Odisea - 10.

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H A R R Y

Harry.

Sabía que estaba jodido, de alguna o de otra manera sabía que no tenía perdón y que esta vez, no tendría el apoyo de absolutamente nadie.

Escondo a Ariadne en mi espalda pero es inútil, él ya la vio, papá sabe que ella está aquí.

—¡Reunión familiar! ¡Hermanito, cuanto tiempo sin verte! —el tío Hades lo saluda, pero papá ni se inmuta.

—¿Así que estás ayudando a mi hijo, me traicionas y me das la espalda para que él pueda vivir aquí con su amante?

—¡Te he dicho que no la llames así! —la adrenalina era tanta que no pude controlar mis impulsos y un rugido salió de mi garganta.

—Calmate, hermano, yo solo lo quería ayudar —Hades se cruza de brazos y sonríe maliciosamente. —Ya sabes, a ustedes les gusta prohibir amores por allí arriba.

Hades y Perséfone.

—Zeus, es mejor conversar calmados —Perséfone intenta acercarse a papá pero él la detiene con su mano.

—No te metas, Perséfone —Hades cambia drásticamente su expresión.

—El único que le puede decir eso, soy yo, oh gran señor —sus ojos se están volviendo rojos y me asusto.

No necesitamos que el Olimpo y el Inframundo entren en guerra ¿No es así?

Pienso en que debería desaparecer con Ariadne y escondernos en algún lugar recóndito de la Galaxia pero

1.Nos encontrarán fácilmentte.
2. No tengo poderes aquí

Sí, pequeños detalles.

—Apolo, esto es suficiente —escupe enojado el Dios Zeus. —Te prometí que nunca más serías un Dios y voy a cumplir mi palabra. 

Lo veo con miedo ¿Va a matarme?

—Traicionaste a toda tu familia..

—A mi no —Hades mueve sus dedos como diciendo hey, también formo parte de ella.

—¡Callate! —papá hace aparecer su famoso látigo dorado lleno de llamas, sus ojos destellan enojo cuando con la mano derecha, lanza la cuerda y Hades es atado con el látigo, haciendo que flote en el aire hecho un nudo.

—¡Suéltame! —Perséfone quiere ayudarlo pero solo basta mirar a Zeus para quedarse quieta.

—¡Lo ayudaste! ¡¿Un Dios volverse Hades?! ¡Qué estupidez más grande! Pero tengo una mayor vergüenza para ti. 

Los sirvientes de Hades aparecen en escena para rescatar a su señor, sin embargo, todos se detienen cuando su reina niega la cabeza y les ordena que se retiren.

Esto era un asunto familiar.

Y nadie iba a pelear contra el mismo Zeus.

—¿Sabes que es peor que volverte ayudante de Hades, hijo mío? —se acerca hacia mí y todo pasa en cámara lenta en mi cerebro.

Llevo mis manos hacia atrás intentando inútilmente desaparecer a Ariadne, pero cuando Zeus está cerca, se me hiela mi sangre dorada.

—Peor que eso es… volverte humano.

Humano.

Mortal.

Mis ojos se abren y niego.

—¿Quieres tener una historia de amor con ella? —ríe sin gracia. —Da la cara.

Y eso hace.

Aunque quisiera que no, Ariadne aparece a mi costado, tan pequeña y desprotegida, temo que le haga algo, temo que la asesine.

Apolo [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora