Todos los caminos [GyuZi]

[🎮; El Videojuego]

Hay estudios que dicen que los videojuegos te ayudan a resolver problemas en tu vida real y cosas así, pero Mingyu está más de acuerdo con los abuelitos que dicen que te hacen violento. Y se ponía cada vez más de su lado al ver a Jihoon, su pequeño y tierno Jihoon, jugando videojuegos y siendo una puta bestia.

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-Me alegro mucho de que hayamos terminado tan rápido el ensayo—dijo Mingyu cerrando sus libros.

-Estoy de acuerdo, encima nos salió perfecto, somos el mejor team—ambos chocaron los 5 y se sonrieron—¿Quieres quedarte a jugar videojuegos?

«Oh no...»

Pensó Mingyu, pero todo lo que salió de su boca fue un: claro, me encantaría.

Esto terminaría de forma horrible.

~;✩‧₊˚

-¡MINGYU DISPÁRALE! PORFAVOR HAZLO YA NO SEAS TAN...AGH!—el castaño quería conseguirse una armadura de hierro, quizás así Jihoon dejaría de plantearse el golpearlo.

-¡Lo siento! ¡Es que entré en pánico!

En cuanto la pantalla de «Game Over» apareció, el mayor se cruzó de brazos enojado y Mingyu intentó escabullirse a otro lugar.

-Tú no te vas—la mirada del pelinegro perforó su alma—Hasta que ganemos.

-Es que yo no puedo...—habló en chiquito.

-Ven aquí a sentarte—el tono de Jihoon se había endulzado de repente—Solo quiero jugar contigo—incluso hizo un puchero y eso era rarísimo.

-Pues juega conmigo, no a los videojuegos—soltó sin pensarlo.

-Qué...habla más fuerte Gyu.

-Mgmgmg nada—volvió a sentarse al lado del mayor—Está bien, juguemos.

-Siiii~!—Jihoon abrazó a Mingyu dejando un beso en su mejilla y se acomodó para volver a jugar.

Poco se demoró en volver a mostrar su faceta de adolescente malvado cuya única aspiración es vencer en un juego.

-¡Vamos Gyu! ¡Hasta tu hermanita lo haría mejor!—exclamó enojado.

Sin embargo fue el único insulto que no le llegó, pues era verdad. Esa niña era muy buena en estos juegos, no así su hermano mayor, que hasta jugando Pou era malo.

«Game Over»

El castaño consideró ponerse a llorar, pero su orgullo era más grande que sus ganas de morir a manos de un chico que medía 23 centímetros menos que él pero tenía un demonio metido a causa de jueguitos.

-Mingyu...eres pésimo en esto—el mencionado se levantó para huir.

-Sabes de sobra que los juegos no son mi fuerte pero me sigues invitando a jugar...

-Te tengo más fé de la que debería.

-Igualmente no puedes golpearme porque soy más alto y fuerte, así que desiste de hacerlo—le sacó la lengua al mayor.