Ilíada - 04

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G U E R R A

G U E R R A

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Harry.

Bueno, esto pasó más rápido de lo pensado.

—¿Estás segura que va a funcionar?

—Espero —mi hermana me toma las manos y veo como, a través de ellas, brota un brillo dorado.

Mi cuerpo empieza a sentirse extraño y cuando creo que me desvaneceré, abro los ojos y veo que nos encontramos en el aire. En menos de lo que creo, aparecemos en el Tártaro.

—Gemma ¿Estás bien? —la tomo entre mis brazos al verla sin color.

—Sí sí, solo estoy algo débil por haberte pasado un poco de mi poder, es todo —su respiración es lenta y me asusto.

La acomodo en una especie de piedra y cuando me levanto, una especie de meteorito cae delante nuestro.

—¿Nos extrañaste? —una sonrisa crece en mi cuando veo a Louis y Niall.

Los abrazo fuerte y casi caen lágrimas de mis ojos al creer que no sean reales.

—¿Qué hacen aquí? Papá notará que no están y hará preguntas —veo a mi hermana un poco más recuperada y siento alivio.

—¡Queremos ayudar! Zeus hizo algo injusto, Afrodita —Louis frunce el ceño.

—Además, mamá te extraña demasiado.

Mis ojos se tornan tristes y por un momento solo quiero un abrazo de mi madre.

—Son unos idiotas, papá se va a enojar mucho peor si...

—Mira, Afrodita —Niall coloca sus brazos en la cintura. —Ayudaremos quieras o no, son nuestros hermanitos menores y no dejaremos que se metan en problemas sin nosotros ¿Entendieron? —suelta finalmente.

Mi hermana los mira queriendo fulminarlos con sus ojos verdes.

—Entonces no hay que perder tiempo, actualícennos ¿Qué hacemos en este lugar tan feo? —Louis me abraza y los cuatro vamos caminando hasta el interior de la cueva.

En el camino los voy actualizando de todo lo que ha pasado y mis hermanos no se abstienen de bromear con todo lo que les comento. Cuando pregunto por Zayn, Niall solo niega diciendo que él siempre va a hacer lo que Zeus diga y que no contemos con él.

Nunca lo hice y menos ahora.

Cuando llegamos, los titanes enjaulados empezaron a gruñirnos, se sacudían dentro de sus jaulas y las golpeaban gritando cosas sin sentido. Dionisio abrazó a Gemma y así avanzamos por el pasillo hasta llegar al centro de este.

Hades estaba metido en una jaula de oro, justo al centro de todo el Tártaro.

—¿Sobrinos? —dice parpadeando varias veces. —¡Qué sorpresa!

Apolo [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora