Heridas y cicatrices

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15 de noviembre.
1:37 am.

En la biblioteca de Konoha...

La llegada a Konoha tras el rescate de Gaara fue más tranquila de lo que pensé.

Kakashi estaba bastante malherido, por lo que Gai, Naruto y yo lo llevamos al hospital tan pronto como hicimos nuestra entrada en la Villa. Nos quedamos junto a él hasta escuchar el veredicto de los doctores, pero no obstante, aunque la única recomendación era descansar y no tenía complicaciones mayores, Tsunade se apareció en el hospital junto a Shizune para cerciorarse personalmente de que Kakashi se encontraba bien.

—Al parecer, todo está en orden. No hay de qué preocuparse —sentenció la rubia de penetrantes ojos amarillos retirando sus manos de la frente del hombre.

—Eso ya lo sabíamos, Tsunade —replicó Kakashi llevándose una mirada de la Hokage que, de haber podido, lo fulminaría por su obviedad—. Lo siento. Gracias por preocuparse, Tsunade sama —añadió el hombre de cabellos blancos haciendo una torpe reverencia que nos hizo reír a todos.

La mujer rodó los ojos y se cruzó de brazos. Era gracioso mirar como ella se molestaba y resoplaba como una adolescente a pesar de ser mucho mayor que todos los que estábamos en la habitación.

—Deberás descansar por lo menos dos o tres semanas para recuperarte correctamente de tus heridas, Kakashi —sentenció Shizune al ver la hoja de indicaciones que le había dejado el médico que anteriormente lo atendió.

—No tengo ningún inconveniente —sonrió el hombre recostándose en la almohada con cierto trabajo—. Necesitaba una vacaciones, de hecho.

—¿No hay nada que decir referente a esta misión que haya quedado fuera del informe que me van a entregar esta tarde? —le preguntó Tsunade a Gai haciendo que el hombre casi que temblara del miedo.

—No, Hokage —respondió Gai con seguridad.

—Bien. Si no queda nada pendiente, regresaré a mi puesto de trabajo —dijo la mujer y se marchó junto a Shizune.

Sentí como los ojos de Kakashi se posaron sobre mí y no se despegaron más desde que la mujer le habló a Gai. Él sabía que Sasori me había dicho algo sobre Orochimaru y que yo tenía información sobre el sannin que nadie más conocía. Con el rabillo del ojo, lo miré y, al ver que el de los cabellos plateados continuaba dándome una mirada retadora, me paré frente a él y sostuve la vista.

La incomodidad se podía oler en el aire tan pronto como los dos comenzamos a mirarnos.

—Este... sería mejor que me fuera a mi casa... tengo mucho que hacer y... —se excusó torpemente Naruto y desapareció en el momento llevándose a Gai con él. Al chico rubio todavía no le cabía en la cabeza que su sensei y yo hubiéramos estado en una relación y le molestaba cada vez que estábamos juntos.

—¿No me vas a decir qué información obtuviste de Sasori? —me preguntó Kakashi cuando finalmente estuvimos solos.

—No es nada relevante —mentí.

—¿A mí, Sakura? —me interrumpió—¿Me vas a mentir a mí? —preguntó sorprendiéndome—¿Crees que no sé cuando me mientes? —me sonrió incluso por debajo de su máscara.

Yo inspiré y expiré llenándome los pulmones de aire y mirando al techo como para soltar un gran peso de mis espaldas.

—¿Qué sucedió en esa cueva? —volvió a preguntarme nuevamente sentándose en la cama. Yo arrastré una silla y me senté junto a su lecho para contarle la verdad. No podía quedarme con aquella terrible sensación en mi pecho.

REDENCIÓN (✔️) (Segundo Libro de la Trilogía Renacer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora