DESVELO

PENSAMIENTOS CAÓTICOS

DEO

Las alarmas se activaron. En la ciudad se llevaron a cabo un par de robos por partes de los extraterrestres y un escape del hospital psiquiátrico. Alex asignó dos grupos de siete agentes, al mando quedaron M'gann y Ma'alefa'ak. Estos se encargarían de los robos. Brainy y ella se irían trás Laurel.

— Capitana tengo una batería que podemos utilizar para detener a Laurel. Es algo que Winn dejó del futuro, podemos usarla para quitarle gran parte de su poder —Brainy unió las puntas de sus dedos a la altura de la boca del estómago.

— ¿Cuánto pensabas contarme de esa batería? —Alex cruzó los brazos como desafío.

— Digamos que la uso en mi tiempo libre. Tardaré un par de horas en armarla —dio la media vuelta y se dirigió al taller.

— Le seguiré los pasos a Laurel. Dame un par de armas tranquilizadora —Alex caminó detrás de él.

— Como ordene, capitana.

Brainy hacia algunos cálculos. Al mismo tiempo como se activaría dicha batería. Podría usar el principio del desintegrador, aquel que enviaba a los criminales a la zona fantasma.

UNIVERSIDAD NATIONAL CITY

Los alumnos, maestros y trabajadores eran evacuados de la universidad. La policía apoyaba a la DEO. Se avistó a Laurel entrando al campus, cerca de la biblioteca central. Las cámaras de seguridad daban la hubicación de la chica. Llevaba pantalón de mezclilla y esa bata blanca de manicomio. Gritaba y tenía un rostro furioso. Miraba a los lados con si discutiera con seres invisibles. La energía eléctrica subía por sus pies descalzos y recorría de forma irregular hasta su cabeza.

De la biblioteca salieron Angie y Kieran, quedaron de ir a comer. Ambas se detuvieron cuando miraron un helicóptero sobrevolando sobre ellas.

— ¿Esto es normal? —Kieran estaba nerviosa.

— No. Escuchas esos gritos —Angie miró hacia la esquina.

Furiosa y tempestuosa apareció Laurel. Las miró y caminó deprisa para encontrarse con ellas.

— Toma, regresa a la biblioteca y cierra la puerta —le entregó su mochila. Angie encendió su reloj digital. Era nanowarn y registraba su actividad cerebral.

— Ellos mienten. Debo vibrar para que los insectos se duerman. No salgas de tu sombra, Angie —Laurel fue enérgica al decir esto sin sentido.

—Si, ellos mienten —supuso que sabía su nombre porque estuvo en todos los noticieros.

Tenía la cualidad de escuchar los pensamientos, pero esta chica tenía docenas de voces aún más furiosas. Algunos gritos desgarradores y lamentos. Se asustó un poco. Debía alejarla de Kieran. Trato de entender sus pensamientos:

— No los escuches, no soy tu enemiga —Angie alzó la voz.

Laurel la miró con duda. Nadie creía en esas voces, solo su hermana. Levantó la mano derecha, parecía forcejear.

Con gran esfuerzo Angie logró que la dirección del rayo eléctrico se desviará hacia un poste de luz.

Alex se acercó con llegó con un escuadrón de agentes, equipados con pesados trajes aislantes eléctricos. Brainy además portaba en las manos un arma similar a bastón de hockey metálico con un grueso aislante plástico para las manos.

— ¡Ella no es mi enemiga! Dejen de vibrar en mi cerebro —sujetó su cabeza a la altura de las sientes. Sus ojos miraban hacia distintas partes.

— Puedo controlar su cuerpo, confíen en mí —Angie se dirigió a Alex. Escuchó como dejaron de gritar para susurrar, igual que en rito satánico.