Trono de Cuervos

37. Cavale.

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7.
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Debería ocuparme de replantear los últimos esquemas de mi tesis, de preparar una mejor carta de presentación, de pedir referencias o recomendaciones a Lessar ─con toda la hipocresía que eso conllevaba─ agotar mis últimas cartas hasta la deliberación final.

Pero si de niño había sido considerado un prodigio, de adulto desarrollé la misma maldición que todos ellos: una increíble holgazanería.

Así que, en lugar de eso, decidí ir con Azquen, a diferencia de mí, él sí estaba concentrado en su trabajo y aprovechando las últimas asesorías del doctor Asier.

Me dirigí hasta el edificio de bioquímica, el tercer piso en la facultad de Ciencias Naturales, pasé el scan de mi muñeca y cuatro accesos después al fin pude tomar el ascensor que me llevaría a destino, similar a un tubo de cristal, en breve me derivó en la igual esterilizada sala de bioquímica.

Era el área en que los Karravarath invertían más y los resultados eran a evidentes, cada zona de trabajo estaba bien delimitada con paneles de vidrio reforzado, cada sala dividida con máxima seguridad, y para el trabajo solo el equipo de más avanzado y mejor rendimiento.

El doctor Asier me saludó desde su oficina espejada al otro lado, y luego me dirigí hasta mi compañero.

Pasé el código, la puerta se deslizó para dejarme entrar, con un silbido sutil, pero que hubiera servido para alertar a alguien menos ensimismado que mi compañero.

Como la colega que estaba tomando notas con él, quien al captar mi presencia me dedicó una mirada rápida de desdén, para acto seguido abandonar la habitación.

──¿Qué le ocurre?

──Es una nueva ayudante del doctor Asier ──explicó Azquen, sin quitar la vista de su microscopio──. No le hagas caso, todos están así desde la noticia de hoy a la mañana.

──¿Qué noticia?

Solo entonces se quitó los lentes de laboratorio, los reposó sobre la coronilla antes de dedicarme una mirada extrañada.

──¿Fue hoy o ayer?

No me sorprendería si Azquen se hubiera quedado trabajando toda la noche y no encontrara diferencia entre uno y otro.

──Eso, lo del furia, ya sabes, en mis dormitorios hay un tipo juntando firmas para que nos metan a todos en el mismo edificio.

Decidí chequear la información en el Zerta, entonces entendí que era cierto, se decía que un furia había estado suelto en la ciudad e hirió a una familia en un estacionamiento.

──¿Ya lo capturaron? ──pregunté mientras intentaba encontrar información sobre eso.

Solo hasta ese momento me gané toda la atención de Azquen.

──¿Crees que nos dejarían estudiarlo? Tengo una teoría sobre el tipo de proteína que necesitamos para una vacuna de prevención. También serviría para usar su sangre como reactivo y saber si una persona es capaz o no de generar anticuerpos. Una vez que lo tienes, tu cuerpo no puede combatirlo o eliminarlo, sino que se adapta a tu sistema.