❝Eʀᴏs❞✓
•Eros (Cupido entre los romanos), que simboliza el deseo sensual, es el dios griego responsable de la atracción sexual, el amor y el sexo, venerado también como un dios de la fertilidad.
[Lector/a por personaje]
«Lᴏ ᴜɴɪᴄᴏ ǫᴜᴇ ɴᴇᴄᴇsɪᴛᴏ ᴘᴀʀᴀ s...
—Feliz cumpleaños atrasado, bombón <3 Lamento si se me salto corregir algo, al igual que por los comentarios que se quitaron.
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Un día lluvioso se hacía presente en Tokio. Las calles empapadas, los charcos de agua, la comodidad del hogar y el exquisito olor a tierra mojada.
En la habitación de uno de los complejos de apartamentos, se encontraban dos jóvenes disfrutando del día tan acogedor.
Chifuyu muy ensimismado en su lectura. Teniendo entre sus manos un manga, en la portada de este se podía apreciar el nombre de “Nana” dando a relucirse con la bonita ilustración en la pasta delgada. Por su lado, ella se encontraba muy entretenida en su “Nintendo DS” jugando uno de los juegos —válgame la redundancia— que hace no mucho había adquirido “Rune Factory 2: A Fantasy Harvest Moon” Aquel juego de rol y simulación desarrollado por Neverland que sin dudas la tenía muy entretenida.
Ambos fundidos en un silencio cómodo y cálido, con el calmante sonido de la brisa provocada por la lluvia y las gotas de agua golpeando en el cristal de la ventana. Relajando el ambiente y envolviéndolos en una manta de tranquilidad.
—Oye, linda —. Chifuyu, rompiendo el cómodo silencio, habló, dejando su manga de lado para observar a la chica.
—Mm —murmuró como respuesta sin despegar la mirada del juego. Estaba demasiado concentrada, parecía desconectada del mundo e hipnotizada por el aparato en sus manos.
—Perdón por la cita —. Bien, eso sin dudas había logrado llamar su atención, logrado que despegara la mirada del juego e inclinara su cabeza en claro rastro de confusión al no saber exactamente a lo que se refería. ¿Por qué rayos se estaba disculpando? Juraría que, si fuera posible, un gran signo de incógnita se pasaría encima de su cabeza. Y en seguida su juego paso a segundo plano prestándole total atención.
—¿A qué te refieres?
—Sobre todo esto —, trato de explicar haciendo señas con sus manos —la salida, la lluvia, el frío, tu ropa, todo.
—Pero es qué… A ver cariño, tú no controlas el clima, esto está muy lejos de ser tu culpa.
—Lo sé, pero ahora está toda tu ropa mojada y hace un momento tenías frío, y tu nariz se encontraba rojita y tus manos heladas, y…—corto su lamento con un casto beso en sus labios, dejándolo anonado. Si bien, era cierto que se habían mojado un poco, no era ni en lo más mínimo su culpa. Ya que cuando paso a recogerla el día era soleado y fresco, nada de que preocuparse, está de más decir que al pasar unas horas y aproximarse la tarde, nubes más densas se empezaron a formar y una oleada de brisa invadió toda la zona, llegado a mojarlos con apenas gotitas.
