Nuevo Comienzo

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7 de noviembre

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7 de noviembre.
5:54 pm

En mi casa... mi verdadera casa (no la de mis padres)...


¿Por qué escribía el lugar en donde me encontraba y la hora exacta que era antes de contar cómo había ido mi día...? Honestamente, esa fue la primera pregunta que me hice cuando comencé a leer este viejo diario otra vez. Lo encontré en una de las cajas que aún no desempacaba después de haberme mudado a mi nueva casa.

Tanto ha sucedido desde aquel día en el que decidí que no escribiría más... tantas cosas han cambiado en mí, en mis amigos, en mi aldea. Han pasado casi cuatro años y siento como si hubiera muerto y ahora estuviera en otra vida. La niña que había escrito aquellas páginas había desaparecido hacía mucho tiempo atrás, luego la partida de Sasuke Uchiha. Ahora, yo era toda una mujer; fuerte y letal en todos los sentidos de la palabra.

Había alcanzado el nivel de jounin mucho antes que todos mis compañeros al ganarle un combate nada más y nada menos que al mismísimo Neji Hyuga solo unos meses después de haberme convertido en chunnin. Mi entrenamiento con Tsunade estaba a punto de terminar, pues la mujer me había enseñado todo lo que sabía y yo había superado con creces sus expectativas. Me había convertido, junto a Shizune y a Kakashi, en una de sus más fieles shinobis y en la encargada de llevar a cabo todas aquellas misiones secretas de rango S que atentaban contra la seguridad de Konoha. Junto al hombre que una vez fue mi sensei, había realizado más de treinta misiones de rango A y una veintena de rango S, por lo que los shinobis de otras aldeas nos conocían por el nombre de "el lobo blanco y la tatarigami de Konoha".

Ya no me importaba esconder mi identidad o recogerme el cabello para que otros no supieran de la existencia de un tatarigami. Como bien me había enseñado Anko, solo aceptar lo que era y quererme de esa forma, me fortalecería, tanto por dentro como por fuera. Había aceptado mis perdidas y mis victorias y me había convertido en una de las más respetadas kunoichis de mi Aldea.

Mis antiguos compañeros en la Academia, por otro lado, también les había ido muy bien en esos últimos años; de hecho, dicho por todo el pueblo, éramos una de las generaciones más prometedoras de toda la historia de Konoha... ¿y cómo no serlo? Neji y Shikamaru fueron los que me siguieron en la lucha por alcanzar el nivel de jounin y lo lograron un año después que yo. Incluso Lee lo hizo cuando estuvo del todo recuperado de las extensivas cirugías de Tsunade. Todos los otros chicos de mi edad ya eran chunins y tenían tareas de alta relevancia en el mantenimiento de la Aldea... todos excepto Naruto que aún no regresaba de su viaje junto a Jiraya... y Sasuke.

No había escuchado nada del chico Uchiha desde hacía meses. Tsunade generalmente me mantenía informada de cada uno de sus movimientos, pero también tenía especial cuidado de decirme la ubicación exacta de donde se encontraba el chico. Ella sabía que mis intenciones no eran las mismas que las de Naruto. Yo le hice una promesa y siempre mantenía mis palabras. Mientras que el chico Uzumaki estaba adquiriendo toda la fuerza necesaria para traer a Sasuke de vuelta a Konoha, mi objetivo era matarlo cuando lo encontrara.

REDENCIÓN (✔️) (Segundo Libro de la Trilogía Renacer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora