❝Eʀᴏs❞✓
•Eros (Cupido entre los romanos), que simboliza el deseo sensual, es el dios griego responsable de la atracción sexual, el amor y el sexo, venerado también como un dios de la fertilidad.
[Lector/a por personaje]
«Lᴏ ᴜɴɪᴄᴏ ǫᴜᴇ ɴᴇᴄᴇsɪᴛᴏ ᴘᴀʀᴀ s...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Dar paseos en carretera por coche e ir a lugares sin sentido, acompañado de la persona indicada, siempre ha sido una de las cosas más especiales. O el simple hecho de conducir por varios kilómetros sin rumbo alguno, y mirar el atardecer en algún punto desierto, era magnífico.
Cualquier actividad por más sencilla que sea, si te encuentras con la persona indicada, lo hará todo mil veces mejor.
Justo como lo que hacían en estos momentos; ambos en el coche de Ran, conduciendo por la carretera sin destino aparente, disfrutando de cantar una que otra canción a todo pulmón, logrando que su garganta doliera gracias a la irritación en sus cuerdas bucales, pero siempre acompañadas con risas al final de cada tonada.
El camino era desconocido y el sendero se les hacía irreconocible, o por lo menos a la chica, porque, en cambio, él llevaba planeando esto desde hace ya un tiempo. Pues gracias a sus ocupaciones las salidas y encuentros se estaban volviendo algo escasos, por no decir qué nulas, y a base de eso, cada que tenían la oportunidad, salían y se perdían por algún sitio sin importar mucho el destino, pues lo más importante para ellos era la compañía, su compañía.
Él, tomó rumbo hacia un acantilado por las afueras de la ciudad, donde el clima era algo templado pero acogedor. Hoy, el chico tenía pronosticado comer un poco y hablar de su día mientras ven el hermoso atardecer.
Un plan sencillo, pero lindo, a ambos les parecía increíble los hermosos colores que reflejaba el cielo a esas horas del día, al igual que la tranquilidad que daba el ambiente. ¿Entonces… por qué no hacer un pícnic nocturno? Además, estos paseos se habían convertido en algo especial para ambos, algo que disfrutaban con el alma y atesoraba con la mente.
Estos recuerdos son los que algún día en el futuro, cuando decidan tener hijos y estos crezcan y les den nietos, cuenten cómo gran anécdota, el cómo su amor al pasar los días se hace más grande, forjando miles de lazos en el camino.
Porque sí, aunque no lo crean, ambos, a este punto, ya no se podían imaginar sin el otro, la manera de apreciar, atesorar, amar y cuidar del otro ya era demasiada, a tal punto en la que ambos sin darse cuenta darían todo por él contrarío.
El pasarse las noches imaginando un mundo y un futuro con el otro se había vuelto una especie de hobby a la hora de dormir.
Claro que a veces tenían sus diferencias, como todo ser humano, pero siempre llegaban al punto de saber cómo manejar sus inconvenientes y resolverlo de la mejor manera.
