Los días de la semana pasaron y llegó sábado; el cumpleaños de Baby.
El mismo día Freddy decidió regalarle una prenda de ropa a Chica, ya que anteriormente ella le había contado que no tenía nada para ponerse para la fiesta de Baby
—¡Hey!—El castaño llamó la atención de la menor, quien se encontraba sentada en una silla. Estaba agotada, y pausó sus tareas por un rato, hasta que logró escuchar la voz de Freddy.
—¿Ah? ¿pasa algo?.—Preguntó ella fijando su mirada en él.
—Mira.—Sacó de su espalda una caja de tamaño mediano, el cual tenía un lazo rosado en medio de él.
Chica, algo extrañada, abrió la caja, dejando en vista un lindo vestido corto de color morado, el cual combinaba perfectamente con sus ojos.
—Oh, Freddy... es hermoso...—Una pequeña sonrisa apareció en su rostro. Ésta hacía que unos adorables hoyuelos se formaran en sus rosadas mejillitas.—Debió costar mucho, ¿no?.
—Eso no importa. Como habías dicho que no tenías ropa para la ocasión, quise comprarte ese vestido. ¿Te gusta?.—Sonrió él ésta vez al ver la carita de felicidad de la menor.
—Sí, mucho.
—Me alegro que sea de tu agrado. Ya tienes que ponerte para ésta tarde.
—Hay un problema, tu papá.
—No te preocupes por él. Dentro de un rato se irá a una reunión y no volverá hasta tarde. Ten por seguro que no habrá problema.
Chica se puso de pie sosteniando la caja con ambas manos.
—¿A qué hora es la fiesta?.
—Comienza a las dos de la tarde. Son las doce, así que te aconsejo que vayas vistiendote, yo haré lo mismo.—Y como siempre, con una sonrisa en el rostro, guiñó uno de sus ojos para así subir la escalera.
Chica subió al ático, el lugar que era como "una habitación" para ella.
Sacó el vestido de la caja y se lo puso.
Se miró a un espejo, y sonrió. De veras le quedaba muy bien. Como fue dicho anteriormente; el vestido no era tan largo ni tan corto, era perfecto y cómodo para ella. Tenía un cinturón dorado, el cual le daba un toque brillante.
Se colocó unas botas marrones que tenían un poco de taco y no eran tan largas.
Soltó su brillante y suave cabello del amarre, el cual cayó en sus hombros.
Por último se puso una diadema del mismo color de su vestido.
Estaba hermosa.
Una vez lista, bajó al primer piso, en donde Freddy la esperaba al lado de la gran escalera.
—Chica...—Él fijó su vista en ella, viendo lo hermosa que estaba con ese vestido morado que le quedaba perfecto.—Luces muy bien.
—... Gracias.—Respondió ella con timidez.—¿Sabe tu hermano sobre esto?.
—Él salió con unos amigos, no te preocupes. ¿Te parece ir yendo?.
—Claro que sí, ¿caminando, no?.
Freddy rió.
—¿Cómo crees? Iremos en moto.
Chica lo miró sorprendida.
—¿M-moto?.
—Sí. ¿Qué tiene?.
—N-nunca me gustaron las motos... mejor vamos caminando, ¿si?.
—Chica, son varias cuadras. Nos viene mejor ir en moto.—Tomó su mano causando un pequeño rubor en las mejillas de la menor.—No temas, yo te cuidaré.
Los dos salieron de la casa, antes de montarse en el vehículo el castaño le dio un casco a Chica, el cual se puso al igual que él.
Freddy se subió, a lo que ella también lo hizo, solo que se sentó detrás de él.
