-¿Ves a la luna, y a esa estrella a su lado?
-Sí...
-Somos nosotros, en donde tú, eres la luna...
-¿Por qué?
-Porque eres mi planeta más hermoso
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Miró el reloj de pared que estaba en la cocina y sonrió, eran las seis y veinte de la tarde, aún tenía suficiente tiempo para arreglarse y e ir a entregar el pastel. Luego de tanto haber sufrido para que la decoración quedara bien, por fin podían tomar un suspiro; hacer un postre de ese tipo, era muy complicado y laborioso, nada sencillo.
-¿Que les parece? -preguntó con una sonrisa.
Sus amigos intercambiaron miradas e hicieron un ademán de aprobación, el resultado se veía mucho mejor a como se lo habían imaginado, estaban satisfechos con todo, pero más con las flores comestibles, vaya que acomodarlos si había sido un martirio muy grave.
-Para ser sincero... me gusta, es la primera vez que adorno un pastel de bodas -exclamó el castaño con una felicidad inimaginable.
Mujin no era de emocionarse mucho por las cosas que él hacía, pero esta vez era la excepción; las flores estaban muy lindas como para ser degustadas, a su parecer. Aunque por otro lado, se ponía feliz al imaginar los rostros de la pareja, no estaba seguro, pero solo esperaba que les gustara mucho más que a él.
-Si, yo igual, hicimos un gran trabajo -aseguró Suil con un gesto de grandeza. -¿Y ahora? Yeonjun no ha llegado
-Tal vez ya viene, así que lo mejor sería que nos fuéramos a cambiar -comentó el castaño, tomando su mochila dispuesto a irse.
-¿A dónde crees que vas?
La voz de Suil hizo que el castaño detuviera su paso y lo viera de manera extraña, como dudando en su respuesta.
-Iré a mi casa a... ¿Cambiarme? -dijo con inseguridad, su amigo le estaba mirando fijamente.
-No hay necesidad de eso, yo traje lo necesario e indicado para cada uno -sonrió y fue hasta la sala, siendo seguido por los otros dos.
En definitiva, Suil había llevado una mochila con bastante ropa y accesorios; claro que Jongho no recordaba haber visto esa mochila, o tal vez... solo no había prestado mucha atención a ese ligero detalle. El menor y el castaño se miraron entre si y luego vieron a su amigo, mostrando curiosidad pues, no sabían que Suil podía estar lleno de sorpresas. Al final, luego de una pequeña pelea entre los tres, aceptaron que su amigo les ayudara a escoger lo que cada uno usaría para la boda, sería algo sencillo, pero con un toque elegante y llamativo; obvio que no tanto puesto que no querían que la novia se viera opacada por ellos.
Unos minutos ya transcurridos, subieron a la habitación del pelicafé para poder vestirse, pues Yeonjun pasaría por Mujin y Suil, mientras que Jongho se iría en la camioneta junto con Sihyoung, algo muy bueno,ya que así, Jongho, podía convencer a su mayor para que se quedara con él en la fiesta, aunque sea por un par de horas. El pelinegro no era de fiestas de ese tipo, pero por el menor, haría lo que fuese; claro que no todo, había límites y tenía que respetarlos.
