-¿Ves a la luna, y a esa estrella a su lado?
-Sí...
-Somos nosotros, en donde tú, eres la luna...
-¿Por qué?
-Porque eres mi planeta más hermoso
✨ Historia totalmente mía
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✨ Actualizaciones cada Viernes ^^
❤️Mis sentimientos y pensamientos viven en una lucha constante, si embargo, creo que lo mejor es...❤️
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-¿Y cómo se supone que vamos a hacer eso? -gritó el peliblanco en un murmuro a penas audible para los dos presentes, sintiéndose un poco sofocado y alterado, más que los contrarios.
-Cómo esperas que te responda si yo tampoco lo sé, Sihyoung me dijo lo que teníamos que hacer y ni siquiera tengo idea de nada -dijo el pelirosa ya con voz histérica.
Ambos jóvenes lo miraban con extrañeza y suspiraron sin poder creerlo; Yeonjun era el que había logrado acercarse un poco más al pelinegro, y el hecho de que no tuviese idea de lo que Sihyoung quería que hiciera, los ponía nerviosos.
-Yeonjun, ¿Sabes a dónde fueron Yunho, Sihyoung y Byeongkwan? -la pequeña voz del pelicafé hizo que el mencionado guardara rápidamente su celular, provocando que Jongho lo mirara con el ceño fruncido debido a su acción repentina. -¿Qué escondes? ¿Un mensaje de amor para Suil? -preguntó sin siquiera pensar en sus palabras.
El pelirosa volteó a ver a su amigo con asombro y con su boca ligeramente abierta, de la cual no salía ni un sonido. Suil se quedó atónito ante tal comentario del pelicafé pues, no estaba entendiendo nada de lo que hablaba. Sonaría extraño, pero tenía curiosidad y, a la vez, una sensación de negación rotunda.
-No es para Suil, Jongho -aclaró Yeonjun, luego del shock tan grande que había tenido, como si fuese lo más repugnante del mundo y sin recordar que de quién hablaban estaba a unos escasos centímetros de ellos, escuchando todo con suma atención.
-¿Entonces?
-Es... es para Byeongkwan, sí, es para él -dijo con una fuerte seguridad en sus palabras, al mismo tiempo que se levantaba. -¿Por qué sería para Suil? Sabes que él ni siquiera me hace caso y ya estoy cansado de esta situación. Hay veces que lo odio y no quiero ni verlo, me cae mal y siento ganas de gritarle además... -estaba a punto de continuar, pero la mirada de susto que había puesto el pelicafé le hizo detener.
-Yeonjun... Suil está aquí, ¿si sabes? -comentó con voz apagada y un puchero triste formado en su boca.
Un fuerte escalofrío recorrió con velocidad el cuerpo del pelirosa, quién cerró sus ojos con fuerza, como si quisiera desaparecer de aquel lugar y borrar lo que había dicho con tanto enojo y fastidio.
-Hay veces que necesitas medir tus palabras, Yeonjun -soltó Suil sin ningún toque de dulzura en su voz pues, el tono seco y gélido con el que había hablado, junto con esa mirada dura y fría, solo daba a entender una sola cosa: Yeonjun había dado en el clavo y, ahora, Suil no le perdonaría jamás.
El pelirosa y los demás lo vieron entrar a la habitación compartida y cerrar la puerta de golpe, para no verlo más durante todo lo que restaba de la tarde.
