[💊; El Resfrío]

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Mingyu llevaba 3 días faltando a la escuela y para Jihoon era bastante raro, pues el chico jamás hacía eso, ni siquiera estando resfriado. Encima que los lunes y miércoles tiene práctica de Básquetbol y eso definitivamente no se lo pierde.

Entonces en cuanto se dio cuenta de lo raro que era decidió hablarle, pero no contestaba...eso era el doble de raro, así que, como última opción habló con Cheol, quien le dio el número de la casa de Mingyu.

-Hola señora Hyejin, soy Jihoon.

-Jihoon, hola, ¿qué sucede?

-Es que quería preguntarle por qué Mingyu ha estado faltando a la escuela, es bastante raro...

-Pudiste haber pasado a la casa, chico—la mujer rió, tenía razón.

-Sí, lo siento, es que me ganó la curiosidad aquí en la escuela—rascó su nuca y soltó una risita.

-Pues Mingyu tiene sinusitis...últimamente se encuentra muy mal y en cama, por eso no ha ido...

-Oh...¿podría pasar a verlo esta tarde?

-Claro que puedes, pero igualmente ten cuidado, ¿sí? La sinusitis no se contagia pero a lo mejor te resfrías o algo.

-Está bien, muchas gracias, la veo luego.

-Claro, cuando quieras~ adiós.

~;✩‧₊˚

Jihoon ya se encontraba camino a casa del menor, iba feliz de poder verlo pero triste de que estuviera tan mal en su casa. Por eso decidió comprarle unas cositas antes de llegar; un perrito de peluche que tenía una rosa entre sus patas y una carta de esas típicas que dicen "mejórate pronto"

Se sentía como Shrek.

«Yo vi este peluche y pensé en ti porque es bonito...en realidad a mi no me gusta, pero creí que que a ti sí te gustaría, porque tú sí eres bonito»

En cuanto llegó, la madre de Mingyu vio con ternura el regalo del más pequeño y lo dejó pasar a la habitación de su hijo, no sin antes pasarle un cubrebocas por si acaso.

-Toc toc—dijo a medida que entraba, rápidamente su vista se fijó en el rojo rostro del menor y su expresión de querer morir—Mingyu, hola~

-¿ah?—se acomodó un poco mejor en la cama para poder ver quién le había hablado—Jihoon~ ¿qué haces aquí?

-Vine a verte...como no ibas a la escuela me preocupé y vine, ¿te sientes muy mal?—el mayor se sentó en la orilla de la cama.

-Un poco...pero me alegra que hayas venido—el castaño esbozó una sonrisa, de verdad se veía feliz.

-Ah sí, te traje esto—y le extendió el peluche—Pensé también en traerte un osito, pero me recuerdas a un cachorrito, así que compré ese.

-No debiste molestarte...muchas gracias~—Mingyu recostó a su peluche a un lado suyo—Te abrazaría pero no quiero contagiarte nada.

-A mi no me importaría contagiarme algo a cambio de abrazarte—el mayor se acercó al cuerpo ajeno abrazándolo con fuerza—De verdad espero que te mejores pronto~

A medida que la tarde avanzaba Mingyu se veía más decaído y débil, Jihoon podía notarlo a pesar de los esfuerzos contrarios por llevar la conversación y divertirse con el mayor. Pero sus dolores intensos de cabeza lo estaban haciendo comenzar a decir cosas...raras.

-Gyu, creo que ya debo irme—le susurró quitando el cabello de su rostro.

-Noo, no te vayas—el castaño estaba hablando pausado.

-Ya es tarde y debes descansar~ además te quedarás aquí con Honimin—Jihoon intentó sonreír, pero estaba muy triste y preocupado por el estado del menor—Y te juro que mañana volveré~

-Bueno...nos vemos mañana—Mingyu sonrió tiernamente y cerrando sus ojos casi por completo ante el cansancio y el dolor—Jihoon~

En cuanto notó que lo llamaban volvió a acercarse a la cama—Dime.

-Me gustas...muchísimo—el menor rió un poco aún con sus ojos cerrados.

-También me gustas, Gyu—dejó un beso en la frente del castaño—Aunque dudo que mañana te acuerdes de esto.

Y finalmente se retiró.

Estuvo gran parte de la noche pensando en lo que había sucedido con Mingyu en su casa. ¿De verdad le gustaba? ¿Y si era solo cosas de su imaginación por culpa de la fiebre? No lo sabía y la verdad, prefería pensar que sí era culpa de la fiebre, pero que era verdad...quizás el castaño estuvo mucho tiempo guardándoselo y por eso su cabeza lo soltó de forma inconsciente.

-Ojalá mañana no se acuerde...—suspiró y se tapó hasta la cabeza con sus sábanas, quedándose dormido poco rato después.

***

En cuanto la escuela terminó, Jihoon se fue directamente a la casa de Mingyu, esta vez le llevaba unos chocolates para que pudiera disfrutar cuando se sintiera peor.

-Jihoon~—dijo el menor al verlo entrar en su habitación—Sí viniste.

-Claro que vine~ te dije que lo haría—se sentó en la cama dejando los chocolates en la mesita de noche—No comas muchos chocolates o te harán mal eh.

-Lo prometo—se sonrieron y Mingyu se movió a un lado—Recuéstate aquí, ven ven~

El mayor hizo caso y el menor lo abrazó escondiéndose en el pecho ajeno.

-Agh~ sé que hueles rico pero tengo la nariz tapada—Mingyu hizo un puchero y Jihoon rió.

-Ya pronto la tendrás destapada, lo prometo—comenzó a acariciarle el cabello.

Ambos se quedaron en silencio por un tiempo hasta que el menor habló—Sí lo recuerdo...

-¿Eh?

-Lo que sucedió ayer cuando estabas yéndote—se apegó más al cuerpo del mayor—¿Lo dijiste enserio o solo para hacerme feliz con mi enfermedad?

-Bueno yo...—suspiró pensando si decir la verdad o no—Era cierto...

-Me hace muy feliz tu compañía, muchas gracias—lo miró para poder sonreírle.

-Y a mi la tuya, Gyu~

Jihoon estuvo yendo a la casa del menor todo el tiempo que estuvo enfermo y comprándole cosas. Incluso Mingyu le pidió a su madre que comprara cosas para el pelinegro y así sentirse menos culpable de que le diera regalos.

En cuanto el castaño volvió a la escuela se les veía cada vez más juntos, y más de algún alumno juraría que los vio besándose y tomados de las manos.

-; ·˚ ༘♡ ·˚

En realidad y a pesar de que Jihoon sí estuvo yendo varios días, resultó que debió hacerle más caso a la madre de Mingyu. Pues terminó resfriándose.

Nada tan grave como lo que tenía el castaño, pero igualmente tuvo que estar un tiempo en cama.

Todos los caminos [GyuZi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora