Metas Truncadas

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9 de noviembre

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9 de noviembre.
7:36 am.

De camino a la Aldea de la Arena...

Ayer me desperté sobresaltada. Algo dentro de mí me decía que las cosas iban a cambiar drásticamente a partir de ese momento.

Me di un baño rápido y me vestí con la ropa que generalmente usaba para los entrenamientos con Tsunade. Sentí que alguien tocaba en mi puerta y, aún desayunando, me dispuse a abrirle. Encontré a Shikamaru un tanto sobresaltado frente a mi casa, lo que era sorprendente por varios motivos; el principal, era muy difícil ver al chico con aquella preocupante expresión en su rostro a no ser que se tratara de una situación extremadamente delicada.

—¿Qué pasó? —pregunté un poco asustada abriendo la puerta de un golpe.

—La Hokage te necesita de inmediato —me habló a secas el chico. Estaba un poco ansioso y las gotas de sudor cayendo por su rostro me dejaban saber que había corriendo hasta mi casa.

—¿Qué tan grave es lo sucedido, Shikamaru? —le pregunté al muchacho mientras nos dirigíamos a la oficina de Tsunade. El chico Nara me miró por un segundo analizando mi expresión y después me habló.

—No es nada referente a Sasuke. Puedes respirar tranquila —me dijo haciendo que apretara mis dientes hasta hacerlos chirriar—. Pero la realidad, es muchísimo peor. Han raptado al Quinto Kazekage —se sinceró inquieto, haciendo que me quedara estática por unos momentos.

—¡¿Cómo es eso posible?! —exclamé asombrada ante la revelación de Shikamaru—. ¿Quién pudo haber hecho tal cosa? —pregunté.

El actual Kazekage era, nada más y nada menos, que Gaara de la Arena; el jinjuriki de Chukaku y el más dotado shinobi que jamás había nacido en el País del Viento, al convertirse en Kazekage con solo 18 años.

—La única persona que ha logrado vencer a Gaara, ha sido Naruto... ¿Acaso lo atacó otro junjuriki? —especulé mientras entrabamos al edificio donde nos esperaba Tsunade.

—No —respondió Temari quien, con una expresión bastante ansiosa, esperaba junto a la puerta de la oficina del Hokage—. Según el pedido de auxilio, se cree que son dos ninjas renegados —explicó.

La chica alta, de cabello rubio y ojos verdes, no distaba mucho de lo que solía ser unos años atrás. Ahora, siendo la hermana mayor del Kazekage, Temari era la embajadora oficial de su Aldea en Konoha; trabajo que le venía a la perfección ya que ella y Shikamaru mantenían una relación amorosa muy reconocida en la ciudad y bastante formal desde hacía ya algún tiempo.

Entrando a la habitación donde radicaba la Hokage, encontré a Naruto y a Kakashi. Tsunade estaba releyendo el mensaje que le había llegado con cara nerviosa y, levantando la vista, me habló al verme.

—No cabe ningua duda. El Quinto Kazekage ha sido vencido y secuestrado por dos miembros de Akatsuki —dijo la mujer haciendo que yo tragara en seco.

La simple mención del nombre de aquella cínica organización, me revolvía por dentro al pensar en el enfrentamiento de los jounin de Konoha contra Kisame e Itachi.

—¿Estás segura de eso, Tsunade? —preguntó Kakashi un poco intrigado.

—Desgraciadamente, sí —respondió la Senju cruzándose de brazos—. Según se describe en este informe de la inteligencia de La Arena, los atacantes estaban vestidos con unas capas negras con nubes rojas; ese es el símbolo de Akatsuki, sin lugar a dudas.

—Puede que sean unos farsantes o alguna otra Aldea en un intento de iniciar alguna discordia... —hablé yo, pero la mujer continuaba negando con el rostro ante cada una de mis suposiciones.

—Por más de tres años, esa organización se ha mantenido bastante quieta —hizo notar mi antiguo sensei, apoyando mi idea de descartar un secuestro por parte de Akatsuki.

—Pues al parecer su período de descanso terminó y ahora esos ninjas están intentando hacer algo grande... y demasiado peligroso —sentenció Tsunade con el ceño fruncido—. La Aldea de la Arena ha solicitado nuestra ayuda y, como aliados, he decidido enviar a mis mejores jounins y chunins —le habló la mujer a Temari que asintió con su cabeza en señal de apoyo.

Temari, a pesar de estar pasando por una situación bastante delicada, mantenía su cordura y compostura y en su cabeza, buscaba la mejor vía para ayudar a su hermano. En ese sentido, ella y Shikamaru eran exactamente iguales; su inteligencia emocional y pensamiento táctico les hacía ser eficientes en situaciones de extremos estrés.

—Kakashi y Sakura te escoltarán de vuelta a la Aldea de la Arena. Recibimos noticias de que tu otro hermano, Kankuro, está persiguiendo a los secuestradores con un destacamento de jounins de La Arena —añadió Shikamaru poniéndole la mano en la espalda a Temari—. Ayudaremos en todo lo necesario. Yo también iré contigo y así podré...

—No —le interrumpió Tsunade—. No te enviaré a La Aldea de la Arena —sentenció la mujer de forma severa haciendo que el chico del clan Nara se quedara sin palabras—. Allá no eres de ninguna ayuda. Estás emocionalmente involucrado con Temari y su familia, así que bajo ningún concepto permitiré que te muevas de Konoha. Puedes poner en riesgo la misión completa si dejas que tus sentimientos te nublen el camino —habló enérgicamente.

—No soy así, Tsunade-sama...

—Todo el mundo es así, Nara —le interrumpió la rubia dirigiéndole una mirada que lo hizo cruzarse de brazos.

Shikamaru quiso protestar nuevamente, pero sabía que Tsunade tenía toda la razón, así que solo se limitó a fruncir el ceño hasta que Temari lo tomó de las manos para calmarlo.

—Descuida, Shikamaru —le habló Naruto, quien hasta el momento había permanecido en completo silencio, asimilando el hecho de que Gaara, su amigo, lo había sobrepasado en su meta de llegar a ser uno de los Cinco Kages—. Yo haré que Gaara vuelva con vida a la Aldea de la Arena. Ese tonto pelirrojo tiene que vivir para verme convertido en Hokage —sonrió el chico de intensos ojos azules aliviando la tensión en la oficina.

—Como te expliqué, Temari, solo nuestros mejores shinobis llevarán a cabo esta misión, por lo que he llamado a otros jounins para que se integren al equipo de búsqueda y rescate —habló la nieta del Primer Hokage e hizo pasar a Gai sensei, Lee, Neji y Temari—. Contigo irán cinco jounins, una chunin y Naruto.

—Estoy más que agradecida, Quinta Hokage —asintió Temari respetuosamente y, dirigiéndose a nosotros, nos habló con cierto tono de voz quebrado—. Partiremos a La Aldea de la Arena en media hora.

Rápidamente, recogí todo lo necesario para el viaje junto con algunas medicinas y pergaminos que me ayudarían en mi misión y me encontré con mis compañeros en la salida del pueblo.

Aún estamos de camino a la Aldea de la Arena, pero, a más tardar, mañana llegaremos allí y sabremos qué fue lo que realmente sucedió.

REDENCIÓN (✔️) (Segundo Libro de la Trilogía Renacer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora