Baby volvía a casa después de una mañana llena de estudios. Ésta revisaba su celular mientras caminaba.
Tenía nueve llamadas perdidas de Foxy, a quien estuvo ignorando todos los días.
También él le enviaba mensajes, pero la pelirroja no los contestaba.
Ella solo pensaba en Freddy.Mientras caminaba, el pelirrojo se acercó a ella corriendo.
—¡Baby, espera!—Exclamaba él, poniéndose en frente de la Circus, impidiéndole el paso.
Ella solo suspiró, girando sus ojos con molestia.
—¿Ahora qué, Foxy?—Habló, llevando sus manos a la cintura.—¿No entiendes que no quiero hablar ni tener nada contigo?
—No puedes seguir ignorandome. Tienes que aceptar que sientes algo por mí. Por eso engañaste a Freddy conmigo.
—A ver, Foxy. Ya te he dicho mil veces que solo fuiste una aventura. Es verdad que me gustabas, pero solo era eso, me gustabas por tu físico. Pero nunca sentí amor por ti. Yo estoy enamorada de Freddy, y sé que algún día él olvidará lo que pasó y volveremos a estar juntos de nuevo.
—¿No te das cuenta, Baby?—Preguntó él, a lo que la pelirroja lo miró extrañada.
—¿Cuenta de qué?
—Estás obsesionada con Freddy.—Contestó con seriedad.—Debes olvidarte de él. Además estoy seguro que ya no siente nada por ti y que le pasan cosas con Chica.
—¡¿Con la mucama huérfana?!—Exclamó con enojo, no le gustó el comentario de Foxy.—¡No, no, no! ¡Freddy nunca se fijaría con una chica sin clase como ella!
—Pues sí. Estoy seguro que es cierto lo que digo.—Foxy bajó la voz, para luego tomar las manos de Baby.—Por ese motivo... deberías dejar de pensar en Freddy e intentar que tú y yo tengamos algo serio... ¿qué dices?
Baby sacó las manos.
—No.—Contestó ella, con una cara seria.—Foxy, no siento nada por ti. Yo seguiré luchando por mi Freddy. Y te aseguro que nada ni nadie me va a separar de él. ¿Quedó claro?—Finalmente, Baby terminó de hablar, yéndose del lugar, dejando a Foxy con el corazón roto.
Mientras tanto, en la Mansión Fazbear...
Freddy, Golden y su padre almorzaban juntos en la sala.
Ambos conversaban tranquilamente, hasta que el señor Fazbear preguntó por Baby. Pues él no se había enterado de la separación entre ella y su hijo.—Hijo, hace mucho que no veo a Baby. ¿Qué tal si la invitas a cenar hoy? Estoy libre por la noche así que podríamos cenar los cuatro juntos, ¿qué te parece?
El castaño al oír eso, se atragantó con la comida.
—¿Estás bien?—Preguntó Golden.
Freddy terminó de toser.
—S-sí, lo siento.—Respondió, bebiendo un poco de agua.
—¿Y bien? ¿La vas a invitar?—Volvió a comentar el mayor.
—Ahm, papá, sobre eso... hay algo que no te conté.
—¿Qué cosa, Freddy?
—Bueno..., no sé como te lo vas a tomar pero... pero Baby y yo... Baby y yo terminamos.
Ahora el que se atragantó fue el señor Fazbear.
—¿Q-q-qué dices? ¿C-cómo que terminaron?
—Larga historia.—Suspiró él ojiazul. —Pero bueno papá, ya es pasado...
—¿Cómo pudiste dejar a Baby? ¿No te das cuenta que era la chica para ti? ¿Qué era la única chica a tu altura y con clase como la nuestra?
—Papá, Baby no es la única chica en el mundo. Estoy seguro que pronto encontraré a alguien.
