—Gracias.—Dijo Chica caminando a la par de Freddy, quien dirigió su mirada a ella.—Gracias por la cena, la pasé muy bien.
—Me alegro que te haya gustado.—Sonrió él con su mirada fija en ella.—¿Sabes? Salí muchas veces a cenar con Baby, pero contigo fue diferente.
—No te creo. Deberías pasarlo muy bien con ella, es tu novia.
—Lo sé, es mi novia. Pero me gustó mucho compartir éste rato contigo.
—Sí... a mí también.—Sonrió levemente.—Freddy.—Dijo mirándolo a los ojos.—Nosotros... nosotros somos amigos. ¿No?.
—Claro, buenos amigos.
Luego de un rato caminando, llegaron a la mansión y ambos entraron.
—Nuevamente, gracias por ésta noche, fue muy linda para mí.—Comentó Chica sin saber si darle un beso en la mejilla, o abrazarlo.—Yo... yo iré a dormir, debo levantarme temprano para empezar a trabajar. Buenas noches, Freddy.
—Buenas noches, Chica.
Ambos chocaron puños, para así cada uno irse a su habitación.
•
Ya en la cama, una sonrisa apareció en el rostro de Chica.
—Tengo un amigo...—Cerró los ojos, para así entrar en un profundo sueño.
La noche pasó rápidamente y la mañana llegó.
Lo primero que Chica hacía era ponerse el uniforme que tanto detestaba, para así bajar y dirigirse a la cocina para hacer el desayuno para los tres hombres de la casa.Mientras preparaba el café, Freddy entró a la cocina. Pero no se lo vio muy bien.
—Buenos dí...- —No terminó de hablar debido a que un estornudo lo interrumpió.—Demonios.
—¿Estás bien?.—Preguntó ella notando algo extraño en Freddy.
—Sí, es solo un poco de resfri...- —Otra vez otro estornudo lo interrumpió.—Tal vez ayer el frío de la noche me afectó.
—¿Solo es resfrío?.
—Bueno..., me duele un poco la cabeza, pero no es nada. Debo ir al instituto.
—No puedes ir así.—Exclamó ella.
—Chica, es solo un resfrío, no es nada grave.
—Freddy, puedes empeorar. Es mejor que te quedes en cama.
—No puedo perder un día de clases. Me tomaré una pastilla e iré, no te preocupes.—Volteó para irse de ahí, pero Chica lo detuvo.
—No, Freddy. Te dije que puedes empeorar. Yo hablaré con tu padre, estoy segura que me dará la razón.
—Bien, tú ganas...
—Ve a tu habitación, a tu cama. Yo te subiré el desayuno.—Sonrió con amabilidad.
•
Golden y el Señor Fazbear ya estaban desayunando, y Chica subiéndole el desayuno al joven castaño.
Una vez en la puerta, la abrió como pudo llevándole la bandeja a la cama, en donde Freddy se encontraba sentado.—Leche con cereal, tu favorito.—Le sonrió colocando la bandeja en sus piernas.
—Wow, ya me conoces bien.—Le devolvió la sonrisa.
—Bien, cualquier cosa que necesites solo avisame.—Una vez que ella volteó, Freddy la tomó de la mano.
—Quédate por favor...
—N-no, Freddy.—Se soltó del agarre.—Debo hacer los quehaceres de la mansión. Luego hablaré con Baby para que esté contigo todo el tiempo. Ahora... ahora debo irme.—Volteó y salió de la habitación para bajar al otro piso.
•
La mañana pasó, pero Freddy fue empeorando. Además del resfrío y dolor de cabeza, se le sumó fiebre y dolor de garganta.
Chica subió a ver a Freddy, quien estaba acostado en su cama.
Apenas entró a su recamara y vio al pobre castaño sudando.—Hola, Freddy.—Habló bajo para no asustarlo.
—Chica...
—Déjame ver...—Con la palma de su mano tocó la frente del castaño, la cual estaba muy caliente.
—Demonios, estás muy caliente.
—Lo sé...—Tosió un poco cubriéndose la boca.—Creo que empeoré ésta mañana.
—Llamaré a un médico, el nos dirá que hacer.—Sacó su celular del bolsillo y marcó a emergencia.
Pasaron veinte minutos y el profesional subió a la habitación.
Éste le tomó la fiebre y revisó su garganta.—Cuarenta grados de fiebre.—Habló el doctor.—Le voy a dar unas pastillas. Tendrá varios días de reposos absoluto.
Una vez que el medico se fue de la mansión Chica bajó a tomar un paño humedo y subió devuelta.
Entró al cuarto, y apenas hacerlo, llegó Baby empujándola por completo.—¡Freddy, amor, amor!.—Se acercó de manera brusca al castaño tomando sus manos con las suyas.—¡¿Qué te paso, amor?!.
—Está enfermo.—Rodó los ojos la rubia.
—Ajá, no me digas.—Respondió Baby mostrando su lengua.
—Freddy, aquí te traje el paño frío.—Se acercó a él, pero Baby le quitó el paño de las manos.
—No hace falta, linda. YO soy su novia y YO le pondré el paño en la frente. Tú puedes irte, yo me encargo de mi novio. Shu shu.—Hizo un movimiento con sus manos indicando a que se vaya.
—N-no.—Él decidió hablar.—Chica, puedes quedarte.
Chica miró a Freddy, y luego a Baby, quien no la miraba con mucho gusto.
—No, Freddy. Baby tiene razón. Tú eres el novio, ella tu novia. Ella es quien te debe cuidar.
Sin decir más, se retiró del lugar, dejando a Baby como triunfadora.