❝Eʀᴏs❞✓
•Eros (Cupido entre los romanos), que simboliza el deseo sensual, es el dios griego responsable de la atracción sexual, el amor y el sexo, venerado también como un dios de la fertilidad.
[Lector/a por personaje]
«Lᴏ ᴜɴɪᴄᴏ ǫᴜᴇ ɴᴇᴄᴇsɪᴛᴏ ᴘᴀʀᴀ s...
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Sus tibias manos se adentraron por debajo de mi sueter, recorriendo mi espalda con parsimonia, apegandome aun más a él sin separar nuestros labios mas allá de lo que los cortos besos nos lo permitían.
Después de un día pesado de escuela para ambos, en donde el durmió la mayoria del tiempo, y yo prestaba atención en cada clase para en casa poder darle una explicación de todo más reducido, decidimos solo ver una pelicula y relajarnos en la comodidad de su habitación al intercambiar nuestros uniformes por unas prendas más cómodas para estar en casa, terminando en una, para nada pequeña, sesion de besos. Olvidando por completo la tarea y actividades que teníamos pendientes.
Sus manos curiosas llegaron hasta mi sujetador, desabrochando el pequeño broche a mi espalda, para tener un camino mas libre y guiar sus palmas a mis senos, amasandolos por dejabo de las telas que aún me cubrían, robandome suspiros desde el fondo de mi garganta.
Envolví mis brazos por su cuello y junte aun más nuestros cuerpos, dejando los cortos picos por un distorsionado y hambriento beso feroz, queriendo unir nuestras bocas en una, mediante el intercambio entre nuestros belfos.
Movi mi cadera sobre el bulto creciente en su pelvis, creando fricción entre nuestras zonas intimas aun cubiertas por las telas de nuestras prendas inferiores. Haciéndonos suspirar a la par.
Una de sus palmas dejo mi seno, yendo a la área de mis bragas para hacer a un lado la delgada tela, acariciando mi vulva sin adentrarse a mi, solo tentando entre mis labios, tentando terreno hasta llegar a mi clítoris, comenzando con masajes por arriba de él, llevando una pequeña carga eléctrica a todo mi cuerpo.
—Jiro... —Suspire sueve, dejando sus labios para ocultar mi rostro entre su cuello, amortiguando mis pequeños suspiros contra la curvatura que se creaba, incitandome a mover aun más mi cadera, ansiando que aquellas sensaciones no pararan.
—¿Qué pasa, pequeña? —respondió susurrando, y podría jurar que estaba sonriendo al decirlo, porque al tiempo en el que hablaba, introducía de forma lenta un dedo en mi, logrando que un gemido brotara de mis labios, siendo interrumpido cuando la puerta se abrió de forma violenta para posteriormente dejar apreciar el grito entre enojado y avergonzado de un rubio muy alto, siéndole cómplice la risa que segundos despues mi pareja dejo brotar.
—¡Mierda, Mikey! ¡Pon el puto seguro! ¡¿Cuanto te cuesta hacerlo?! —Se escuchaba frustrado, y lo entiendo, yo no encontraba en donde meter mi cabeza por la pena, atinando a solo esconder mi rostro aun más en Manjiro —. ¡Perdón, Aly! ¡Te juro que no vi nada!
