-¿Ves a la luna, y a esa estrella a su lado?
-Sí...
-Somos nosotros, en donde tú, eres la luna...
-¿Por qué?
-Porque eres mi planeta más hermoso
✨ Historia totalmente mía
✨Banner creado por: @MiaRG1_4
✨ Actualizaciones cada Viernes ^^
❤️Eres libre de creer en lo que sea, pero jamás creas en todo.❤️
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
************************************
Los tres se encontraban sentados en el sofá más grande, con la cabeza gacha y el temor consumiendo el cuerpo de cada uno, excepto del mayor que estaba parado frente a ellos con los brazos cruzados, esperando una respuesta creíble.
El pelinegro los había hecho pasar a la casa más a fuerza que por voluntad propia.
—¿Y bien? —habló de manera gélida.
Ninguno de los tres se atrevía a responder, ya que temían que el contrario les hiciera algo bastante malo y no querían arriesgarse.
—¿Por qué no contestaste el celular, Jongho? ¿En donde estabas? —le interrogó.
—En mi defensa, yo no...
—Tú mejor guarda silencio, anciano —le calló el pelinegro, haciendo que volviera a agachar la cabeza.
—Yo... olvidé mi celular en la cafetería... y perdón por no decirte en donde estaba... —confesó el pelicafé, viendo al mayor con los ojos acuosos.
No, estaba vez no funcionaría, no caería ante los encantos del menor, claro que no.
—No te funcionará, estás castigado —aseguró. —Y ustedes, si no quieren que los golpee, ¡Váyanse! ¡Largo! —gritó con evidente rabia.
Tanto el peliazul como el peliblanco, salieron de aquella casa a toda velocidad, ya no soportaban estar ahí ni un segundo más.
—Lo siento, Sihyoung, no lo volveré a hacer...
—Ya lo sé —aseguró.
Se acercó al menor, sentándose a su lado, y lo atrajo hacia sí mismo en un abrazo cálido, siendo correspondido casi de inmediato por el pelicafé.
Sihyoung había llegado temprano a casa, quería llevar a comer a su amigo a un restaurante cercano, pero al no encontrarlo supuso que aún estaba en la calle. Le marcó y su celular mandaba a buzón de voz, era extraño, continuó marcando varias veces, pero era lo mismo. Un miedo desconocido le había invadido por completo, Jongho no era de apagar su teléfono, así que era raro que no contestara. No sabía en donde estaba para ir por él, estaba preocupado, y mucho, se sentía como una madre cuando pierde a su hijo. Luego de pensar un poco en qué lugar podría estar, salió de la casa para verificar la calle, tal vez estaría ahí afuera, viendo las estrellas, pero no era así. Se había cruzado de brazos, estaba molesto consigo mismo, iba a ir a buscarlo cuando notó la presencia de un auto aparcando frente a la casa, al ver que el pelicafé estaba dentro sintió un gran alivio, él estaba bien.
