Siempre te has esforzado más en sobrevivir y mantenerte con vida después de la desaparición de tus padres, pero ahora solo una pregunta ronda por tu cabeza ¿Que sientes? eso te lo preguntas cada vez que estás con dos chicos que conociste en diferent...
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Hoy era el Rito de la linterna, una festividad un tanto importante para Liyue.
Te habías despertado. Ayer después de lo que había pasado con Scaramouche él te mando a dormir.
Apenas te ibas a levantar de la cama, cuando de repente entra Tartaglia al cuarto.
- ¡Hey, ya despiértate! - te dijo gritando.
Solo te tapaste los oídos, había gritado muy fuerte.
- Si, ya lo estoy, ahora por favor salte - dices y Tartaglia obedece en el instante en que se lo haces saber.
Entonces te preparas, te bañas, te cambiaste, entre muchas cosas, y por fin sales.
Observaste la sala, no encontrabas a Scaramouche en ella.
- ¿Dónde está? - preguntaste.
- No sé - contesta desinteresado Tartaglia.
- Ah... está bien - dijiste pues te sentiste un poco mal, ya que ayer literalmente se te declaró y no te dejo dar tu opinión.
- No te sientas mal, así es él - Tartaglia trataba de darte ánimos.
Si bien Tartaglia sabía cómo era él, quizás no a la perfección pero al menos él poco que sabía serviría de algo.
- ¡Mejor vamos a divertirnos nosotros! - habló.
Esa frase te dió un poco de desconfianza, sabías que sus "métodos de diversión" era un pocos raros.
- Eh...¿cómo lo haremos? - preguntaste integrada.
- No vamos a pelear, pero.... podemos ir al Rito de la linterna hoy en la noche - dijo.
- ¿Hoy es? - preguntás.
- Si, te dije ayer - dijo.
- Cierto, no me acordaba - dices.
- Ven, aparte podemos visitar la ciudad - dijo y te agarro de la mano para que lo siguieras.
- Pero... ¿Y Scaramouche? - preguntaste.
- Eh... él...nos puede alcanzar más tarde - dicho esto se fueron a descubrir lo que les esperaba afuera.
Tartaglia mientras caminaba contigo por las calles sabía el porque Scaramouche no se encontraba aquí.
Al parecer había visto a algunas personas que se le hacían conocidas y no sabían que tu estabas aquí, más bien no tendrían que saber que tu estabas aqui, o eso fue lo que entendió Tartaglia. . . . . .
Horas antes.
Era de noche y Scaramouche había salido a la terraza que daba vista a la calle, mientras leía sus novelas ligeras.
Entonces vio algo que le llamo la atención.
Esa persona se parecía al bardo, no sabía que era tan popular como para disfrazarse de él.
