𝙙 𝙞 𝙚 𝙘 𝙞 𝙨 𝙚́ 𝙞 𝙨

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La mañana llegó, haciendo que unos rayos de sol entraran por la ventana de Freddy.
Él se encontraba durmiendo en el suelo, dejando que Chica durmiera en su cama.
La rubia abrió con lentitud sus ojos, acostumbrandolos a la luz del sol, dándose cuenta de donde se encontraba.

—¡Amaneció!—Exclamó exaltada y sentándose de golpe.—¡¿Amaneció?!—Repitió al darse cuenta de que estaba en la cama de Freddy, quien se encontraba sentado en el suelo observándola a ella.

—¡Buenos días, señorita!—Dijo Freddy con una sonrisa esbozada en su rostro.

—¡Freddy! ¡¿por qué no me despertaste?! ¡No debía quedarme dormida aquí! ¡Además tú eres el que está delicado y deberías estar recostado en la cama!.

—Lo siento. Es que te veías muy linda y tranquila durmiendo, que me dio pena despertarte.—Explicó él, poniéndose de pie para nuevamente sentarse, está vez en la orilla de la cama que estaba ocupada por Chica.

—Si tu padre me llagara a ver aquí, tendría muchos problemas. Es... es mejor que me vaya.

Dicho eso, Chica se puso de pie, y antes de que pudiera abrir la puerta, él ojiazul la detuvo tomándola de la mano.

—No te preocupes por eso. Él llegó tarde a la mansión y debe de dormir hasta tarde.—Respondió él, nuevamente sonriéndole de manera amable a Chica.—Ahora..., ¿qué te parece si me acompañas a desayunar algo?

—¿Por qué no dejas que yo haga el desayuno mientras tú te acuestas en la cama?

—No. Tampoco estoy tan grave, es solo una pequeña herida en la frente.—Explicó él para así ponerse de pie y abrir la puerta.—Por favor. No quiero desayunar solo. Tú me harías una linda compañía.

Chica no podía negarse a esa mirada tan profunda y encantadora.

—Bien, tú ganas.—Suspiró ya convencida, para así levantarse de la cama.

Ambos bajaron al otro piso a dirección a la cocina.
Freddy se sentía feliz. Pues tenía la mejor compañía para desayunar, después de todo.

—¿Le gustaría desayunar cereal con leche, mi lady?—Rió él ojiazul, en busca de la caja de cereal, la cual se encontraba en un estante.

—¿Y qué tal si hago unos panqueques?—Sugirió ella, haciendo que el castaño se sorprendiera.

—¿Lo dices en serio?—La miró con sorpresa, y con una sonrisa.—No pensé que sabías hacer panqueques.

—Hay muchas cosas que no sabes de mí,  joven Fazbear.—Rió, ésta vez ella.—No tardaré, me tomará unos minutos.

—Excelente. Yo haré el café.—Sonrió él dando unas suaves palmadas en la cabeza a Chica.

Luego de unos minutos, los panqueques ya estaban listos. Para decorarlos, Chica colocó miel y algunas frutas frescas sobre éste, para así ponerlos en un plato y así servirlos a la mesa.

—Wow, se ven deliciosos—Exclamó Freddy, también colocando las tazas de café en la mesa.

—Eso me lo confirmaras después de probarlos.

El castaño, con los cubiertos, cortó un pedazo de los panqueques para así probarlos. Estos si estaban deliciosos, y su cara lo demostraba.

—Chica, eres increíble. Son los mejores panqueques que probé en mi vida.

—¿De verdad? No te creo.—Rió ella, bebiendo un sorbo de café.—El café también está delicioso.

Freddy iba a contestar, pero Golden llegó a la cocina.

—Buenos días, Freddy. Buenos días, belleza.—Dijo el rubio, aún con el pijama puesto.—¿Qué es ese olor? Se siente delicioso.

—Oh, Golden, hola. Cociné unos panqueques, puedes comerte los que quieras, hice bastantes.—Ofreció la de ojos morados.

