-¿Ves a la luna, y a esa estrella a su lado?
-Sí...
-Somos nosotros, en donde tú, eres la luna...
-¿Por qué?
-Porque eres mi planeta más hermoso
✨ Historia totalmente mía
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✨ Actualizaciones cada Viernes ^^
❤️Distraer tu mente, es mucho mejor que intentar olvidar.❤️
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Sonrió con dulzura mientras el más alto lo miraba con rareza, pero manteniendo esa dura mirada, tan propia de él. Su idea de ir a buscar un empleo había sido descartada al escuchar un gran "NO", por parte del mayor.
-¿Pero por qué?
-Porque te perderás -aseguró.
El menor se quedó pensando por un momento, y sí, su amigo tenía toda la razón; él era muy despistado, así que tenía bastante sentido.
-¿Irás a competir? -preguntó, cambiando el tema tan repentinamente.
El pelinegro llevó una cucharada de cereal a su boca, mientras trataba de recordar si tenía algo planeado para ese día; normalmente, los fines de semana, él se la pasaba acostado en su cama, viendo su serie favorita: "Strangers From Hell", una que su padre le había mostrado. También, solía pasar su fin de semana tomando fotografías de la naturaleza, o cualquier cosa, o situación, que le llamara la atención.
-De hecho, creo que sí, aún no lo sé, no tengo ganas -sinceró, posando ambos brazos sobre la mesa, para luego cruzarlos y mirar al pelicafé con una sonrisa.
-Oh, está bien...
-¿Quieres que te lleve con alguno de tus amigos? -propuso a modo de pregunta ya que, sus conocidos se habían ido desde muy temprano.
Jongho le miró y asintió, para luego apurarse a terminar su desayuno, uno que Sihyoung le había preparado. Hyoung solamente lo miraba con curiosidad, no lograba procesar el hecho de que su amigo, alguna vez, había sufrido de depresión, así como también de ¿Bulimia? suponía que así se llamaba la enfermedad, pero por suerte, logró hacerle entender que lo que estaba haciendo estaba mal, y que tarde o temprano le dejaría unas graves consecuencias de las que luego se arrepentiría.
Al principio le fue casi imposible dejar de hacerlo, puesto que ya se estaba convirtiendo en un indicio de anorexia y, obviamente, no era algo que se pudiese tratar con facilidad. Le llevó tiempo volver a comer de una manera "normal", pero al final, lo había conseguido. Se prometió a sí mismo no volver a hacer eso tan fatal.
-Iré por mi celular -dijo, antes de levantarse y dirigirse hasta su nueva habitación.
La casa tenía bastante espacio, era grande y acogedora, nada que ver con su antiguo hogar.
Las paredes eran de un color beige claro, muebles de tono café suave; la casa contaba con tres habitaciones: dos recámaras normales y una para huéspedes, una cocina, sala, comedor, un lobby, dos baños, un patio delantero con césped y algunas flores plantadas, un patio trasero con un columpio, portería y una cesta para jugar baloncesto. A todo eso, bien podía decir que se podía hacer una pequeña reunión en el patio trasero, en donde, obviamente, sus amigos estarían invitados; tal vez sería algo así como pasar una tarde agradable a la hinterperie con las personas más cercanas a él.
