Farewell

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11 de abril.
8: 23 pm.

En mi celda...

Lo último que recuerdo del día en el que Sasuke me dejó, fueron las aguas tranquilas del lago bajo mis pies. Luego de eso, todo se tornó negro y no volví a dar en mí hasta tres días después.

Desperté sobre una cama, sobresaltada y con una luz resplandeciente cegando mis ojos. Cuando intenté cubrir mi rostro, como para huir de la molesta luz, noté que mi manos estaban atadas a ambos lados de la cama.

—¡Sakura...! —llamaba una voz femenina a lo lejos al tiempo que sentí a alguien apretando mi mano izquierda— ¡Sakura! ¿Me escuchas? —preguntaba apartando la molesta bombilla incandescente de mis ojos.

Poco a poco la silueta de su cara se fue esclareciendo para mí, y una cabello rubio y ojos amarillos se dibujaron sobre el rostro de la mujer que en seguida reconocí como Tsunade.

—¿Tsu... Tsunade-sama? —pregunté haciendo un esfuerzo sobrehumano por hablar, ya que tenía la boca demasiado seca.

—Sí —respondió aliviada—. Toma un poco de agua, Sakura... —dijo y me ofreció un vaso.

Hice el intento por tomar el brazo con mis manos, pero recordé que, por alguna razón, estaba atada a la cama. Ella me dio de beber de su propia mano.

—Hokage-sama, si la chica ya está despierta, sus servicios no son necesarios —escuché una voz varonil que venía de detrás de la cama. Busqué a su dueño y encontré nada más y nada menos que al propio Danzo Shimura.

—Mis servicios son necesarios hasta que yo lo diga —arremetió Tsunade contra él de inmediato—. No olvide que Sakura es mi pupila y que soy responsable de ella...

—Pues su pupila ha sido encontrada en una de los antiguos escondites de Orochimaru, junto a un ninja renegado de nuestra aldea de clase S en el libro Bingo... —se apresuró a hablar Danzo quien, en parte, tenía razón.

—¿Acaso usted olvida la parte en la que Sakura fue hallada inconsciente y abandonada por el propio Sasuke Uchiha? —preguntó Tsunade con los ojos brillantes de la ira— ¡Ella fue, claramente, una rehén de él, no una aliada! —exclamó en extremo molesta. La verdad, sin embargo era todo lo contrario, pero solo yo y Sasuke sabíamos eso.

—De cualquier manera, Sakura convivió durante meses con Sasuke, así que de seguro tiene información que nos puede beneficiar —habló el hombre caminando poco a poco hasta la puerta de la habitación, pero cuando estuvo cerca del umbral de la puerta, se detuvo y habló nuevamente haciendo que mis huesos se helaran—. Aunque, realmente me asombra mucho que, habiendo sido Sakura una rehén, el Uchiha se halla tomado el trabajo de curarla completamente de todas sus gravísimas heridas, vestirla y alimentarla como a una compañera de equipo... —dijo.

—Mucho cuidado, Danzo —le llamó Tsunade con propiedad, pero el hombre la interrumpió haciendo que la mujer se encolerizara incluso más.

—Comprendo su sentir, Tsunade —se apresuró a decir con una falsa empatía en su tono de voz—. Sé que no fue sencillo perder a Jiraiya, así que le cuesta mucho aceptar que Sakura traicionó a su aldea; pero no quiero que se cierre a la idea de que algo como eso pudiera suceder.

¿De qué diablos estaba hablando aquel hombre? ¿Cómo que Tsunade había perdido a Jiraiya? ¿Qué había sucedido en esos meses que estuve fuera?

Los ojos de Tsunade se cristalizaron con un instante al escuchar el nombre del maestro de Naruto, pero suprimió sus nacientes deseos de llorar cuando volteó su rostro hacia mí.

—¿Qué ha sucedido, Tsunade...? —pregunté mientras la mujer tomaba asiento junto a mi cama y respiraba tranquila luego de que hombre se fuera.

Pasé mi vista por el lugar y noté que no estaba en el hospital de Konoha, sino en una sala más oscura y, al parecer, bajo tierra.

