-¿Ves a la luna, y a esa estrella a su lado?
-Sí...
-Somos nosotros, en donde tú, eres la luna...
-¿Por qué?
-Porque eres mi planeta más hermoso
✨ Historia totalmente mía
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✨ Actualizaciones cada Viernes ^^
❤️No importa qué ni cómo, siempre trataré de cuidarte.❤️
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—¿Te gusta esta? —volvió a preguntar con una sonrisa, captando otra vez la atención del mayor.
El peliazul lo miró y asintió, el menor se veía muy bien con la chaqueta de piel color roja que portaba, le hacía lucir un chico malo, aunque eso era casi imposible pues, su mirada y rostro le daban un toque adorable y lindo.
—¡¿De verdad?! Genial, entonces llevaré esta —mencionó con emoción, volviendo a los vestidores para buscar su suéter y teléfono.
Mientras Yunho esperaba a que el pelicafé saliera, decidió hechar un vistazo a unas playeras con estampado de los rostros de algunos animales; pasar tiempo con el menor, le ayudaba a saber mucho más de sus gustos, ahora estaba conciente de que Jongho amaba todo lo que se veía y era lindo. Cuando el más joven salió, sus ojos inmediatamente se encontraron con los suyos, haciéndole sentir perdido. Sin pensar en lo que hacía, llevó una de sus manos al cabello del menor y lo acarició con cariño, dejando al contrario un poco confundido, pero querido.
El corazón del pelicafé se removió dentro de su pecho con felicidad, al mismo tiempo que su estómago daba un vuelco, causando que sus nervios comenzaran a florecer en su interior. Por otro lado, Yunho sentía como si perdiera el equilibrio, sus manos temblaban al igual que su corazón.
—Yunho, ¿Me quieres? —preguntó tomando por sorpresa al mayor de melena azul.
¿Que si lo quería?
Claro.
Jongho era especial y alguien muy increíble así que, sí, lo quería mucho. Le había tomado cariño desde la primera vez que lo vio en el Majestic, su sonrisa le había llamado la atención, su mirada dulce cuando le pidió un poco de agua... cielos, le habían encantado esos ojitos brillosos. No iba a ponerse a mentir, el menor le agradaba bastante, era la primera vez que conocía a un joven tan adorable como el pelicafé.
—¿Por qué esa pregunta? —sonrió.
Aquello solo hizo sentir un hueco en el pecho de Jongho, no era la respuesta que esperaba. Sin decir otra cosa, le mostró una sonrisa nerviosa al mayor y comenzó a alejarse a paso lento, yendo hasta la caja para pagar por la prenda que había elegido. El de cabello azul quiso pagar, pero el menor no se lo permitió, diciendo que no era necesario que lo hiciera.
En ese instante, Yunho se preguntó si su respuesta, que fue más bien una pregunta, tenía algo de malo. No fue hasta luego de veinte minutos que escuchó un sonido extraño; Jongho iba a unos cuantos pasos más adelante de él, su caminar era para nada inusual y se oía como si fuese hablando solo, pero no. Cuando logró acercarse más, el sonido de pequeños sollozos llegaron a sus oídos, logrando sacarlo de sus pensamientos.
