Ya hace 10 años que a mi padres los mataron ese día día en nuestra hacienda, hace 10 años que tuve que dejar mi casa para no estar sola, hace 10 años que vivo con la familia Reyes. Y cada día que amanezco todavía tengo la esperanza de amanecer en mi viejo cuarto, bajar las escaleras y ver a mis padres esperándome para desayunar. Y cada vez que abro los ojos me decepciono.
Vivir con mis padrinos la verdad es que a estado muy bien, Norma siempre me trato como a su propia hija, Juan me acogió bajo su ala, enseñándome todo lo qué hay que saber para manejar una hacienda, Juan David es una amor de persona, es tan detallista, sensible, sencillo, auténtico, caballero, la verdad es que no alcanzan las palabras para describirlo es un muy buen hombre, los mellizos son muy diferentes a él, ellos son desastrosos, irresponsables, creídos, pero por alguna razón Leon se me hace aún más insoportable que Erik, no puedo estar sola en el mismo cuarto que Leon es insufrible, no lo soporto.Ahorita mismo acabo de llegar a mi Hacienda, me vine en caballo para disfrutar de los paisajes en el camino. El año pasado cumplí los 21, lo que me dio derecho a tener total posesión de la Hacienda y mi fortuna. Tome posesión de la administración de la Hacienda pero decidí dejar la casa inhabitada por el momento, ya que todavía no me siento lista para vivir ahí, y mucho menos sola.
Estaba en las caballerizas revisando a los sementales, viendo que todos estuvieran en perfecto estado, cuando entra uno de mis vaqueros gritando mi nombre.
-Señorita Isabella!! Señorita Isabella!!- grito mientras me busca con la mirada
-Que pasa Eduardo? Qué pasa? Por que esta tan exaltado?- le pregunto extrañada por su comportamiento, pero este no contestaba -Contésteme Eduardo por Dios, qué pasa?
-La Hacienda de su padrino Juan, está rodeada de policías- me dice haciendo que se me baje la sangre al cuerpo acompañado de voces en mi cabeza.
-Mamá!!!! Papá!!!! No!!! Por favor no me dejen!!! No!!!-
-Señorita se encuentra bien?- me pregunta Eduardo
-Si...si estoy bien Eduardo gracias- digo mientras camino hacia afuera donde -Escúchame quiero que todo esté bajo orden me tengo que ir- dije mientras me subía a mi caballo, para irme con mis padrinos.
(...)
Llegue galopando a la entrada de la casa, para ver a dos policías, Juan David y mis padrinos abrazados. Le di mi caballo a un vaquero y me baje a ver que sucedía.
-Madrina que está pasando?- dije caminando hacia ellos
-Los mellizos están metidos en problemas Isabella, en que se habrán metido?- me dijo Norma abrazándome mientras lloraba.
-Tranquila madrina todo va a estar bien ok?- le dije apapachándola de la espalda
-Como se atreven a acusar a mis hijos de asesinos! Que demonios les pasa?, ustedes les ponen un dedo encima a mis chamacos, y yo no respondo- dijo Juan en un tono bajo pero severo
-Ey venga jefe, jefe tranquilízate- le dijo Juan David a su papá
-Señor Reyes entienda que nosotros solamente seguimos órdenes, por favor se calma- le dijo el policía a mi padrino
-Se calma ni que ocho cuartos- dijo Juan entre dientes mientras se volteaba con Norma -Donde están los muchachos?-
-No están en la casa Juan, debieron salir temprano pero no me di cuenta- le dice Norma a Juan mientras Juan David, los policías y yo los seguíamos.