—Han sucedido demasiadas cosas —dijo la mujer sobándose los sentidos, un gesto que hacía ella solo cuando estaba preocupada en demasía—. Pero primer necesito saber dónde está tu lealtad... ¿Con Sasuke o con Konoha...? —preguntó decidida.

—Con Konoha. Siempre —dije tragando en seco. En parte, no estaba mintiendo pues, lo primero que había pedido cuando recobré mi consciencia en aquella cueva, fue regresar a mi aldea y, aunque en un punto, sí había querido estar junto a Sasuke, jamás traicionaría a mi aldea. Más que a mi aldea, a mis amigos y familia.

—Pensamos que habías muerto —me dijo la mujer sonriendo alividiada, pero con una angustia palpable en el rostro.

—¿Qué...? —pregunté entre exaltada y preocupada.

—Cuando Kakashi y Naruto regresaron a buscarte, tú estabas desaparecida. Lo único que encontraron fue parte de tu ropa quemada y un charco de tu sangre —me dijo—. Kakashi me dijo que habías perdido tanta sangre que no creía que hubieras sobrevivido. Él estuvo de luto. Pensó que habías sacrificado tu vida para salvarlo a él y a Naruto y ver como perdía nuevamente a uno de sus compañeros, le quebró toda su voluntad.

Imaginar todo aquello, hizo que un nudo apareciera en mi garganta. ¿Acaso mis padres y mis amigos me habían dado por muerta? ¿Acaso me habían llorado? ¿Acaso pensaban que me habían perdido para siempre y que no volverían a verme jamás?

—Un ataúd vacío se enterró con tu nombre, Saku —confesó la mujer helándome los huesos.

—Sasuke me salvó. Estuvo dos días caminando conmigo a sus espaldas hasta encontrar al resto de su equipo —le dije mirando al suelo avergonzada de hacer sufrir a las personas que más me importaban—. Él prácticamente amenazó la vida de su ninja médico para que me salvara...

—Imaginé que algo como eso pudo haber sucedido, pero no quería darle falsas esperanzas a nadie —habló Tsunade mirándome fijamente a los ojos—. Él fue inteligente, después de todo —continuó la mujer—. Nunca te inmiscuyó en ninguna de sus misiones, y te aseguro que a pesar de estar bajo su cuidado estos meses, Sasuke Uchiha no se ha detenido en su empresa.

—Él siempre tuvo la intención de regresarme a Konoha, solo que quería hacerlo cuando yo estuviera completamente curada —le confesé a la de los cabellos rubios recordando las últimas palabras de Sasuke—. Él pensó que era la mejor opción para mí.

—Si te soy honesta, Sakura, en estos momentos, no sé si tenía razón o no. Las cosas están complicadas en la aldea, sobre todo porque Danzo quiere retenerte en los cuarteles AMBU para sacarte cualquier información relacionada con Sasuke —me habló Tsunade—. Hay poco que yo puedo hacer para impedírselo, pero igual lo intentaré.

—Por el momento, lo único que quiero es que le digan a mi madre y padre que estoy viva. También me gustaría que le avisaran a Naruto y Kakashi —sonreí un poco angustia, pero mi sonrisa se esfumó tan pronto como la mujer habló.

—No puedo hacer tal cosa, Sakura —me dijo con una mirada lastimosa—. Para tus padres y amigos, seguirás muerta hasta que Danzo decida que ya no eres útil para su retorcida investigación.

—Lo comprendo... —asentí tragando amargo.

—Neji fue el que te encontró y te trajo de vuelta a Konoha —me dijo la mujer tomando mi mano entre las suyas en señal de apoyo—. Él puede visitarte y contarte todo lo que quieras saber. Sé que te gustará hablar con un amigo más que con una vieja como yo... —me sonrió entre lágrimas.

—Tsunade... ¿Qué le sucedió a Jiraiya? —pregunté cuando la mujer se puso de pie y se despidió de mí. Ella hizo un esfuerzo por contener sus emociones y tragó en seco ante mi pregunta. Aún así, una lágrima se le escapó y rodó por sus mejilla hasta sus labios.

—Jiraiya murió...

REDENCIÓN (✔️) (Segundo Libro de la Trilogía Renacer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora