SIN MALDAD

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CASA DE LA FAMILIA L-RON

Cuando la puerta trasera se abrió lo L-Ron miraron hacia atrás, a su hija Kieran. Detrás entrando como un fantasma Angie. Miró aquella casa, hizo que sus supuestos padres cayeran sentados en el sillón de tres plazas.

Sorprendida Kieran se giró para verla. Era la primera vez que veía los poderes de Angie. Ellas no hablaron durante el juicio de demanda contra el hospital. Los señores Reigan solo mandaron a un abogado representante.

— Angie no les hagas daño, por favor —Kieran suplicó.

— Vine a hablar contigo, a conocerte un poco. Los abogados y nuestros padres no lo permitieron. ¿Cómo te criaron?—Angie se sentó en el respaldo del sillón individual. Con los pies en el asiento.

— Los Reigan son crueles, me golpeaban, encerraban y siempre faltaba a clases. Perdí dos años —Kieran le mostró algunas cicatrices en la espalda y brazos.

—Ellos nunca me golpearon, eran cariñosos y alcance promedio alto para estudiar en New York. Sólo me dejaron de querer por estos poderes que no me esperaba —Angie le señaló que se sentará en el otro sillón.

— ¿Es cierto? —Kieran pregunto a sus padres.

— Respondan, por favor —Angie les permitió hablar.

— Si, nos das miedo —la madre rompió en llanto, más temerosa que avergonzada.

Supergirl permaneció en la puerta de entrada, transmitiendo en vivo. Lista para usar la supervelocidad de ser necesario.

— Es cierto que perdí el control y robé. Nunca lastimé a nadie —Angie se refería a la educación que le dieron—. Acepté mis errores y lo que gano es pudrirme en la cárcel.

— Yo robé por hambre, por frío. Nadie me creía al denunciar a los Reigan —Kieran confesó a Angie. Estaba incómoda al conocer de esta forma a sus padres biológicos.

— En mi primer defecto me abandonaron —el llanto no le permitió seguir hablando.

— No queremos vivir con una cucaracha —despectivo fue el padre al referirse a qué era una extraterrestre.

— No me insultes, por favor -
—Angie se levantó del sillón. Tomó del librero varios anuarios y álbumes fotográficos. Tomó todas las fotografías dónde ella aparecía desde bebé hasta el año pasado. Kieran las miró eran una familia feliz, se veían orgullosos de su pequeña rubia.

— ¿Creen que es malvada? A mí nunca me miraron así los Reigan, con ternura —Kieran se dirigió a sus padres después de ver las fotografías.

— Todos son despreciables. Hasta Supergirl trae caos y destrucción —el padre insistió.

— Les presento a Supergirl. Ella viene como testigo —Angie la señaló.

Sus padres se sobresaltaron cuando escucharon sus pasos al acercarse.

Angie tomó las fotos y las llevó a la triturada de alimentos, en el fregadero. Lo encendió y se deshizo de ellas. Agregaba un poco de agua para que no se atascaran. Después regresó a sentarse al mismo lugar.

— No lastimes a Kieran, es nuestra hija —la madre lastimó a Angie con sus palabras.

— Kieran lamento que te hayan dado a mis padres miserables. Quizá en otras circunstancias pudimos ser buenas amigas —Angie limpió sus lágrimas y continuó—. Es tiempo de volver a mi vida de porquería.

— ¿Qué pasó con el amor que sentían por ella? No pueden hacerle esto, ella también es su hija —Kieran se levantó, miró a sus padres y a Angie. No entendía esa forma tan absurda de negar a la hija que criaron.

Bajaron la mirada y se negaron a responder.

— Gracias a ustedes no seré como los Reigan y me marchó por así lo quieren . Adiós Kieran —Angie camino hacia Supergirl.

Cuando Supergirl y Angie pusieron un pie en la calle la gente volvió en sí. Los animales se asustaron un poco.

— ¿Esto era todo lo que necesitabas? —Supergirl estaba asombrada.

— Si. Gracias por confirmar en mí y acompañarme.

Entre el nombre de Kieran y los L-Ron le dieron una pequeña lección sobre tener un miedo absurdo. Entre el caos de los civiles Psi escapó sin dejar rastro.

CATCO

En la oficina de Andrea se reunieron Will y Kara. Trabajaron en los artículos del día, para publicarlos en la web a primera hora. El móvil de Kara anuncio un mensaje de texto:

Vino el abogado de Angie L-Ron, pagó la fianza y la pusieron en libertad.

— Debo modificar mi artículo, alguien pago la fianza de Angie —Kara llamó de vuelta a su informante.

— Este tipo de artículos ama la gente, la chica que lucha contra todo rechazo y de pronto tiene una hada madrina —Andrea hizo una comparación bastante tosca.

— ¿Quién será esa hada madrina? Sería un gran artículo —Will sirvió un café americano y se lo pasó a su jefa.

— Espero que la vida de Kieran mejore. Conoció lo peor de sus verdaderos padres. No es fácil vivir en un hogar roto —Andrea sintió la mirada de Will—. También las mansiones se rompen.

Mientras tanto el policía hablaba con Kara.

El abogado que se presentó trabaja en un pequeño bufette, representan a extraterrestres y extra-mestizo, así llaman a los mitad humano y mitad extraterrestre. Pago en efectivo la fianza en billetes de 100 dólares —leyó las notas.

— ¿Cómo se llama el abogado?

Lukas R. Andrews de bufette Johnson y Andrews de Metrópolis. Ella no lo conocía y aceptó que la representara —el policía pronunció claro.

— ¿Cómo se fue Angie de allí? —Kara envío el nombre del bufette a Nia, para investigarlos.

Con el abogado. En su auto, de ese no tengo el dato porque lo estacionó en la calle. Debo irme —sonó la campaña para la merienda.

— Pronto le agradecerá la información —Kara se refería a darle un bono por información confiable.

Temía que algo malo le pasará a Angie. Era joven y era la primera vez que no tenía a dónde ir. Podían lastimarla o reclutarla. Regreso a la oficina y se dirigió a ambos.

— Es cierto, pero no conocía a su abogado. Pago en efectivo. Permíteme investigar su paradero.

— Sospecha que alguien lo envío —Andrea dijo al azar.

— Espero que no sea un delincuente. Era impresionante la forma en que controló a los humanos y animales —Kara olvidó por un momento que Will no sabía si identidad secreta.

— ¿Supergirl te llevó de nuevo? —Andrea trató de disimular su indiscreción.

— Si. Dame 48 horas para investigar.

— Si, aún estará fresca la noticia —Andrea salió de la oficina.

— ¿Crees que Supergirl me quiera llevar alguna vez? — Will le ofreció un pastelillos.

— Si la sobornas con estos pastelillos lo hará con gusto —Kara sonrió.

— Me encantan estos casos con suspense —Will sonrió al ver que su compañera estaba menos triste.

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