[🍕; La Pizza]

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⚠️; escenas no aptas para todo público.

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-Mingyu, recuerda por favor que les dejé dinero sobre la mesa y ni si les ocurra hacer fiestas o cosas raras de adolescentes, a pesar de que yo y Chae estamos de acuerdo—añadió la madre de Mingyu en susurro para que su padre no escuchara—Pero el padre de Jihoon y el tuyo no, aburridos.

El chico solo rió por las cosas que le decía su madre y asintió, su progenitora sonrió arrugando su nariz y le agarró una mejilla de forma juguetona.

-También iremos con Hyunbin porque la enana quiere jugar con Ryujin—nuevamente su hijo asintió—Y no hagas cosas indebidas con Jihoon...pero si quieres hacerlas hay condones en mi armario y lubricante en el de tu padre.

-¡Mamá!—ahora Mingyu estaba notoriamente sonrojado—Eres muy extraña.

-Gracias cariño—dijo y luego fue interrumpida por el sonido del timbre—Deben ser Cl y Jihoon...y su esposo.

-¿Quién es Cl?—preguntó el castaño, su madre lo miró con obviedad.

-Chaerin, la madre de Jihoon, duh—finalmente abrió la puerta, efectivamente eran ellos.

-Hwasa~ nena, ya debemos irnos, ¿Hyunbin y Jackson están listos?—habló la madre del pálido chico—Ve Jihoon, allá está Mingyu.

El último mencionado saludó con un suave movimiento de mano al pelinegro, quien antes de despedirse de sus padres fue donde él, sentándose a su lado en la cocina.

Tuvieron que esperar unos 20 minutos a que finalmente todos los familiares se fueran a esa reunión rara de gente adulta, estaban solos.

~;✩‧₊˚

Ambos estaban pasando un buen rato juntos y en su interior agradecían que sus padres fueran tan buenos amigos, eso les daba la libertad de quedarse solos y juntos en una misma casa. Les tenían mucha confianza.

-Mi madre nos dejó dinero para que podamos comer, ¿qué te gustaría?

-Pizza—respondió el mayor de forma automática, a Mingyu le pareció bien y poco se demoró en pedirla.

-¿Crees que debamos invitar a alguno de los chicos? Así podríamos estar todos...o la mayoría—cuestionó el más alto.

-No...es mejor así—respondió Jihoon.

-¿Estás seguro?—el contrario asintió con su cabeza.

-Sí, me gusta estar solo contigo—añadió sin mirar al menor, Mingyu estaba sorprendido.

-También me gusta estar contigo...—murmuró con vergüenza y se acomodó en aquel sofá en el que se encontraban.

-Sabes Mingyu...desde hace tiempo he estado pensando en ti, es raro, lo sé—el más bajo suspiró y finalmente se atrevió a voltear la vista hacia el menor—Pero me gustas...y aún no sé cómo lo lograste.

-Supongo que de la misma forma que lo lograste tú...—el pelinegro se veía confundido—También me gustas y la verdad no sabía cómo decírtelo.

Sin decir más Jihoon se acercó a Mingyu y aprovechando la postura de este se recostó un poco sobre su cuerpo y luego de verse por cortos segundos, terminaron uniendo sus labios. Y aunque ambos eran miembros del club "Odiamos los clichés y las cosas demasiado románticas" estaban de acuerdo con que sus labios encajaban a la perfección y se complementaban el uno al otro.

«Vomitivo»

Luego de estar así un rato comenzaron a sentirse incómodos, la posición no era la mejor, por lo que Jihoon se recostó sobre el sofá y Mingyu se puso sobre él, entre sus piernas.

Estaban tranquilos en eso, pero al parecer sus hormonas de adolescentes quisieron atacar a la pareja con una dosis excesiva de endorfinas y sangre a ciertas zonas bajas. Lo que hizo que el mayor se removiera inquieto y rozara su entrepierna con la del castaño, quien en respuesta soltó un gruñido, y aprovechándose de la posición, el pelinegro volvió a repetir sus movimientos, los cuales, en cuestión de segundos fueron respondidos por Mingyu, quien movía su cadera al compás de la ajena, una perfecta sincronización solo para sentir esa placentera fricción.

-Agh~ Mingyu—gimió el más bajo rompiendo su beso.

Ambos se miraron con la respiración agitada, las mejillas sonrojadas y el corazón latiéndoles a mil por hora, poco se demoraron en volver a la acción, pero fueron interrumpidos por el timbre.
Se vieron asustados e intentaron recomponerse pensando que eran sus padres.

-¡Llegó la Pizza!—se escuchó del otro lado de la puerta y suspiraron aliviados.

Mingyu se levantó para buscar el dinero y recibir su comida, el repartidor lo examinó de arriba a abajo, pues el chico tenía un aspecto extraño; el cabello revuelto, la ropa desordenada y aún se notaba su respiración un poco anormal. Pero no era su trabajo ponerse a juzgar o chismear, así que le entregó la comida y se retiró luego de que le pagaran.

El castaño dejó las cajas sobre el mesón de la cocina y cuando estuvo a punto de llamar a Jihoon sintió unos brazos rodear su torso y bajar peligrosamente por su abdomen.

-La pizza puede esperar...mejor vayamos a un lugar más cómodo—susurró el contrario.

El menor no respondió nada y sin pensárselo mucho ambos se fueron a la habitación del dueño de casa, caminando entre besos y agarrones inesperados.
No sin antes de que Mingyu hiciera una parada en la habitación de sus padres, más específicamente; sus armarios.

-; ·˚ ༘♡ ·˚

Ambos chicos veían una película mientras esperaban la comida, pero un repentino comentario de Mingyu sacó de sus pensamientos al mayor.

-Iré al baño, si llega la comida el dinero está allí—el castaño apuntó hacia una mesa y Jihoon asintió con la cabeza.

Y en silencio el menor se retiró, ahora debía ingeniárselas para que su asunto bajara, ya era la segunda vez en 3 días y se estaba comenzando a preocupar sobre sus hormonas y su don.

Todos los caminos [GyuZi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora