Los meses pasaron, y Chica y Puppet lograron hacerse muy buenos amigos. Pasaban la mayor parte del día juntos, obviamente no descuidando el trabajo.
Pero, Freddy no podía evitar sentir algo cada vez que los veía juntos.
¿Celos?
Era las tres de la tarde y Puppet se encontraba recogiendo manzanas del árbol que las producía.
Sostenía una canasta, en la cual metía los frutos.
Pero su tranquilidad fue interrumpida por cierta pelirroja.
Baby había vuelto nuevamente a la mansión... otra vez.
Pero tenía un motivo.
A Baby le había tocado hacer un trabajo escolar con Freddy.
—Oye, tú.—Dijo Baby, llamando la atención del pelinegro.
—H-hola, señorita.—Habló el de tez pálida, dejando de hacer lo que estaba haciendo.—¿Puedo ayudarla en algo?
Baby se detuvo a mirarlo con sorpresa. Pues nunca lo había visto en su vida y no sabía qué hacía él en esa mansión.
—¿Tú quién eres?
—Oh, yo soy Puppet. Trabajo aquí, soy jardinero. Un gusto.—Sonrió suavemente, extendiendo su brazo para estrechar su mano. Pero la pelirroja lo ignoró.
—No me interesa tu vida. ¿Has visto a Freddy? Lo estoy buscando.
—Él está dentro de la mansión. ¿Quiere que vaya a avisarle que usted está aquí?
—No hace falta. Ésta mansión es como mi casa y yo puedo venir y entrar cuando quiera.—Dijo con frialdad.
Baby volteó alejándose del lugar para así dirigirse a la entrada.
Baby tenía copias de llaves para entrar a la mansión, por lo tanto no tenia problema para adentrarse en ella.
—¿Señorita Baby? ¿C-cómo entró?—Exclamó Chica, quien se encontraba limpiando y acomodando ciertos adornos de un mueble.
—Eso no te incumbe, sirvienta. ¿Dónde está mi Freddy?
—¿Por qué lo busca?
—¡No te metas! Solo respondeme. ¿Está o no?
—Sí no me dices para qué lo buscas, no diré nada.
La pelirroja giró sus ojos y se cruzó se brazos.
—Debo hacer un trabajo escolar con él, ¿okay?
Y ahí fue cuando el señor Fazbear llegó.
—¡Baby, querida!—Se acercó el mayor, besando la mejilla de la pelirroja como saludo.—Qué lindo es tenerte aquí. ¿Necesitas algo?
—Hola, señor.—Sonrió.—Sí. Tengo un trabajo escolar pendiente con Freddy.
—Freddy está en su habitación. Anda, sube.
—Gracias.—Sonrió nuevamente, para luego mirar a Chica con desprecio.
Baby subió rápidamente la escalera, rumbo al cuarto de Freddy. Éste estaba entretenido jugando videojuegos.
La joven tocó tres veces la puerta.
—¡Chica, puedes pasar!—Exclamó el ojiazul, sin dejar de mirar la pantalla.
Baby frunció el ceño al escuchar pronunciar el nombre de Chica.
—No soy Chica.—Habló ella, desde el otro lado de la puerta.
—¿Entonces quién eres? ¿Shic?
—Alguien mucho mejor~
Baby abrió la puerta de la habitación, sonriendo de oreja a oreja.
—Soy yo, Baby.
Freddy la miró con seriedad.
—Oh, eres tú.—Suspiró, apagando la tele.—Bien, entra.
La pelirroja entró al cuarto, apoyando su mochila a un costado.
—Bien. Empecemos rápido, no quiero perder tiempo.
El castaño se puso de pie, sacando sus libros y cuadernos para ponerlos en su escritorio.
—Me da gusto volver a verte. Estos días que pasaron te extrañe bastante.
—Baby.—Dirigió su mirada a ella.—Chica no te dejó entrar, ¿verdad?
—¿Por qué preguntas eso?
—Te pregunto porque le pedí a Chica que no te dejara entrar. ¿Tienes algo que confesarme?
—¿Confesarte? ¿De qué hablas?
—No te hagas la tonta, ¿si? Sé que tienes copias de las llaves de la mansión.
Baby se quedó en silencio.
—Dámelas.
—¡No tengo las copias!
—Baby.—Suspiró él, mirándola con cara de "¿es en serio?"
—Bien...—Bufó, sacando las copias de su mochila, para así entregarselas.
—Todas.
Ella sacó otra copia de su bolsillo del abrigo, haciendo un leve puchero.
—Bien. Ahora sí, empecemos.
La joven no dejaba de mirar al castaño. No prestaba atención al estudio, solo lo hacía a él.
—...Entonces es así como queda el resultado. ¿Entendiste?
Baby estaba embobada observando al ojiazul.
—¿Baby?
—No puedo, Freddy.—Lo tomó de la mano con fuerza.—¡No puedo estar ni un segundo más sin ti! No soporto estar separada de ti. ¿Y si lo volvemos a intentar? Te prometo que seré una excelente novia y que a partir de ahora no estaré interesada de nadie, solo en ti.
Freddy quitó sus manos.
—Tú fuiste la que inició todo esto, Circus. TÚ me engañaste. TÚ te metiste con mi mejor amigo sin importar que eras mi novia. Y acepte que vinieras a mi casa solo para estudiar, nada más.—Se puso de pie.—Me dejaste dolido, porque sí. Yo te amaba, te amaba como nunca amé a nadie. Pero ahora que me has lastimado, no quiero saber nada más de ti a partir de ahora. Y si para hacerlo debo cambiarme de colegio, lo haré. Así que vete de mi casa, y sé feliz con Foxy, porque a él tampoco lo perdonaré.
—No... no... no puedes decirme eso. ¡Yo sé que aún me amas! ¡Nunca encontrarás a alguien que te ame tanto como yo te amo a ti!
—Vete...—Freddy abrió la puerta. Éste tenía un muy fuerte dolor en el pecho.
Baby se puso de pie, poniéndose al frente del castaño.
—Esto no va a quedar así, Fazbear. Ya verás que me las vas a pagar... ten en cuenta de lo que te digo. Me las vas a pagar.
Baby lo miró con furia, para así salir de la habitación sin decir ni una palabra más.
Y era cierto. Baby se vengaría atacando una de las debilidades de Freddy.
Chica.
