojo en la pista, yo fui la segunda en pasar a hacer pis, Raizel sabía que siempre tardaba más en hacer en baños públicos, por lo que avisó que me esperaría fuera.

Observé mi reflejo en el espejo, mechones castaños mostrándose donde la decoloración no había llegado con tanta fuerza y el rosa tinto iba en manchones hasta mezclarse.

Hice lo que pude por arreglar el desastre en mi cabello, estiré las faldas del vestido y usé toallas húmedas para secar el sudor de mi rostro y escote.

Debía ser un club realmente exclusivo, si el tocador se encontraba así de vacío.

Al salir me sentía mucho más fresca, incluso si todavía mis labios hormigueaban por el beso de Constantino.

El baño quedaba a la vuelta de unas escaleras, pero no encontraba a Raizel en ningún lugar cerca, supuse que ya había vuelto con los demás pero la encontré en una esquina, debajo de las escaleras que subían hasta otra plataforma que hacía de segundo piso.

Estaban escondidos en la sombra, ella y su acompañante, deseé haber tenido el oído agudo de uno de ellos.

Desde ese ángulo, y sin exponerme, solo pude ver a Raizel y Cas, discutiendo, otra vez, ella parecía acercarse cada vez más, casi me imaginé su cara petulante, hasta que él la besó.

Rodé los ojos, lista para irme, cuando noté que Cas salía de su escondite, se acomodó la montura de sus lentes, antes de pasar por mi lado, sin verme.

Cavale siguió su camino para perderse en la multitud.

En un principio los había confundido, asumiendo por la cercanía que compartían que se trataría de su novio, y no de otro tipo.

Corrí nuevamente al baño, me gané una mirada desconfiada de un grupo de chicas, salí un momento después para encontrarme con Raizel.

Me debatí sobre mis opciones y al final decidí fingir que no había visto nada, no sin tener que tragarme un amargo recelo, Raizel fue la que me sermoneó esa misma noche por ocultarle cosas y ahora la veía siendole infiel a su novio.

No tenía ningún derecho a ocultarlo, podríamos haber celebrado juntas.

O podría actuar como una buena amiga y aconsejarle que lo mejor sería terminar con Cas porque no le convenía.

──Esen, ¿todo bien?

──Sí, claro, todo bien ──Relajé mis hombros, decidiendo no presionarla, ya me diría todo luego.

Cuando volvimos, Caín ya se había perdido en la multitud como un espectro, mientras que Constantino y Cas compartían un trago en la barra, hombro con hombro, por un momento deseé saber sobre qué.

──¿Quieren beber algo? ──Sonrió Cas, abriéndose hacia nosotras.

Su novia se acercó para recostarse contra él, quien le dejó un beso en el cuello.

Fruncí el ceño, eso no podía terminar bien, sabía de sobra que Cas no podría presumir de su historial de lealtad, pero lo mejor sería dejarlo, no continuar un círculo de cuernos.

──Esen ──La voz de Constantino me devolvió a mi lugar.

Parpadeé antes de enfocarlo, a él y su aire porfiado.

──Raizel y yo iremos al campus ──interrumpió Cas──, ella tiene clases mañana temprano, y no quiero desvelarla.

Se ganó un buen codazo por parte de ella, quien se acercó para exigirme que le enviara un mensaje ni bien estuviera en casa. Asentí.