junghwan estaba enamorado de yoshinori, un chico encantador y atento con todos. sin embargo el japonés ni sabía de su existencia, ahí es cuando junghwan se propone hacer lo posible por llamar su atención y destacar entre los demás chicos de la escue...
Al siguiente día Junghwan se levantó temprano para lavar la chaqueta de Haruto, le parecía lo correcto ya que fue lindo de su parte prestarsela.
[...]
Ahora estaba asustado, había arruinado la chaqueta de Haruto. No tenía idea de que no podía meter prendar de cuero en la lavadora, se sentía tan idiota.
Para el colmó su teléfono empezó a sonar, mostrando en nombre de Haruto arriba. Nervioso contestó la llamada.
─ ¿Hola?
─ Hola, vaquita.
─ ¿Qué sucede?
─ Te llamaba para saber si nos veríamos hoy ─contó.
─ ¿Hoy? ¿Para qué? ─se hizo el tonto.
─ Me enviaste un mensaje diciendo que nos veríamos y me devolverías mi chaqueta.
─ Ya lo recuerdo, que estúpido ─susurró.
─ ¿Dijiste algo?
─ Es que estoy enfermo ─fingió toser─. No deberíamos vernos, no quiero empeorar o contagiarte.
─ ¿Segura?
─ Sí ─fingió un estornudo─. Lo siento, tal vez te de tu chaqueta el martes u otro día.
─ Está bien, mejórate mucho vaquita, adiós.
─ Adiós.
Colgó rápidamente, se había librado de tener que llevarle su chaqueta, pero de todos modos debía verlo mañana.
─ Dos horas después ─
Se sentía mal, tenía mucho frío y tenía tos. Su hermano mayor sacó el termómetro que tenía en su boca desde hace unos minutos, lo miró e hizo un gesto de desagrado.
─ Tienes fiebre alta.
─ ¿Moriré?
─ Eso espero.
─ Vaya gracias, eres tan considerado, hermano ─hizo notar su sarcasmo.
─ Tranquilo, estarás bien luego de tomar tu medicina.
Unos instantes luego el timbre de la casa sonó, su hermano bajó a ver quién era. Junghwan se sentía muy mal, eso le pasaba por mentir y no haber llevado suéter el día de la cita con Yoshi sabiendo que hacía frío.
Sonó como alguien subía las escaleras y tocaba la puerta de su cuarto, luego de exclamar un "adelante" Haruto se asomó por la puerta.
─ ¡Haruto! ¿Qué haces aquí?
─ Vine a verte, vaquita ─sonrió.
─ ¿Y si te contagio?
─ No importa, Junghwan.
Se sentó en la orilla de la cama y le extendió la bolsa que tenía. Junghwan curioso la tomo abrió, divisó en el interior un suéter con la caricatura de una vaca.
─ ¿Es en serio? ─miró a Haruto con una expresión chistosa.
─ ¿Te gusta? ─rió bajo el mayor.
─ Sí.
─ Te lo doy ya que al parecer no tienes uno.
─ Gracias ─sonrió.
─ No es nada... ¿Oye, de casualidad no tendrás mi chaqueta por aquí?
─ De hecho... Debo decirte algo.
─ ¿Qué quieres decirme?
Respiró hondo antes de hablar.
─ Arruiné tu chaqueta por accidente... Lo siento.
El mayor permaneció en silencio unos segundos, luego inexplicablemente sonrió.
─ Está bien, no te preocupes.
─ Es que no conocía la manera correcta de limpiar el cuero y sin querer la metí en la lavadora ─dijo apenado y triste.
─ Está bien ─rió─. No estoy enojado.
─ Te compraré otra, lo prometo.
─ No es necesario, gracias.
─ Déjame hacerlo, no quiero quedarme con la culpa ─insistió.
─ No, en serio, no debes comprarme una, está bien.
─ Gracias... Igual lo siento.
─ Bien, basta de mí, ponte tu suéter.
Junghwan obedeció y se colocó el suéter que le había llevado Haruto. Siguieron conversando hasta que los ojos de Junghwan empezaban a pesar del suelo, así en poco tiempo quedarse dormido.
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