IX

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Hola ahí otro capítulo, creo que no habrá maratón, así que disfruten los capítulos por separado. Que ya comienza a ponerse bueno, a menos eso creo.

Saludos y hasta la próxima.

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Esa mañana que Dark Cacao despertó se miro confuso, aún más al tener a su costado al curandero, se preocupo demasiado al ver las marcas, moretes y zonas afectadas por golpes.

Llevo sus manos a su rostro, había recordado todo aquello, no le gusto la idea. Se levantó con cuidado, se vistió y camino hasta quedar enfrente de su amado, miro su rostro, marcas rojas en sus mejillas, de como estaban inflamadas, pero aquello se desvaneció, cuando el rubio abrió sus ojos.

Pure estaba dolido, su cuerpo le dolía demasiado, cuando abrió sus ojos y noto la presencia enfrente, un miedo lo inundó enormemente, se alejo lo más rápido que pudo, hizo una nueva de dolor, esto preocupo al emperador pero el rubio no le impidió que se acercara más.

Dark Cacao había hecho un gran error.

- Necesitas ayuda déjame...

Antes de que pudiera hacer algo, una barra, una burbuja protectora estaba alrededor de Pure, mientras intentaba no ver al moreno, mientras sus lágrimas seguían fluyendo. No quería verlo, no quería que lo tocará, después de todo, anoche había sido otra persona, persona que nunca había conocido, que era tan cruel.

Cacao solamente salió de la habitación, derrotado tras aquello, se fue a su habitación en dónde se alistó para continuar con sus deberes.

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Otro día más, el moreno fue a visitar a Pure después de tocar la puerta y abrir, solo para verlo sentando cerca de la ventana, mientras usaba el atuendo típico del reino Vanilla. Cacao se acercó un poco, sabía que el rubio lo alejaría, que se encerraria en esa burbuja. Se colocó a su lado, pudo notar las manos de aquel hombre temblar, sus ojos habían sido cerrados, aún así sabía que ese rubio tenía miedo.

- Me enteré que no has comido nada, incluso no has comido lo que te han dejado.

No obtuvo respuesta, solo el silencio mutuo.

- Pure Vanilla seguirás molesto, no fue mi intención, se que no debía, pero no quise hacerlo.

Se acercó un poco, el rubio jamás volteo, solo se dedicó a seguir observando atravez de la ventana, no tenía ningún interés en hacerlo, Dark Cacao lentamente se hinco, suplico, quería recibir aquel perdón de ese joven curandero, en cambio no recibió nada.

- Pure Vanilla... Por favor... Perdóname.

Susurró.

Más no obtuvo más respuestas. Cacao al no tener algún afecto o reacción del chico solo se dedicó a dejarle y con los siguientes días estaría visitandolo, pero era igual. Los ojos del rubio no fueron vistos por el emperador.

La noche llegó. Fue una noche que el mismo gobernante se quedó en la sala del trono, había ordenando traer a un prisionero, sabía que tendría informacion muy importante, después de todo sabía que su hijo vendría por él.

Un joven albino, de ropa dañada y piel sucia cayó arrodillado, sus manos sujetadas en la parte trasera, mientras alzaba su vista algo molesta.

El gobernante estaba molesto, Pure estaba decayendo, la ciudad estaba cerrada a cualquier visitante y estaba seguro de que su hijo vendría a molestar, solo para llevarse a su querido y a Pure. Sin embargo la idea que Affogato le dió fue buena, darle un duro golpe al joven príncipe y así hacerle ver el destino.

∙ʚ♡ɞ∙¿𝔔𝔲𝔦𝔢𝔫 𝔢𝔯𝔢𝔰?∙ʚ♡ɞ∙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora