XVI

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Espresso había llegado al palacio, miro ese gran edificio, cierta zona se encontraba en construcción, el moreno de grandes anteojos camino con calma hasta el interior de este con la intención de hablar con el monarca.

Sin embargo tras la ausencia del monarca, estaba Dark Choco como aquel que daba las órdenes en ese lugar. Para el moreno no fue impedimento y de manera elegante logro llegar hasta el principe, quien fue llevado a los jardines, disfrutando de una cálida cita con aquel albino.

El sirviente se alejo tras dar el aviso, el principe solo miro al erudito, solo para comprender a qué se debía la visita.

— Buen día su majestad, es un honor conocer al descendiente de al trono de la nación.

Los elogios llegaron, pero Dark Choco sabía las intenciones de este erudito, no por nada tenía aquella presencia sobrenatural sobre el, incluso de manera tranquila le pregunto, directamente.

— ¿A qué has venido?

— Perdone, pero solo es simple, salir de la nación.

— ¿Que? ¿Salir?

— Si, el estado de Pure Vanilla no es bueno ¿Verdad? Incluso los cientos de médicos y curanderos de la nación no han podido sanarlo ¿No?

— Cierto, pero ¿Que tiene que ver eso con esto?

— Que saldré de aquí, para buscar la cura fuera, en el propio pueblo de Pure Vanilla.

— Mmm...  No lo sé, se supone que esos tipos de decisiones la toma el emperador, ya que eres uno de los más allegados con alto conocimiento.

— Entiendo, si quieres podrías comentarle, incluso se bien que el podrá aceptar. Ya lo verás.

El principe dudaba de aquello, sentía que eso no sería nada bueno, que solamente traería más problemas, pero a menos debía intentarlo. Dió un suspiro, solo para ver al mencionado erudito y afirmó.

— No es necesario pedirle una duda, puedes ir, yo estaré hablando de esto.

— Muy buena decisión mi príncipe.

— Pero antes de que te vayas, debo decirte que debes de llevar a alguien más, te dejare con Red Velvet.

— ¿Disculpa? No es necesario tener a un soldado.

— No es un soldado, es un guerrero de elite. Prontamente general de las líneas principales, así que no me reproches y aceptarás de lo contrario seguirás estando aquí.

Tras aquellas palabras el erudito se fue, estaba algo irritado por tales palabras, se sentía un molesto al pensar que sería debió, cuando llegó a casa colocó lo necesario en su maleta, sería suficiente.pars poder emprender el viaje sin problemas.

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El erudito llegó al lugar donde partiría, su maleta estaba encima,  busco con la mirada al mencionado soldado, solo viendo a un joven enano de piel morena con cabellos oscuros y un mechón blanco.

El erudito siguió de pie por unos momentos una seña de que no era responsable y antes de subir a dicho carruaje escucho una voz que reconoció a duras penas.

Cuando se giro lo miro, estaba detrás de él, mientras le ofrecía su mano a ayudarlo a subir, el erudito sintió enojo ante aquello, ya que no era una dama para tales situaciones, sin embargo termino por aceptar al tener la mirada sobre él, aún.

Tras subir y entrar tomo asiento, solo para escuchar la orden de ese hombre y así emprender el largo camino hasta aquel pueblo flotante.

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