—Lo tomaré en cuenta.—Contestó él, bostezando un poco.—¿Cómo estás Freddy? ¿Te sientes mejor?

—Oh, sí. Me duele un poco la herida de la frente, pero de seguro el dolor disminuirá pronto. Además, Chica me está cuidando y acompañando.

—¿Chica? ¿Y qué hay de Baby?

—Yo... no quiero hablar de ella.

—Bien. Como quieras.—Y antes de irse, tomó un poco del desayuno para finalmente salir de la cocina.

Freddy miró al suelo, algo triste. Pues pensar y hablar de Baby le afectaba mucho.

—¿Freddy?—Preguntó Chica, ya algo preocupada al verlo de esa manera.—Oye, ¿Estás bien?

—Ehm... lo siento Chica, pero necesito acostarme un rato más.

Ella sonrió suavemente y comprensiva.

—Tranquilo, entiendo. Vamos, yo te llevaré a tu habitación.

Ella se puso de pie, al igual que Freddy.
Chica lo tomó de la mano, para así ayudarlo a caminar y subir las escaleras.

Ambos se dirigieron al cuarto, hasta llegar a la cama, donde Freddy se acostó.

—Bien, Freddy. Dentro de un rato vendré a cambiarte las vendas, ¿si?

—Está bien.—Y antes de que Chica pudiera irse, el castaño habló deteniéndola.

—Chica..., muchas gracias. Debo admitir que eres la única razón por las que sonrió o río en estos momentos tan duros para mí.

—Oh, Freddy...—Ella se volvió a acercar a la cama.—Estos meses en los que estuve en esta mansión, conocí a un chico dulce, amable y tierno, el cual eres tú. Estoy agradecida de ser tu amiga.

—¿Cómo puedes ser tan linda?—Comentó él, mirándola con esos ojos tan encantadores y profundos.

Chica se ruborizó un poco al oír tales palabras.

—Descansa, ¿si? Yo iré a hacer algunas tareas. Luego vuelvo.

Chica salió de la habitación, directo a la cocina.

Una vez allí, empezó a limpiar ésta.
Limpiaba tranquila, hasta que llegó Golden.
Éste apareció atrás de ella, tomándola por la cintura de la menor, quien al sentir sus manos se exaltó.

—¿Sabes? Los panqueques estuvieron deliciosos. Pero... tú lo estás más...~—Habló con una voz seductora, la cual susurraba al oído de la menor.

—¡¿Q-qué es lo que h-haces?!—Dijo asustada, haciendo fuerza para alejarlo de ella.

—Oh, vamos muñeca. Siempre has deseado éste momento.—Volvió a manosear su cintura, acercando su cuerpo al suyo.

—¡N-no, aléjate!—Gritó Chica, empujándolo hasta apartarlo de ella.—¡Estás totalmente loco!

—Claro que estoy loco, loco por ti, bombón...—Golden volvió a insistir, hasta que dejó de hacerlo al oír la voz de su padre.

—¿Qué está pasando aquí?—Habló el mayor, presenciando ese momento.

Golden se alejó de Chica.

—Oh, nada papá. Solo le preguntaba a Chica si quería ayuda... ¿no, Chica?

—... Sí, eso.

—Pues haces mal. Chica no necesita ayuda. Ella puede sola, después de todo es su trabajo.

—Lo siento. Ahora... ahora me iré a mi cuarto.

Golden se fue, dejando al señor Fazbear y a Chica a solas.

—¿Cómo está mi hijo?

—Él está bien, señor. Ya desayunó, ahora está en su habitación y dentro de un rato iré a cambiarle las vendas.—Respondió ella.—Ahora, si me disculpa, seguiré limpiando y luego haré el almuerzo.

—Excelente. Ahora iré a verlo.

El mayor se fue de la cocina, dejando a Chica sola.
Ella se encontraba incomoda por la situación de Golden y ella.

Golden la hizo pasar un mal momento.

꒰ ❣️ ꒱ 𝐢𝐬 𝐥𝐨𝐯𝐞? ; ғʀᴇᴅᴅɪᴄᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora