Estaba en mi cuarto acostada en mi cama, ya que me dolía muchísimo la cabeza, cuando recibí una llamada de Juan David.-Halo?- dije atendiendo
-Isa, vas a ir a la cena en la alcaldía?- me pregunta Juan David
-No, no estoy de humor Juanda- le dije suspirando
-Me preguntaba, si podías venir aquí a la casa, mis papás se fueron y yo estoy cuidando al abuelo, el te extraña mucho- me dice
-No lo se Juan David, no me quiero encontrar con los mellizos- dije siendo sincera
-Si ya mi papá me platicó lo qué pasó hoy, no te preocupes, ellos traen su rollo, no te van a molestar- me dice tratando de convencerme
-Ok, en una media hora estoy allá- dije dando mi brazo a torcer
(...)
Cuando llegue a la casa, se escuchaba una música muy fuerte.
Juan David llegó y fue a saludarme.-Que bueno que llegas, los mellizos hicieron una fiesta en el comedor de los empleados y el abuelo está tomando con ellos- dice Juan David desesperado
-Juan David me dijiste que no me los iba a topar- dije viéndolo mal
-Ya se pero necesito tu ayuda, por favor- dice Juan David suplicándole
-Te espero aquí- fue lo único que dijo Isabella antes de sentarse en la sala.
Juan David iba a caminar hacia afuera pero le sonó el celular, así que fue a su cuarto a contestar.
(...)
Isabella ya estaba apunto de irse cuando entra Quintina corriendo preocupada.
-Quintina que le pasa?- le pregunta Isabella al verla tan preocupada
-Los mellizos esta vez si se pasaron de descabellados- dice antes de irse arriba a hablarle a Juan David.
Vi que bajaron los dos y salieron afuera. Y segundos después empecé a escuchar gritos, así que decidí salir a ver que pasaba.
Cuando llegue al comedor de los empleados, me encontré con un montón de vaqueros y muchachas en su ropa interior, los mellizos sin camisas y muy borrachos.
-Tienen que aprender a respetar esta casa, aquí está mamá, esta papá, estoy yo, esta este viejo, velo como esta- dice Juan David enojado viendo al abuelo todo tomado.
-Juan David, lleva al abuelo a su recamara, yo me encargo- dije caminado dentro del comedor
Juan David asiente y saca al abuelo de ahí.
-Se acabo la fiesta señores, se van a sus casas, y ustedes señoritas me hacen el favor de vestirse e irse de esta Hacienda inmediatamente- les dije cruzándome de brazos
-Tu, no eres nadie para venir a dar órdenes- dice Leon tambaleándose hacia mi
-Soy la única persona consciente que está aquí, así que yo creo que si, se me largan todos, y ustedes dos a dormir- le dije volteándome para irme, pero Leon me toma del brazo
-No, tú no te vas, tú te quedas conmigo, te voy a enseñar a divertirte- dice Leon tomandome del cuello y besándome.
-Ay Dios mío santo- escuchó a Quintina decir