Oɴᴇ-Sʜᴏᴛ's |TR

Sᴇɪsʜᴜ Iɴᴜɪ 誕生日

Editado: 18/09/2023

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Seishu Inui - 11 [18/10]
Oc[female character] - 11

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—Feliz cumpleaños bombón.

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Aquí la quemadura de Seishu será una marca de nacimiento, ya que el incendio no pasó y no va a pasar.
Izana, Shinichiro, Mikey, Emma y la Oc son hermanos ¿por qué? El poder del guión.
Es corto, sí, pero me pareció bonito. Además, no va de acuerdo a lo canon.
Espero les guste, se acepta crítica y queja. 

Por cierto, el libro que estaba leyendo la Oc es de la saga de «The Maze Runner» de James Dashner.

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«Durante la Transformación, Thomas perdió por completo la noción del tiempo.

Comenzó de manera similar a su primer recuerdo dentro de la Caja: en medio del frío y la oscuridad. Pero esta vez, sus pies y su cuerpo no parecían estar en contacto con nada. Flotaba en el vacío, con la mirada fija en un agujero negro. No escuchaba voces ni ruidos, tampoco percibía olores. Era como si alguien le hubiera robado los cinco sentidos, dejándolo en medio de las tinieblas.

El tiempo se alargaba. El miedo se convirtió en curiosidad y esta, en aburrimiento. Finalmente, tras una espera interminable, todo comenzó a cambiar.

Un viento fuerte se levantó a lo lejos. No lo sentía, pero podía oírlo. Enseguida surgió una bruma blanca distante: parecía un tornado de humo que giraba formando un embudo tan grande que no permitía ver dónde terminaba el remolino. Luego aparecieron huracanes, que fueron absorbidos por un gran ciclón, y pasaron volando detrás de él, rasgando su ropa y su pelo como banderas destrozadas por una tormenta.

La espesa bruma era como una torre gigantesca, que comenzó a acercarse hacia él -o era él el que se movía hacia ella, no estaba seguro- aumentando la velocidad a un ritmo alarmante. Donde segundos antes había podido ver la forma nítida del embudo, ahora solo quedaba una extensa planicie blanca.

Entonces la niebla lo devoró. Sintió que se llevaba su mente... —Hey... —se llevaba su... —Oye... —llevaba su... —¡Hey! —Se llevaba su mente y que los recuerdos inundaban sus pensamientos.

Todo lo demás no fue más que sufrimiento.»

—¡¡Hey, te estoy hablando!!

—¡¿Qué?! —Exaltada. Volteó a ver al pelinegro con el ceño fruncido, lo miro de arriba hacia abajo y después le dedico una mirada irritada al haberla interrumpe a plena lectura.

—Uno: relájate. Dos: te estoy hablando. Tres: deja de leer cuando estás conmigo —. Su mirada era retadora, imponente y a la vez ofendida.

—Kokonoi, no seas dramático, solo estaba terminando un capítulo. Además, tú eras el que me estaba ignorado mientras hablaba muy entretenida mente por teléfono, es tu culpa —. Altanera, respondió, moviendo su cabeza de lado a lado, negando con diversión.

—¡¿Mi culpa?! Si me puse a hablar era porque era importante, era un asunto de suma importancia que tenía que ser atendido en ese mismo instante, así que no es mi culpa, es de la persona que me llamó.

—¿Qué asunto de suma importancia puedes tener tú? Por dios, Koko, tienes once años, estoy segura de que ni siquiera sabes limpiarte bien el trasero ¿Qué asuntos vas a tener? Exagerado.

—Pará tu información, YO, sí me sé limpiar bien el trasero, tú no. De eso sí estoy seguro.

—A mí no me levantes falsos —, moviendo su dedo de lado a lado en frente de su rostro, le miró ofendida por tal acusación tan errónea y 'grosera' —Yo si tengo buena higiene.

—Pues yo también —le saco su lengua con burla y ella en respuesta la sostuvo con dos de sus dedos y la apretó sacándole un grito ahogado.

—¿Por qué están hablando de si se limpian bien o no el trasero? — por la puerta apareció Shinichiro, en seguida ambos se incorporaron correctamente en la cama y ella limpió sus dedos en el pantalón del pelinegro ocasionándole una mueca.

—Déjalos, están pequeños, son cosas de ellos —. Izana también apareció al lado del mayor mientras veía con burla a ambos menores.

—¿Pequeños? —la niña se notó ofendida y molesta, ¿Qué se creía?, ¿un tipo de Indominus pirata? Absurdo. —Que nos lleves por tres años no significa que hayas conocido y caminado al lado de los dinosaurios. Rubio oxigenado.

—No soy rubio, soy albino. Tonta.

—De hecho sí lo eres, rubio blanquecino —opinó Shinichiro desde atrás, robándole una sonrisa a la menor, quien con victoria coloco sus manos en jarra.

—Sea lo que sea, no estoy oxigenado de la cabeza —rodando los ojos, Izana se cruzó de brazos, disgustado ante el poco apoyo que estaba teniendo.

—Eres bobo, la decoloración te quemo las neuronas.

—Pará tu información, soy natural. Envidiosa.

—¿Envidiosa? ¿De qué? ¿De parecer un abuelo lleno de canas? No, gracias.

—Dejen de pelear —Shinichiro, cansado de la absurda pelea, tuvo que intervenir antes de que siguiera —Princesa, ven, tengo que presentarte a alguien.

—¿Ahora? —. En ente momento, no quería moverse de su cómoda cama, prefería quedarse ahí. Además, tenía dos discusiones pendientes con la Pseudechis porphyriacus y el Indominus Rex versión MADE IN CHINA.

—Sí, ahora —. Su firme voz solo la hizo resignarse y aceptar el bajar a conocer a lo que fuera que su hermano quería presentarle.

—Bien —. Bajando a su lado, siendo seguida por Kokonoi e Izana, la joven señorita bajaba cada escalón de manera lenta y tediosa, sintiéndose obligada y fastidiada.

Al llegar al último escalón se encontró con un lindo rubio de más o menos su edad. En seguida, aquel sentimiento de fastidio desapareció de su mente y un muy pequeño y apenas visible sonrojo apareció en sus mejillas. Claro, esto no paso desapercibido por Koko, quien ya concia a la perfección a aquella niña.

La tez del chico era blanca y sus ojos de un verde que a simple vista le parecieron cautivadores. Su cara adornada con una rojiza marca de nacimiento rodeando su lindo ojo y parte de su frente. Su contextura delgada y algo baja perfecta para su corta edad. Su nombre era Seishu Inui, un nombre perfecto y similar al de un príncipe. Quedándole como anillo al dedo al tener una apariencia tan de personaje de Disney. Podría clasificarlo como el chico perfecto. El chico de sus sueños.

¿Amor a primera vista? Por dios eran simples niños. Por el momento solo lo consideraba como un simple flechazo. Caundo en realidad era eso; un amor a primera vista. Su primer amor.