Estaba en mi cuarto esperando a que estuviera lista la cena. Ya era de noche y los mellizos todavía no llegaban, estaba cada vez más preocupada. En eso suena mi teléfono y contesto sin mirar quien era.
-Leon?- dije contestando el teléfono
-Soy tu novio Isabella, al que no le has hablado desde que desapareciste del bar, donde andabas metida- dice Felipe por el teléfono
-Hola Felipe, perdón pero es que e tenido mucho problemas, asaltaron la Hacienda de la tía Sarita, y uno de los empleados que es muy amigo de Gaby está muy grave en el hospital así que no e tenido tiempo de nada- dije disculpándome
-No sabía, lo siento, debiste a verme dicho para ver en qué podía ayudar- me dijo
-No había mucho que hacer, pero ya todo está más calmado- le dije antes de que la puerta se abriera
-Niña Isabelita la cena esta lista- me dice Quintina
-Gracias Quintina- le dije cuando se fue -Te tengo que dejar amor, chao- dije colgando el teléfono y bajando a comer.
(...)
Estábamos cenando, pero todo estábamos muy preocupados por los mellizos, que no llegaban y tampoco contestaban el celular.
-Ni llegan, ni hablan, ni contestan el dichoso celular- dice Juan enojado
-Bueno tal vez están en una zona que no tiene buena señal, yo les dije que si tenían algún problema se comunicaran con nosotros- dijo Norma tensa
-Mi amor pero también me dijiste, que no iban muy lejos cierto?- preguntó Juan
-No, yo lo que te dije es que iban a estar en una zona que creo es de difícil acceso, eso es todo- dijo Norma
-Bueno cerca o lejos, lo importante es que no se metan en problemas y que no corran peligro- dice Juan David
-Yo creo que no debí dejarlos ir, sin saber exactamente a donde iban a llevar ese dinero y esas provisiones- dice Juan tratando el celular de nuevo
-No les va a pasar nada, no demoran en llegar, ellos ya son grandes, ya no son unas criaturas, se saben cuidar- dice Quintina
-Ahi está el problema, por creer que ya no son unos niños, están metidos en el problemon en el que están metidos con la muerte del profesor Carreño, con ese par nunca se sabe no podemos confiarnos- dice Juan
-No se podemos ir a buscarlos si quieres?, igual te acompaño yo- le dice Juan David a su papá
-Vamos- dice Juan parándose de la mesa
(...)
Después de unos minutos llegaron los cuatro a la casa. Los mellizos llegaron con hambre así que se sentaron a comer. Pero ya cuando tenían los platos enfrente no probaron ni un bocado.
-No es que tenían mucha hambre muchachos?- les pregunta Quintina
-Pues cobla cantaleta que nos pego el Rey de Reyes a quien le va a dar hambre, todo el viaje regañe, regañe- dijo Erik
-Ustedes tienen la culpa, tienen celulares, comuníquense- Juan David les dijo
-Por que no llaman? A ver explíquenme por qué no avisan, hasta su Tía Sarita y su prima Gaby estuvieron muy preocupadas por ustedes- les dijo Norma
-Estuvieron llamando todo el día- dijo Quintina
-Entonces que?, si vieron a los familiares de Nino?- les preguntó Juan David
